Alfredo Flores, fiscal jefe de Huelva: «El gran peligro es que el narcotráfico penetre en el sistema»
El responsable de la Fiscalía provincial onubense asegura que por ahora sólo se han detectado casos aislados de corrupción pero alerta del riesgo de que este problema se convierta en sistémico
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El pasado mes de enero, el fiscal jefe de Huelva, Alfredo Flores, cumplía seis años en el puesto. En este tiempo ha visto cómo algunas realidades delictivas han ido a peor en la provincia como el narcotráfico, que es la más visible, pero también otras como la trata de personas o la delincuencia informática con menos eco mediático. Hijo de Alfredo Flores, el que fuera fiscal jefe de Sevilla durante casi dos décadas y figura que llegó a ser muy relevante en la sociedad sevillana, afirma que con el paso de los años se va reconociendo más en él, pero con profunda modestia. «No tengo, sin duda, ni su brillantez ni su capacidad de oratoria, pero tengo muchas otras cosas suyas».
-¿Cuál es la radiografía actual de la planta fiscal de Huelva?
-La última ampliación de plantilla fue en el año 2019, cuando se amplió en dos plazas. Ahora mismo somos 29 de plantilla. Con la peculiaridad, además, que somos la única Fiscalía de Andalucía donde no hay secciones territoriales ni fiscalías de área. Toda la Fiscalía provincial está concentrada aquí, en la ciudad de Huelva, cubriendo todo el territorio. Con lo cual se plantea fundamentalmente el problema de los desplazamientos.
Desde hace casi tres años, nos han ido nombrando gente en expectativa de destino. Las dos compañeras que estaban en esta situación han tenido que concursar y se marchan, pero nos han concedido dos fiscales sustitutos de refuerzo para mantener una cifra total de 31.
-¿Y 31 es una cifra óptima para la carga de trabajo que hay?
-Óptima no es. Pero yo soy muy prudente y a mi no me gusta pedir por pedir porque estamos hablando de gasto público. El problema de la planta va en relación con el modelo. ¿Qué modelo queremos? En el modelo que tenemos ahora habrá que ver cómo funcionan los nuevos tribunales de instancia, aunque evidentemente a día de hoy nos manejamos y cubrimos, eso sí con el problema de los desplazamientos, que solventamos a través de la tecnología como el uso de las videoconferencias. Pero si tú vas a un modelo en el que nos dan la investigación, las plantillas actuales son ridículas.
-Para que el ciudadano lo entienda, ¿en qué repercute en el servicio esos desplazamientos? ¿Hablamos de coste, de pérdida de tiempo en el camino?
-Efectivamente. Esas dos cosas y el riesgo añadido que supone tener que desplazarte a unas distancias considerables en el día a día. Nosotros insistimos mucho en la coordinación con los juzgados. Concentrar, por ejemplo, los señalamientos con el fiscal, para no tener que ir hasta Aracena para celebrar una única vista de familia, con el riesgo, además, de que lleguemos y se suspenda. Por eso, hemos establecido que en los pueblos, por debajo de cinco señalamientos de delitos leves, lo hacemos por medios telemático. La ley lo prevé y evitamos desplazamientos importantes para celebrar vistas de 30 ó 40 minutos.
-Está medianamente satisfecho entonces con el número de fiscales, pero dentro de la Fiscalía hay especialidades como antidroga con una carga excesiva.
-Sí, pero no es la única especialidad, hay otras también con mucho trabajo como violencia de género, extranjería con la trata de personas o siniestralidad laboral. Efectivamente, el tema de antidroga ha evolucionado mucho y a mal en estos últimos años por la presión que se ha venido ejerciendo en el Campo de Gibraltar, que ha desplazado a los narcos a otras zonas. Además, ha cambiado la forma de esa delincuencia. De tener una delincuencia sencilla, entre comillas, nos encontramos ahora con organizaciones criminales especializadas; también con el problema del paso del hachís a la cocaína, el petaqueo, el incremento de uso de armas de fuego que es algo que hay que erradicar...
En la última ampliación de plantilla de fiscales a nivel nacional, que aquí no llegó ninguno, la provincia de Cádiz se llevó el 10%, 8 plazas de 80. Que está muy bien y es razonable porque allí está también la cuestión de Gibraltar, pero aquí también tenemos el grave riesgo que conlleva el narcotráfico, de penetración social, institucional y de corrupción del sistema. Ése es el gran peligro.
-¿Y el narco ha penetrado ya en el sistema?
-Yo creo que no. Por lo menos, no tenemos constancia de que eso se está produciendo, pero como no queremos que se produzca estamos muy vigilantes. Sí tenemos casos de corrupción de personas aisladas. Pero una penetración más allá en las instituciones no la vemos. ¿Pero ese riesgo existe? Claro, por eso tenemos que cambiar mucho el chip de la represión a la prevención. Un buen ejemplo, desde mi experiencia, que no tiene nada que ver con lo que estamos hablando, ha sido la prevención de los incendios forestales. Oficiar a todos los ayuntamientos, a las administraciones... Oiga, que tiene este vertedero, que hay ese peligro...ha funcionado y eso mismo lo podemos hacer en todos los campos. Es cierto que nosotros estamos más al castigo de la represión de la conducta realizada. Pero cuando la conducta ya se ha realizado, ya llegamos tarde.
-Habla de la posible reforma para entregar la dirección de las investigaciones al fiscal como ocurre en otros países, pero es algo que se lleva hablando hace años y nunca se cristaliza. ¿Cree que el actual Gobierno la va a terminar impulsando?
