CON JUAN RAMÓN COMO MAYOR EXPONENTE
Día Mundial de la Poesía: cinco autores onubenses cuyos versos hicieron historia
Con Juan Ramón Jiménez como mayor exponente, la provincia de Huelva es cuna de grandes poetas y poetisas, cuyos versos y reflexiones forman parte del valioso patrimonio cultural de nuestra tierra.

Desde que en 1999 fuera decretado por la Unesco en la 30º Conferencia General de París, cada 21 de marzo se celebra el Día Mundial de la Poesía. Un momento para reflexionar sobre el valor de esta forma de expresión lingüística que es capaz de catalizar diferentes voces y pensamientos a través del lenguaje. Un instrumento revelador, unificador y sanador para quienes la escriben, pero también para quienes la leen.
El Día Mundial de la Poesía es un buen momento para honrar el importante legado literario del que goza la provincia de Huelva. Los cinco autores onubenses que se citan a continuación son solo algunos de los nombres de una nutrida lista que se va enriqueciendo a lo largo de los años, en la que Juan Ramón Jiménez luce como principal exponente. Sus versos serán recordados para siempre.
Casilda de Antón del Olmet y López fue una poetisa, ensayista y dramaturga nacida en Huelva en 1871. Recibió una cuidadosa educación, viajó y pudo desarrollar su afición literaria. Se instaló en Madrid durante su juventud, donde se relacionó con los círculos políticos e intelectuales del momento. Desde allí comenzó a escribir poemas y artículos costumbristas para las publicaciones La Época, La Correspondencia de España y La Alhambra.

La poeta onubense figura como la primera socia mujer de la primitiva SAE, la Sociedad de Autores y Editores. Su nombre aparece en el listado de socios publicado en 1903 en el Boletín Oficial de la SAE. Aunque primero escribió teatro, estrenó en Madrid la obra En conciencia en 1901, su éxito llegó en el ámbito de la poesía. En 1917, publicó Cancionero de mi tierra y en 1929 Nuevo cancionero, recopilando su producción poética hasta el momento. Su último libro de poemas, Cien sonetos, se publicó en 1942
También destacó por sus pensamientos feministas para la época. En 1931 publicó Feminismo cristiano, una serie de artículos periodísticos feministas desde una posición tradicional, religiosa y moralizante. En el terreno del ensayo, publicó un libro que evidenciaba su preocupación por la protección del servicio doméstico y la trata de blancas.
Además, la onubense fue Dama de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza y condecorada con la Medalla de dicha ciudad. Falleció en Madrid 1954.
Juan Ramón Jiménez, premio Nobel de Literatura en 1956, representa el máximo exponente del panorama de las letras onubense. Nacido en Moguer en 1881, se trata de uno de los poetas más reconocidos y celebrados de la literatura española. El autor se crió en el seno de una familia acomodada dedicada al negocio agrícola y fue internado en el colegio jesuita San Luis Gonzaga en la localidad gaditana de El Puerto de Santa María. En 1896, tras conseguir el título de bachillerato, se trasladó a Sevilla para estudiar Derecho. Allí se relacionó con diferentes círculos de artistas y escritores.

En 1900 el moguereño se mudó a Madrid, donde frecuentó los cafés y museos, conociendo a autores como Rubén Darío, Valle-Inclán, Azorín y Pío Baroja. En ese mismo año publica sus dos primeros volúmenes de versos, Ninfeas y Almas de violeta. De carácter melancólico y depresivo, la repentina muerte de su padre le causó fuertes crisis nerviosas que lo obligaron a pasar largas temporadas en sanatorios, época en la que escribió Rimas (1902), Arias tristes (1903) y Jardines lejanos (1904).
En 1905 Juan Ramón volvió a su pueblo natal, donde residió hasta 1912, una época que le valió para dar a luz a numerosos textos, entre los que destaca Platero y yo (1914), uno de sus trabajos más célebres. De regreso a Madrid conoció a Zenobia Camprubí, con quien se casó en Nueva York en 1916, y quien constituyó una figura esencial en su vida y obra. En 1917 publicó Diario de un poeta recién casado, escrito durante la travesía del Atlántico. Comenzaría entonces un giro del modernismo hacia una poesía más pura e intelectual, que ejerció una fuerte influencia en los poetas de la generación del 27.
Tras la publicación de Cántico en 1935, el estallido de la Guerra Civil interrumpió su labor creadora y el poeta tuvo que exiliarse en Estados Unidos. Tambiñen vivió en Cuba y Puerto Rico, donde enseñó en la universidad y se dedicó a retocar gran parte de su obra. A esta última época pertenecen el libro Animal de fondo. Tres días después de que recibiera el Premio Nobel en 1956, su esposa Zenobia falleció a consecuencia de su larga enfermedad. La pérdida fue devastadora y Juan Ramón nunca se recuperaría. Este falleció en el mismo hospital que ella en 1958, aunque los restos de ambos fueron trasladados a Moguer.
El autor Alejandro Rodríguez Gómez, conocido como Xandro Valerio, nació en Moguer en 1896. Forjó una gran formación literaria que posteriormente reflejó en una poesía de tradición popular. Valerio es autor de algunas de las letras más importantes de la historia de la copla.

