Quedada en el centro educativo
Generaciones de profesores y alumnos celebran los 25 años del Instituto Pablo Neruda
21.14 h. Personas que pasaron años importantes de sus vidas en un centro que fue el primero en llegar al barrio de Zafra, se han encontrado recordando vicisitudes, ruidos y anécdotas de todo tipo con alegría, emoción y orgullo por la trayectoria del centro y su gente.


Cumplir años significa hacerse mayor pero también supone la oportunidad de poder rememorar lo vivido y revivir experiencias que nos dibujan con facilidad una sonrisa cuando encontramos enfrente a quien nos la puede completar con su relato. Dice el famoso tango que 20 años no es nada, pero de repente 25 es un cuarto de siglo y en el Instituto de Educación Secundaria Pablo Neruda han dado para mucho.
Para demostrarlo y ponerlo en perspectiva, en el día de hoy se ha celebrado en el centro una gran quedada a la que han acudido diferentes generaciones de profesores y alumnos. Juntos han celebrado los 25 años del centro, pero sobre todo se han reencontrado para actualizar las caras que mantienen cada uno de ellos en el recuerdo e intercambiar momentos e historias entre los pasillos de un lugar común y señalado en sus vidas.

La primera acción, casi instintiva, con la llegada de alguien nuevo al vestíbulo del instituto ha sido el juego del quién es quién, asociar una cara actual a una del pasado, que según el caso ha cambiado mucho o poco, y conseguir que aflore un nombre a la punta de la lengua desde la mirada atenta sobre sus rasgos. Los cartelitos que se han colgado los participantes han ido ayudando, como el café y los dulces del desayuno para que fluya la conversación.
En la mayoría de los casos los alumnos han variado más su fisonomía y los niños y niñas ya son hombres y mujeres, mientras que los docentes han demostrado conservarse bien. Ambos se han intercambiado perfiles de trazo grueso. Del quién eras y qué haces ahora, con el resumen más o menos acelerado de estudios, trabajo, familia y destino, se pasó a detallar cómo han cambiado las estancias del edificio, hacer regresar viajes y excursiones, señalar a un lado y a otro cuál fue el aula de cada uno en los diferentes cursos, rescatar anécdotas y rutinas y creer un instante haber vuelto a otra época y estar tan a gusto como entonces.
Se ha pasado de puntillas por las notas y los contenido de las materias y han quedado atrás roles antiguos para entablar conversaciones cercanas entre iguales, pues la esencia de las relaciones humanas han pesado más y las ganas de compartir el tiempo presente con el aderezo del pasado. Sentimientos e ideas con respecto a dificultades y éxitos se han ido entrelazando.

En el salón de actos se han expuesto cronológicamente cómo el IES Pablo Neruda ha cambiado y también su entorno. Fue el primero en llegar a un barrio de Zafra por hacer, que se edificó proyectando sus ruidos hacia las aulas de un centro que fue una ‘L’ y después una ‘U’. Tenía como vecinas a las prostitutas, un patio a campo abierto por el que acortaban camino las señoras en mitad de una clase de educación física y escasos medios que después se han ido ganando. Se ha mantenido constante y se ha renovado la materia prima, la humana, que es la que le ha dado y le da vida, y le permite ser hoy un referente educativo en la capital.
El director, Fernando Martínez Garfia, ha recordado el gran número de actividades que se han llevado a cabo a lo largo de este curso para recordar la feliz efeméride del Pablo Neruda, poeta chileno embajador en España y muy amigo del pintor José Caballero, del que viene la conexión para dar nombre a un centro educativo onubense. El primer curso del centro fue el 1989-90 y ‘de prestado’ en el Instituto Diego Guzmán y Quesada. Después llegó el traslado al edificio propio y unos comienzos duros que ahora se recuerdan con un sentimiento especial por los quienes lo vivieron.
Un completo vídeo ha recogido los testimonios de gran parte de ellos, sus opiniones de cuál ha sido la evolución, los contrastes de medios, las leyes educativas que han pasado, los tiempos de bonanza, derroche y crisis… Testigos directos han sido después quienes han compartido con los presentes sus recuerdos, buenos y malos, las vicisitudes y alegrías, el orgullo y la rabia de profesores que han visto convertirse a sus alumnos en personas de valía sin acomodo laboral o que han recibido lecciones de vida en sus años bajo la característica cúpula del instituto.

También ha sido tiempo para exponer el talento, y como si se tratara del programa televisivo ‘Tú sí que vales’, se han subido al estrado pianistas y cantantes e igualmente ha habido instantes para reconocer la labor de quienes han dado tanto al centro desde sus desempeños diarios.
De lo protocolario y emotivo se pasó de nuevo a lo distendido y los presentes degustaron el cátering preparado para la ocasión y por supuesto la tarta de cumpleaños, que no podía faltar en un reencuentro que ha sido el oficial, pero no el único que ha provocado el reclamo de que hayan pasado 25 años o menos en la vida de las personas que tuvieron la suerte de ser parte del IES Pablo Neruda y su poesía cotidiana.