-Sí, es un debate que lleva muchísimos años. Yo siempre he pensado que no se iría a hacer, pero ya no sé qué pensar. Ahora parece que hay esa idea y esa voluntad; aunque eso requiere un consenso político y jurídico importante, requiere reformas legislativas y requiere lo de siempre, mucho dinero. Los antiguos estamos muy escarmentados de las reformas a coste cero porque no funcionan ninguna.
-Entonces, ¿estás de acuerdo en que sea el fiscal y no el juez de instrucción el que dirija la investigación?
-Claro, entre otras cosas porque lo llevamos haciendo, por ejemplo, en Menores muchos años; lo hacemos también en Antidroga. Yo creo que se ganaría porque dejaría al juez para lo que yo creo que debe estar, que es para juzgar y dictar sentencia. Las investigaciones serían más imparciales, más objetivas, más asépticas, además que seríamos más eficaces. Y luego, en Europa no nos mirarían como bichos raros. Cuando hablas con los compañeros que llevan cooperación internacional, que le tienen que explicar al fiscal alemán que se tiene que dirigir al juez de instrucción para esto y lo otro... En Europa es que no entienden bien nuestro modelo. Ahora bien, se necesitan medios, dinero y reformas legislativas. Si me dan la investigación, que me la den bien y no que a cada paso que dé vaya a estar costreñido y controlado por el juez de garantía. Una cosa es que autorice o no medidas limitativas de derecho y otra estar poniendo palos en la rueda cada cinco segundos porque entonces no funciona.

-Por poner cifras, de ejecutarse esa reforma, la plantilla de Huelva que ahora mismo está en 31, ¿cuánto necesitaría para cumplir con esa reforma?
-Mínimo doblarla, pero en cambio te sobrarían jueces.
-Hablando de reformas, ¿a favor de la consolidación de jueces y fiscales sustitutos sin pasar por la oposición clásica?
-Vamos a ver, yo creo que ahí se mezclan muchas cosas pero con respecto a la consolidación de los fiscales es que algo hay que hacer, siempre que se haga bien. En la carrera judicial hay un cuarto turno y no parece que tenga mucho sentido que no lo haya en la carrera fiscal. Yo conozco magníficos profesionales que llevan muchísimos años de sustitutos y que, no es que lo harían, es que lo hacen igual de bien que yo y que se les daría la oportunidad de acceder. Evidentemente hay que evitar que eso no sea un mecanismo para colar a gente. Además, no podemos perder de vista una cosa: Si las oposiciones siguen al ritmo que se están convocando, de 80 plazas al año, dentro de 7 u 8 años tenemos un gravísimo problema. La promoción anterior a la mía, la mía y la siguiente fuimos de 600 fiscales, que nos vamos a jubilar frente a los 80 que están entrando en las últimas promociones.
Yo creo en el sistema de oposición libre, faltaría más, no hay otro que te garantice el mérito, el sacrificio, la capacidad. Aunque es razonable, a lo mejor, partiendo de que la oposición libre tiene que ser la vía principal, mejorarla. Vamos a ver también la tramitación parlamentaria porque ha habido ya cosas que en el anteproyecto se han suprimido como los traslados forzosos por ascenso que era una cosa que no tenía sentido.
-¿Qué realidades delictivas en aumento le preocupan?
-La delincuencia clásica tradicional, a la que estábamos acostumbrados, ya es extraña. Un robo con fuerza en un coche sigue ocurriendo, pero ya es raro. Vamos a una delincuencia cada vez más especializada de alguien en su casa con un ordenador. Y ahí tenemos desde pornografía infantil, acoso sexual, estafas, criminalidad organizada.. Supone un reto porque es más difícil de investigar, de acreditar...Toda esa delincuencia especializada es preocupante. Pero también me preocupa toda aquella delincuencia que afecta a víctimas vulnerables: mujeres, menores, ancianos... gente que está muy desprotegida y que a veces, además, ni siquiera tienen la capacidad de ser conscientes de que han sufrido un delito.
-Seis años ya al frente de la Fiscalía. ¿Ha visto cumplido algunos de los objetivos marcados en su proyecto?
-Sobrevivir, sí (ríe).... Sí, hemos mejorado las instalaciones y aunque sea por la vía de los refuerzos, hemos aumentado en algo la plantilla. Se ha constituido la oficina fiscal con puestos singularizados y creo que el ambiente de trabajo es bueno después de todo lo que pasamos con la pandemia. Estoy razonablemente satisfecho. Es cierto que yo pronto aprendí que el jefe debe estar al pie del cañón para solucionar problemas y que hay que enfrentarse al día a día sin planes a medio-largo plazo.
-Uno de los objetivos era mejorar la comunicación. ¿Cree que lo ha logrado? porque da la sensación de que la información judicial no fluye en Huelva como ocurre en otras provincias.
-En otras fiscalías, ejerce de portavoz el jefe, pero yo es algo que no veo. Prefiero que no se confundan esas dos funciones. También es cierto que en otras épocas había más contacto y relación con los medios porque había periodistas especializados en tribunales que venían por aquí. Creo que es una cuestión de que ha cambiado mucho ese periodismo, más que una cuestión nuestra. Pero es cierto que a través del resumen de prensa que nos llega a través del TSJA ves que hay mucha más información de otras provincias, incluso de Ceuta y Melilla.