Canciones como Tatuaje, La Parrala, Manolo Cruz, La Casa de Papel, Dolores la Petenera, Cuchillito de Agonía, Cinco Farolas, ¡Cría Cuervos!, Me caso mi madre o A tu Vera fueron escritas por el moguereño para grandes artistas como Concha Piquer, Juanito Valderrama, El Príncipe Gitano o Juana Reina.
El escritor compartió trabajos con el también letrista Rafael de León y los compositores Ochaíta y Juan Solano.
De su faceta poética destacan obras como Niño y Pueblo. Versos de Moguer, escrita en 1935 y Llegada de Dios y las voces de la Muerte, en 1961. El moguereño también escribió la comedia La piadosa Ilusión, que fue llevada a escena. Valerio alleció en Madrid en 1966.
Francisco Garfias López nació en Moguer en 1920. Tras estudiar bachillerato en su pueblo natal, cursó la carrera de Magisterio en Huelva. En 1942 se trasladó a Sevilla para estudiar Filosofía y Letras, hasta que ganó una beca para estudiar Periodismo en Madrid.

El moguereño trabajó unos años en Radio Nacional de España y, posteriormente, desarrollo el resto de su carrera profesional en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Allí lleví a cabo una extraordinaria labor de recopilación y edición de la obra de su paisano Juan Ramón Jiménez, por la que es considerado como uno de los mayores especialistas en la poesía del Nobel.
Garfias fue miembro de prestigiosas instituciones literarias españolas y extranjeras, como la Academie Belge-espagnole de lHistoire, Gran Duque de Alba de Ávila, Academia de Buenas Letras, Bellas Artes y Ciencias San Leandro de Huelva, primer numerario de la Academia Santa María de la Rábida, Caballero de la Merced y de Yuste, Socio de la Sociedad Mejicana de Geografía o Hijo Adoptivo de Fontiveros, entre otros reconocimientos y distinciones.
El escritor onubense ha impartido conferencias y lecturas poéticas por toda el territorio nacional y en universidades de Portugal, Puerto Rico y Colombia. Consiguió el Premio Nacional de Literatura en 1971 por su obra La duda. Asimismo, en el ámbito local, fue galardonado con el Perejil de plata de la Fundación Juan Ramón Jiménez, y fue Miembro de Honor de la Fundación Juan Ramón Jiménez, entre otras distinciones. Garfias falleció en 2010.
Odón Betanzos Palacios nació en Rociana del Condado en 1925. Tras superar el fusilamiento de su padre en la época franquista, estudió la carrera de Náutica y se dedicó a navegar hasta que en 1956 se estableció en Nueva York. Allí fundó junto al exministro de la Segunda República Española, Eloy Vaquero Cantillo, la revista y la editorial Mensaje, que dirigió hasta su fallecimiento. En Estados Unidos se licenció en Letras y Filosofía.

Fue un poeta, novelista y crítico literario de dimensión universal. Betanzos fue nombrado director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española de Nueva York y miembro de las principales academias del sur de América. También fue catedrático de la Universidad de Nueva York.
Asimismo, el rocianero fue elegido presidente del Círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos (CEPI). Entre los numerosos galardones que recibió destacan la Encomienda de Isabel la Católica o la Medalla de Andalucía.
Algunas de sus obras líricas más destacadas son Santidad y guerrería (1969), Hombre de luz (1972), La mano universal (1985), Poemas del hombre y las desolaciones (1988), De ese Dios de las totalidades (1991) o Sonetos de la muerte (2000).