Ser ludópata y vivir en Huelva junto a un local de apuestas: «Tu mente te obliga todos los días a jugar»
«Hay que agarrarse a un clavo ardiendo y apoyarse en la familia para dejar de jugar», reconoce un onubense exadicto al juego
«Ahora mismo el enemigo número 1, quitando los juegos online, es la ruleta. Está de moda entre los jóvenes», dicen desde Apreja
Huelva presenta el índice más alto de Andalucía de casas de apuesta por habitante
Piden medidas contra los locales de apuestas en Huelva, que tiene el índice por habitante más alto de Andalucía
Los vecinos del Higueral en pie de guerra por los locales de venta de sustancias ilegales y la aparición de dos casas de apuestas

En el entorno del Parque de la Luz, en el barrio de Fuentepiña de Huelva, una zona con varios bares, hay una casa de apuestas. Apenas a 200 metros se encuentra otra en una esquina contigua al parque Antonio Machado. Es un caso que vulnera flagrantemente la legalidad, pues entre dos establecimientos de este tipo debe mediar una distancia mínima de 500 metros, situación que tiene a la Asociación de Vecinos Nuevo Higueral en pie de guerra.
Es la realidad de la capital, donde este negocio y los dramas asociados a su actividad crecen. Y el balance es el mismo a nivel provincial, siendo la onubense la provincia con el índice de locales de apuestas más alto de Andalucía, uno por cada 4.000 habitantes. Y son datos que se están quedando obsoletos frente al día a día.
El móvil, el ordenador o la televisión de cualquiera está repleto de estímulos para jugar, con un bombardeo constante de publicidad de apuestas. Salir a la calle también supone estar rodeado de tentaciones para quien trata de luchar contra la adicción al juego en Huelva, pues tiene casi tan a mano un local de apuestas como un bar, una panadería o una farmacia.

Antonio es uno de esos ludópatas que puede decir que mantiene a raya su adicción al juego, pero es muy consciente de que el peligro siempre está rondando y que un paisaje con tantas casas de apuestas no ayuda. Es testigo de cómo personas de muchas edades caen en la trampa y les cuesta salir, especialmente jóvenes en los últimos tiempos. Estos lugares son como un imán para quienes tienen problemas con el juego.
«El juego te llama. Tu mente te está diciendo cómo de bien lo pasas allí y sigues jugando»
Exadicto al juego
Sobre cómo se siente un adicto ante el estímulo perenne de luminosos y puertas abiertas de este tipo de locales, comenta a Huelva24.com que la conexión visual a diario con estos lugares representa una llamada constante con mucho poder. «Tu mente te obliga todos los días a jugar» y llega un momento que «vives para el juego». Relata sobre cómo esa espiral de adicción martillea el pensamiento que «el juego te llama. Tu mente te está diciendo cómo de bien lo pasas allí y sigues jugando».
«Hay que agarrarse a un clavo ardiendo y apoyarse en la familia para dejar de jugar», reconoce e insiste en subrayar que «el antídoto es la fuerza de voluntad y el compromiso con tus familiares de que vas a salir de ahí».
Apreja, 25 años de lucha contra la ludopatía
En Huelva ha cumplido 25 años de lucha contra las adicciones al juego Apreja (Asociación para la Prevención y Rehabilitación de Jugadores de Azar), que cuenta con un centro de tratamiento ambulatorio exclusivo de juego patológico. Su presidente, Antonio Gutiérrez, señala que en España entre tres y cuatro millones de personas reconocen que son adictos al juego, una cifra que no tiene su correspondencia exacta en Huelva porque «nunca se ha hecho un estudio» por falta de financiación. No obstante, el perfil general del jugador que gasta mucho dinero coincide: es de entre 18 a 25-30 años y ya empiezan a trabajar y a ganar dinero cuando cae en la adicción.

