Rocío 2014

Huelva bendice con jubilosa devoción su simpecado

12.42 h. La Hermandad del Rocío de Huelva celebró el 75 aniversario de la bendición de su simpecado con un desfile cargado de momentos especiales, con los que se demostró que la ciudad es rociera y siente con intensidad este día en el que una reluciente carreta, cuajada de flores, fue arropada por la multitud entre rezos, vivas, salves y sevillanas.

Huelva bendice con jubilosa devoción su simpecado

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Una viva estampa de la Virgen del Rocío, una representación de su imagen y esencia, un estandarte depositario de una inmensa devoción y fe, vestido de verde esperanza y bordado en oro, enriquecido con el recuerdo de tres cuartos de siglo de caminos, de experiencias vividas; una guía sinigual para los que fueron peregrinos, los que lo son y los que lo serán. 75 años desde su bendición contemplan al simpecado de la centenaria Hermandad del Rocío de Huelva, que en esta jornada se reencontró con la tradición para añadir una eslabón más a su historia, muy especial en este 2014 por esta efeméride, que ha dado pie a multitud de actos previos.

Huelva bendice con jubilosa devoción su simpecado

Pero el acto más importante de todos fue una vez más la constatación callejera de que Huelva es rociera. Es en este único jueves de cada año cuando Huelva se acuerda de orar por sevillanas, se olvida de los problemas cantando, donde es más fácil mostrar predisposición a la alegría. Hay ganas de Rocío y se hizo notar con el vivo testimonio de la inmensa legión de fieles que, en movimiento o la espera, protagonizó una prolongada despedida de la ciudad. Unos a otros se dijeron adiós de corazón y con alegría y emoción fueron bendecidos todos los que integran la filial rociera más populosa, un pueblo nómada que sale al encuentro de sus huellas para dejar otras nuevas que repisarán más adelante.

Huellas en forma de surcos con pasos marcados a su alrededor dejó la carreta plateada de la Hermandad de Huelva, que, tras la misa de romeros que aireó una fresca mañana en su casa, comenzó a andar una vez que el hermano mayor depositó en ella su simpecado. Este gesto tradicional, tan lleno de significado para el protagonista, marcó la primera de las vivencias especiales de José María Ruiz Rengel, que custodió lo más preciado de su gente y lideró a sus hermanos.

Huelva bendice con jubilosa devoción su simpecado

Como siempre fue un día en el que los onubenses orgullosos de su fiestas y tradiciones se echaron a la calle, que además contaron con el refuerzo popular del gran número de personas de fuera de la ciudad que no quieren perderse este día acudiendo al reclamo de los emocionantes instantes que depara el desfile de la Hermandad de Huelva.

La carreta del simpecado se mostró una vez más espectacular, reluciente bajo los rayos del sol, que también daban más viveza si cabe a un exorno floral de una gran riqueza cromática, exuberante, vistiendo la arquitectura plateada culminada en corona que da cobijo y lucimiento al estandarte rociero. Varios ramos en ofrenda se fueron subiendo al carro y las cintas blanquiazules anudadas a sus varales se elevaban con las caricias del viento, en el que también volaban vivas, piropos, vítores y cánticos.

Esos sonidos cargados de emoción completaban las atractivas estampas que fue enlazando a cada paso la hermandad. Gran parte de la esencia de este día quedó plasmado en el mosaico sonoro integrado por los latidos estruendosos de los cohetes imprimando el cielo con su humo blanco, dibujando pedazos de fugaces banderitas de Huelva, los cascos de los caballos sobre los adoquines de las calles, sus murmullos, las palmas y sevillanas. Pero por encima de todo está el sonido inconfundible de la flauta y el tamboril, que son los que consiguen que quien los oye tome conciencia de en qué momento se encuentra.

A las 10.10 horas el grupo de tamborileros de la hermandad formaba ante el monumento a la Virgen del Rocío en la plaza del Punto, desplegando al unísono su evocador soniquete constante. Atrás la gran serpiente de la filial rociera seguía estirándose desde su casa hermandad, desmadejándose para cubrir la Avenida Andalucía y tras girar a la derecha en la fuente del burro también ocupar la calle Galaroza para desembocar en la iglesia del Rocío y dividir a su paso el populoso barrio de Isla Chica, echado a la calle para no perder detalle. Tras la bajada de la Avenida Alcalde Federico Molina la comitiva rociera continuó agrandando su dimensión por la Alameda Sundheim para enfilar la Gran Vía.

