La Hermandad del Rocío de Huelva culmina su misión jubilar con la pontifical en la Plaza de San Pedro

Tras casi dos meses recorriendo los barrios de toda Huelva, el Simpecado de la filial rociera regresó a su casa hermandad dando paso a una jornada de convivencia

El templo donde habita la Esperanza ya acoge a la Hermandad del Rocío de Huelva

El Simpecado de Huelva llega a la Catedral en una nueva parada de su misión jubilar

La plaza de San Pedro acogió la celebración de la pontifical sergio borrero
Sergio Borrero

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Culminó el Camino de Esperanza iniciado por la Hermandad del Rocío de Huelva el pasado mes de septiembre. Un camino en el que los rocieros onubenses han llevado su Simpecado por hasta treinta barrios de la ciudad, recibiendo culto durante estas semanas en nueve templos. 55 días después, el Simpecado de Huelva regresó a su retablo cerámico, poniendo fin a esta misión jubilar.

Una misión que tuvo su broche de oro en la plaza de San Pedro, a la sombra de la esbelta torre de la parroquia mayor. En el mismo lugar en el que San Manuel González García impulsara en 1906 el voto asuncionista, la Hermandad del Rocío de Huelva celebró una pontifical en el día en el que se cumplía el 75º aniversario de la proclamación del Dogma de la Asunción. El obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra, presidió la celebración que contó con la presencia de las diferentes autoridades civiles y militares de la ciudad, así como las hermandades de gloria y penitencia de Huelva y la Hermandad Matriz de Almonte.

Imagen principal - Arriba, la filial rociera en su camino de vuelta a su casa hermandad tras casi dos meses. Sobre estas líneas, el simpecado junto a la Mayor de San Pedro y cantes al paso de la carroza de plata
Imagen secundaria 1 - Arriba, la filial rociera en su camino de vuelta a su casa hermandad tras casi dos meses. Sobre estas líneas, el simpecado junto a la Mayor de San Pedro y cantes al paso de la carroza de plata
Imagen secundaria 2 - Arriba, la filial rociera en su camino de vuelta a su casa hermandad tras casi dos meses. Sobre estas líneas, el simpecado junto a la Mayor de San Pedro y cantes al paso de la carroza de plata
EL REGRESO Arriba, la filial rociera en su camino de vuelta a su casa hermandad tras casi dos meses. Sobre estas líneas, el simpecado junto a la Mayor de San Pedro y cantes al paso de la carroza de plata sergio borrero

El Simpecado rociero fue colocado en el altar extraordinario instalado por la filial onubense sobre las escalinatas del porche de San Pedro. Un gran dosel burdeos enmarcaba el Simpecado, escoltado por banderas vaticanas y de la diócesis. A sus pies se colocaba una bandera con el anagrama de María sostenida por ángeles. Completaban el altar a ambos lados bajo dos pequeños doseles la imagen de San Manuel González García, trasladada por la Sacramental de Pasión; y la bandera Asuncionista de la Hermandad del Rocío, portada hasta el altar por el hermano mayor de la próxima Romería del Rocío.

Junto al altar se encontraban presentes los guiones de las hermandades de los Judíos, Vera+Cruz, Santo Entierro, Pasión, Cinta y Huelva, las hermandades que participaron en el citado acto de 1906. Para esta ocasión tan especial, pusieron música a la pontifical los coros adulto, joven e infantil de la Hermandad de Huelva, quienes unieron sus voces para emocionar a todos los asistentes a la eucaristía.

El último traslado de la misión jubilar

Culminada la pontifical y cantada la salve de Huelva ante el Simpecado, llegaba el momento de regresar a la capilla de la casa hermandad. En el interior de la Mayor de San Pedro se organizó el cortejo formado por las diferentes banderas y guiones de la corporación rociera, junto a varias hermandades de la ciudad que acompañaron a la hermandad en este caminar. Muchas mujeres de mantilla integraron las filas del cortejo, que comenzó a avanzar por la remozada plaza siguiendo los sones del

Sonaron las sevillanas ofrendadas a la Blanca Paloma, que continuarían a lo largo del recorrido en esta mañana otoñal, con el sol colándose a ratos entre las nubes que poblaban el cielo

tamborilero. Mientras, el Simpecado era descendido del altar para ser colocado por última vez en su carroza de plata, exornada con grandes esquinas de gladiolos rosas.

A las puertas de la casa hermandad de Pasión, en una calle Madreana decorada con romero por el suelo, sonaron las primeras sevillanas ofrendadas a la Blanca Paloma. Ofrendas musicales que continuarían a lo largo del recorrido en esta mañana otoñal, con el sol colándose a ratos entre las nubes que poblaban el cielo. Otra de las paradas emotivas de este traslado tuvo lugar a las puertas del parque de bomberos, a quienes la hermandad hizo entrega de un cuadro con la imagen que ha acompañado a la filial onubense en todo este caminar. Un Camino de Esperanza que culminó con la entrada en el patio de la casa hermandad de la carroza de plata. Arropado por los cantes de los coros de la hermandad el Simpecado era entronizado en su altar a la espera de la Romería de 2026.

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