El delantero ovetense lamentó la falta de conexión entre el equipo y la grada durante los minutos finales ante el Atlético Malagueño. Defendió el trabajo de Pedro Morilla y llamó a la afición del Recreativo a hacer un «reset» para remar juntos hacia los objetivos.
El delantero ovetense Roni habló sin tapujos en La Jugada de Canal Sur Radio Huelva sobre lo ocurrido en el tramo final del encuentro ante el Atlético Malagueño. A pesar de la victoria, el atacante reconoció que no terminó satisfecho con su actuación. «No estoy del todo contento porque no conseguí hacer gol. Tuve alguna opción y algún error no me lo perdono, soy bastante autocrítico conmigo mismo», admitió. También valoró su compenetración con Caye, subrayando que ambos se entienden bien y que «los dos somos generosos, eso nos va a dar muchos puntos para el equipo».
Más allá del análisis deportivo, Roni centró buena parte de su intervención en el ambiente del Nuevo Colombino, donde los pitos y cánticos contra el entrenador marcaron el desenlace del choque. «No es un partido para ganar 1-0, creo que era para hacerlo con más holgura. Cuando peor lo pasamos, el no tener el apoyo del público nos afectó un poquito. Tenemos que tener más armonía entre todos para conseguir el objetivo», señaló. Aseguró además que «si el resultado hubiera sido 3-0, el ambiente habría sido distinto», e insistió en que «hay que buscar una solución para que vayamos todos en la misma dirección».
El atacante reconoció que la situación le sorprendió: «Nunca lo había vivido. Ir ganando un partido y que, cuando más sufres, tu propio público no te apoye, me chocó bastante. Es un año para ir todos de la mano, y ver discrepancias desde la jornada dos es un poco triste». Roni entiende que la afición «está muy quemada por lo que arrastra de años anteriores», pero pidió «hacer un reset», comparando la situación con la vivida en el Oviedo. «Cuando entró una nueva propiedad, la afición hizo un reset y ahora está en Primera División. Es lo que hay que hacer aquí, poner el contador a cero», apuntó.
En cuanto al rendimiento del equipo, aseguró que el choque ante el filial malagueño fue «el mejor partido hasta ahora», destacando una buena primera parte y los primeros minutos de la segunda. Sin embargo, admitió que al equipo le cuesta rendir en casa por la presión ambiental. «Fuera jugamos más sueltos. En el Colombino, cuando empieza el runrún, nos achicamos un poco», confesó. También apuntó que la nueva resiembra del césped del Colombino y la Ciudad Deportiva podría estar influyendo físicamente (subidas de gemélos, por ejemplo), aunque aclaró que el grupo llega bien a los tramos finales de los encuentros.
Roni no esquivó ninguna cuestión, ni siquiera la del futuro del técnico. «Al míster lo veo con mucha fuerza, con ganas y con capacidad para sacar la situación adelante. Ayer el plan de partido fue perfecto; si nos hubiéramos ido 3-0 al descanso no se hablaría de nada de esto», afirmó, lamentando que «en la jornada tres o cuatro ya empiece el runrún con el entrenador». Por último, reveló que el vestuario también se mostró sorprendido por la reacción de la grada: «En el desayuno lo comentamos, que era surrealista. Incluso los que llevan más años, como Caye o Antonio, dijeron que el año pasado, con una temporada peor, no vivieron nada igual. Me parece sorprendente».
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