Juan José Cortés: «He estudiado Derecho para saber qué puedo hacer para que no vuelva a ocurrir lo que le pasó a mi hija»
Acaba de graduarse en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, tras años de estudio que no han sido fáciles pero para los que tenía una motivación clara: Mari Luz
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De diputado en el Congreso a estudiante universitario. El camino recorrido en los últimos años por Juan José Cortés (Huelva, 1969) ha estado lleno de vicisitudes porque, aunque asegura que la vida se le paró hace 17 años, aquella tarde de enero en la que la pequeña Mari Luz no volvió de comprar chuches, desde entonces ha reescrito su historia varias veces. Padre coraje, tertuliano, asesor en las Cortes, impulsor de la prisión permanente revisable, diputado y, ahora, recién graduado en Derecho por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
Lo celebraba hace unos días con sus compañeros, a los que saca varias décadas, y a sus 55 años no le duelen prendas en reconocer que le ha supuesto un esfuerzo mayor que a los jóvenes, sí, pero que ha conseguido sacarse la carrera. Su motivación para hacerlo, la de siempre: su hija, Mari Luz.
Pregunta: ¿Qué te lleva a empezar una carrera a los 50 años, cuál es la motivación que hay detrás?
Respuesta: Siempre, siempre, siempre, la motivación que yo he tenido ha sido mi hija. Mi hija ha sido el motor de todo lo que he hecho durante estos 17 años. Que no vuelva a ocurrir lo que le pasó a mi hija, intentar entenderlo y saber qué puedo hacer para que no vuelva a ocurrir una cosa tan desgraciada como la mía, tan dura de superar. Nosotros llevamos este tránsito, toda la vida sin superar esto y no lo haremos nunca. Yo prácticamente no he tenido vida en estos 17 años, y por eso el hecho de estudiar, de decir: voy a ver qué puedo hacer más. Ha sido un refugio, pensar que estoy haciendo todo lo que puedo, dentro de mis posibilidades.
P.- ¿Te han ayudado estos estudios a ver la situación de otra manera?
R.- Me han ayudado a entender que se pueden hacer más cosas. Yo creía que no se podía hacer nada más que lo que yo había hecho, y esto me ha enseñado que el derecho da otras opciones, otras posibilidades, para que el día de mañana nuestras familias estén más seguras, y que realmente aquellos que violentan y que atacan a los derechos protegidos por la ley pueden ser penalmente castigados como se merecen.

P.- ¿Te costó coger la rutina?
R.- Sí, las primeras clases fueron muy, muy duras. Yo terminé de estudiar a los 22 años, cuando me casé con Irene, cuando empecé a trabajar para mi familia. Después de tantos años volver a coger la rutina cuesta mucho; los primeros seis meses fueron muy duros, pero luego a partir de ahí ya fui
«Le he tenido que echar muchas más horas que los demás chavales, pero con el tiempo no solo estuve a la altura, sino por encima de muchos compañeros»
poco a poco adaptándome a lo que los docentes nos exigían. Le tuve que echar muchas más horas que los demás chavales, tuve que hacer horas extra, porque ellos avanzaban y yo siempre llegaba tarde, pero luego con el tiempo no solo estuve a la altura, sino por encima de muchos compañeros, con una nota media de siete.
P.- ¿Has estado yendo a clase presencialmente?
R.- Sí, he hecho 200 kilómetros todos los días durante estos años, ir y venir a Sevilla. Eso me ayudaba también a evadirme de mi dolor, de mi pena, de todo lo que yo he sufrido y estoy sufriendo. Conducir esos kilómetros me ayudaba a evadirme de la realidad.
P.- ¿Te reconocieron los compañeros de clase, o son tan jóvenes que no te ubicaban?
R.- Es muy curioso, porque los chavales jóvenes tenían 4 ó 5 años cuando pasó lo de mi hija y fue todo el boom mediático alrededor nuestra. No me conocían. Y además hay una cosa que me dolió muchísimo, y fue cuando yo me di cuenta de que muchos chavales que estaban en clase podían tener la edad de mi hija, y que quien debería estar estudiando esa carrera, quien debería estar en ese pupitre, realmente no era yo, sino que era mi hija. Era como sustituirla a ella ahí, y eso ha sido también muy duro superarlo. Tenía que tener una motivación muy fuerte, y la motivación es que yo, por todos los medios, voy a intentar toda mi vida que esto no le pase a nadie más.