Tras los tamborileros desfiló la caballería, formada por más de un millar de caballistas, con los hombres luciendo las tradicionales chaquetillas blancas, que fueron adentrándose en una Gran Vía repleta de gente. Como siempre, fue uno de los lugares elegidos por una gran cantidad de personas para ver pasar a la Hermandad de Huelva. En la plaza de la constitución esperaba el Equipo de gobierno y la oposición del Ayuntamiento de Huelva, rodeados por la multitud, también expectante. Su espera la amenizaba la banda municipal de Huelva y el coro de Cristina Pinedo, además de un grupo de baile, a los que se sumó la cantaora Regina, invitada especial para cantar al simpecado.

Antes de este encuentro la carreta se encontraba mirando cara a cara al monumento a la Virgen del Rocío, donde le cantaron una sevillana cargada de significado, que decía “yo tengo mis razones para soñar esos caminos”, “para sentirme rociero”. Hasta allí llegó navegando sobre una marea de almas con los sentimientos a flor de piel. Los peregrinos rodeaban la carreta, fundidos con quienes en las aceras esperaban, por lo que inevitablemente el caudal fue creciendo para tocar la orilla de la plaza del Ayuntamiento, distinguida con una amplia moqueta azul que se quedó pequeña.

Huelva bendice con jubilosa devoción su simpecado

La poderosa irrupción del simpecado y su estela humana se produjo a las 10.45, hora señalada para un momento grande, bañado por una intensa lluvia de pétalos y la emocionada y potente voz de Regina cantando la salve rociera y seguidamente un fandango en el que se entregó. Antes de los éxtasis de los vivas contestados por la multitud, el alcalde de la ciudad, Pedro Rodríguez, realizó la ofrenda de flores oficial del Ayuntamiento y el hermano mayor prometía gloria para el Recreativo en forma de un ascenso a Primera. Entre más vivas y vítores y con sevillanas los peregrinos de a pie se apresuraron a perseguir la estela de la carreta, que salía disparada en un giro complicado pero medido para continuar el camino por la calzada hacia la plaza de las Monjas para continuar por el centro de la capital.

Por detrás siguió la multitud dedicada al goce de la contemplación del colorido de los carros tradicionales, incontables, un rosario encadenado de arte y alegría andante, con júbilo, alegría y alborozo en las expresiones de sus ocupantes, preparados para una romería intensa.

La despedida oficiosa, el penúltima parada más amplia, se produjo en la Comandancia de Marina. Allí los caballistas se fueron ubicando en la plaza y una gran multitud de peregrinos terminó de completar el espacio tras la llegada de la carreta, que avanzó entre las palmeras de la avenida Sanlúcar de Barrameda, reluciente por el reflejo de los rayos del sol. Los aplausos a su llegada que se tornaron en palmas al compás de Huelva, acallados por la voces de los miembros de la Marina cantando la Salve Marinera. Este especial momento, protagonizado por un número mayor de intérpretes que en años anteriores, fue relevado por las sevillanas del grupo Quitasueños, desde el balcón engalanado con la bandera de España terminaron de sacar las lágrimas y la emoción a muchos de los presentes con su “Rocío Sálvame” a capella.

Huelva bendice con jubilosa devoción su simpecado

Y tras dirigir la voz y el sentimiento hacia la Blanca Paloma, salieron a su encuentro por el Muelle del Tinto, la Francisco Montenegro y la Punta del Sebo, donde se echó la mirada atrás con una nostalgia se curó al instante para continuar haciendo camino. El plan previsto era alcanzar La Suelta a las 16.30 horas y volver a salir de este punto a las 18.00 horas para alcanzar a las 20.00 horas la Matilla, paraje de pernocta, donde todo el cortejo rociero queda perfectamente ordenado.  A las 8.00 horas de mañana se retomará el camino para llegar al paraje de Gato, donde la sobremesa durará de las 14.30 a las 16.30 y ya desde ahí buscar el barrio de las Gallinas a las 21.30 horas para alcanzar El Rocío con vistas a la presentación oficial de hermandades del sábado.

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