«Fue muy duro cuando me di cuenta de que muchos chavales que estaban en clase podían tener la edad de mi hija; que era ella la que debería estar allí, no yo»
Y no, claro, ellos no me conocían, son demasiado jóvenes, pero los profesores sí, y cuando me reconocían se sorprendían de que estuviese en la universidad. «No me lo puedo creer, para mí es un honor que tú estés en clase», me decían, y los chavales se quedaban alucinados, preguntándose quién sería yo. Luego cuando fueron descubriendo e indagando se asombraban mucho. Y ha sido una experiencia muy bonita, por todo. Hay anécdotas, como cuando en la Graduación, cuando fui a entrar al ensayo previo, el ujier me dijo que los padres aún no podían pasar, y le tuve que decir que yo era alumno.

P.- ¿Y piensas seguir preparándote para poder llegar a ejercer algún día?
R.- Yo voy a intentar seguir adquiriendo conocimientos, eso lo tengo muy claro, pero si voy a ejercer o no eso ya no lo sé, porque tampoco quiero crear expectativas que no sean reales. Yo creo que mi enfermedad -Juan José Cortés padece estrés postraumático a raíz de perder a su hija - no me permite tener una actividad continua. Yo no puedo ir a una confrontación que me pueda provocar un estrés, porque me bloqueo y no sé salir del bucle en el que entro.
P.- Entonces, ¿utilizarás tu formación para asesorar y poner en marcha propuestas concretas?
R.- Sí, esa faceta sí la quiero seguir explorando. Todo lo que pueda ayudar, como he ayudado ya a tantos padres, pero ahora con más argumentos y más herramientas gracias al conocimiento del derecho. Si puedo asesor a cualquier familia, de forma altruista, me encantaría.
Juan José Cortés encabezó la lista al Congreso de los Diputados del Partido Popular de Huelva para las elecciones de abril de 2019. Pese a que obtuvo el escaño y llegó a tomar posesión como diputado, la incapacidad de formar Gobierno le impidió ejercer, ya que de cara a la repetición electoral fue relegado a las listas al Senado, donde no fue elegido.
P.- Dices siempre que con la pérdida de Mari Luz se te paró la vida, pero te hemos visto hacer muchas cosas, incluso de diputado en el Congreso.
R.- Sí, fue una situación obligatoria prácticamente, porque en ese momento estaba en riesgo algo muy importante, después de la proposición del Partido Socialista para derogar la prisión permanente revisable. Entonces Pablo (Casado) me lo pide, y yo considero que tengo que saltar a esa arena política a defenderla dentro del Congreso ante esa proposición, que tenía muchas posibilidades de salir adelante. La propuesta que me hizo en ese momento el PP me convenció, porque entendía que yo debía estar ahí,
«Ser político no está muy valorado, pero yo me sacrifiqué, porque más sacrificios por esta causa no puedo hacer en mi vida»
porque era mi manera de defender esa medida. No me importó dar ese paso a riesgo de todo lo que supone ser político, que hoy por hoy ser político no está muy valorado. Pero yo me sacrifiqué, porque más sacrificios por esta causa no puedo hacer en mi vida.
P.- ¿Y esa faceta como político está totalmente superada ya?
R.- De momento sí, a no ser que se pueda hacer alguna proposición de Ley importante, interesante, que yo ahora me dedique a redactarla, con argumentos jurídicos, con mis nuevos conocimientos adquiridos. Si algún partido político las viese conveniente y las apoyase, no me importaría colaborar con ellos de nuevo.
P.- ¿Tienes ya en mente algo en concreto?
R.- Sí. En la cuestión penal, hoy en día vemos cómo los padres, en casos de víctimas de desaparición -como le pasa al padre de Marta del Castillo-, la justicia no tiene herramientas para darles respuesta. Hoy la prisión permanente revisable es una herramienta muy útil, yo me he visto a muchos abogados por las calles que me lo han dicho, muchos juristas, que me han dicho que me estaban muy agradecidos por haber luchado por esta medida, porque a ellos les da un poder que antes no tenían, asegurándome que es una herramienta muy útil por la que me estarán eternamente agradecidos. A esa medida habría que añadirle un supuesto más, y es que en caso de desaparición y cuando se sepa que han cometido asesinato, a las personas que no digan dónde está el cadáver se les aplique también la prisión permanente revisable. La ley penitenciaria más tarde o más temprano va a tener cambiar, porque tenemos esta prisión permanente revisable pero luego hay que regular cómo se actúa con esas personas que dentro de 25 años tengan que salir de prisión. ¿Qué pasa después, cómo se regula? Porque no puede ser que una persona entre a prisión por una puerta y luego salga tal cual por la otra, sin someterse a ningún plan ni ningún tratamiento. Hoy nuestro sistema permite que un violador se pueda negar a someterse a ningún plan, que no se arrepienta de lo hecho, y que cuando le toque salir, salga de la cárcel igual. Eso es una inseguridad continua.



P.- ¿Es el caso de Santiago del Valle?
R.- Él ni se ha sometido a tratamiento. Cumplirá su pena y cuando salga, no lo sabemos, pero es un potencial reincidente. ¿Qué hacemos contra eso? Pues habría que sacar adelante una proposición de Ley, que los políticos no miren para otro lado, y que se planteen soluciones a estos problemas. A mí Zapatero me dijo que no se aumentaban las penas porque no había dinero para hacer más cárceles. Y digo yo, que se saque a los presos que cometen delitos menores, a los que se puede imponer medidas cautelares. Hagamos el esfuerzo para que esas personas sí se reinserten, pero el que ya no es reinsertable, que no salga de prisión. Y si hay en nuestro sistema jurídico un impedimento para que estén toda la vida en la cárcel, pues busquemos una solución, como la prisión permanente revisable, que ha sido una solución eficaz, la más práctica que se ha podido imponer a lo largo de la historia de nuestro derecho, porque da la posibilidad al preso de que se pueda reinsertar, con una reinserción real, y además nos han quitado de las calles a muchos criminales.
Necesitamos además una prisión de alta seguridad para personas que sean altamente peligrosas, que hayan cometido delitos execrables, asegurarnos que no puedan tener comunicación con el exterior, pero que además se
«Yo te puedo decir que se hacen directos desde las cárceles en TikTok, los presos se comunican con la gente de fuera»
sometan a un plan de reinserción real. Actualmente yo te puedo decir que se hacen directos desde las cárceles en TikTok: tienen móviles, los presos se comunican con la gente de fuera, con lo que eso significa. Que mañana Santiago del Valle quiere organizar que me quiere asesinar, como yo he recibido amenazas de muerte por parte de su mujer, pues mañana puede hacer si quiere un plan para asesinarme con total impunidad, desde dentro de la cárcel.
P.- En los últimos años se le ha podido ver acompañando a otros padres que han tenido la desgracia de perder a sus hijas: junto a la familia de Marta del Castillo, o el padre de Diana Quer. ¿Siguen en contacto?
R.- En su momento intentamos crear una asociación todos estos padres, pero yo entendí que no era el momento. Cuando te paso algo así abandonas tu vida, te encierras en ti mismo, te metes en ese bucle del que no eres capaz de salir. Lo que más necesitan en ese momento los padres es un tratamiento psicológico, que no lo tienen, porque el sistema olvida a las víctimas y eso es otra de las cosas por las que tenemos que luchar para cambiar. Las víctimas son ellas, pero también los padres, las familias, que no tenemos dónde recurrir para poder recibir asistencia. ¿Yo cómo crio a mis hijos, si no yo quería ni trabajar? No es que no quisiera, es que no podía, no era capaz, me hundía.

P.- Pero luego has sido ejemplo de volverte a levantar, y encontrar nuevos proyectos. El último incluso como tertuliano de deportes.
R.- Sí, bueno, ahora estoy con el 'Válgame qué golazo', pero siempre he ido a tertulias deportivas de aquí, a mí me ayuda mucho, porque me hace hablar de otras cosas que además me gustan. Hablamos de fútbol, del Recreativo de Huelva, que es la corona de mi corazón. Todo esto que yo he hecho en este tiempo, que yo hago, me gustaría que fuese ejemplo para la gente, que vean que un hombre con mi enfermedad y con mi trauma ha podido hacer cosas como sacarse una carrera con la edad que tiene. Que los chavales jóvenes y las personas que tienen dificultades entiendan que se puede hacer.
P.- ¿Y tienes ahora algún otro proyecto en el horizonte?
R.- No, ahora a ver si puedo ayudar a más gente, pero sin ningún proyecto concreto. No tengo horizontes, más allá de estar con mi familia, disfrutar de ellos, y si me llama cualquiera para cualquier asunto, mirarlo y ver si puedo ser útil, si puedo contribuir.