«En Huelva, hace 6-7 años, lo miramos calle por calle y nos salían 52 salones de juego y ya hay más del triple»
Antonio Gutiérrez
Presidente de Apreja Huelva
«En Huelva, hace 6-7 años, lo miramos calle por calle y nos salían 52 salones de juego y ya hay más del triple», apunta Gutiérrez, que sostiene que al Gobierno no le interesa que baje el juego porque supone «una gran fuente de ingresos». Más de 55.000 millones generó en 2022. Además, recuerda que aunque existe un registro oficial del personas con problemas de juego, donde figuran a quienes se les prohibe la entrada en un local, «esa prohibición es voluntaria y a los seis meses caduca y el adicto la puede eliminar para volver a ser readmitido en salas de todo tipo y casinos».
100 parejas a la semana en tratamiento
Unas 100 parejas, formadas por la persona adicta y quien le acompaña, acuden cada semana a terapia a Apreja, en la calle Antonio Machado. «Le exigimos que vengan acompañados por un familiar porque es el única arma que tienen para dejar el juego. El compromiso y la ayuda de la pareja, la persona más directa», comenta el presidente, quien expone que vienen fechas de especial demanda. «Para las asociaciones es como las rebajas en los comercios. Acuden mucha gente. Ahora vienen los pagos y los ludópatas no saben cómo justificar ese dinero que han gastado. El juego es una cosa silenciosa, pero cuando tienes que justificar dónde está el dinero es cuando empiezan los problemas en la casa», describe.



En su análisis de la situación en Huelva con respecto a la adicción en el juego comenta que «mi frase cuando me preguntan siempre es la misma. La cosa va mal y así será hasta que llegue el día que no tenga un asociado, que sería una satisfacción inmensa. Pero es al contrario. Llega cada vez más jóvenes y no puedo estar contento».
Y frente a esta realidad van a la lucha con escasos recursos. «Aún no hemos cobrado ninguna subvención de ninguna administración pública en lo que va de 2024 y es difícil mantener una asociación como la nuestra, sin ingresos, porque lógicamente nosotros no podemos apoyarnos como otras asociaciones en una rifa o un sorteo. Si luchamos contra eso no vamos a fomentarlo. El sistema falla», lamenta.
La ruleta está «de moda»
«Le llamamos el juego del estudiante», dice Gutiérrez sobre la ruleta, que es presencial y sólo para mayores de 18 años, pero que ha ganado en popularidad. «Para muchos antes de que se den cuentan ya deben mucho dinero», resalta y asegura que «a la juventud le ha dado por esa novedad. La excitación de ver las bolitas rodando y que se acerquen al número que has elegido es grande».
Precisamente el estudiante universitario es el perfil mayoritario en este juego, que está provocando «una verdadera carnicería» en estos jóvenes y por extensión en sus familias. «Ahora mismo el enemigo número 1, quitando los juegos online, es la ruleta. Está de moda y acaba con todo. Es el juego de cada día. Lo comentan entre ellos y todo el que entra en un salón de juegos quiere jugar», relata.
Un casino en el bolsillo
Un estudio de hace pocos años refleja cómo ha proliferado exponencialmente en España el juego online, que como expone Gutiérrez «está haciendo polvo a la chavalería». Indica que aunque los menores tienen prohibido jugar, para ellos «es muy fácil. Ponen el DNI del padre o la madre y abren el casino online del móvil».
«Tenemos un caso reciente de una persona que gastó 35.000 euros en una noche a través de apuestas en el móvil«
«Tenemos un caso reciente de una persona que gastó 35.000 euros en una noche a través de apuestas en el móvil. No hay límite mientras tengas dinero en el banco o crédito en la tarjeta. El banco paga lo que llegue sin problemas de denuncia ni nada», asegura el presidente de Apreja Huelva.
Ejemplifica la situación diciendo que «el juego es como el tabaco, que mata pero no deja de estar en los estancos todos los días. Hay propaganda de juego por todos lados y el móvil está lleno de eso», lamenta.
Imposible salir sin terapia
No hay truco ni medicación posible que libre al adicto de forma inmediata del mal que le asola. Todo se basa en la constancia. «Está comprobado que hay menos recaídas con terapia», asevera Gutiérrez, que recalca que «hay que asistir a terapia y no abandonar. Se hace muy pesado pero hay que hacerlo, porque es la única manera».
«Se llega después de mucho sufrimiento, muchas deudas y engaños. Los ludópatas somos tan embusteros que nos creemos nuestras propias mentiras»
Tras dos años de terapia los adictos pasan a sesiones con psicólogos, una vez que está fuerte el compromiso de dejar de jugar. Las terapias previas son de ayuda y autoayuda, ya que se produce una puesta en común entre los afectados durante una hora y media en cada sesión. «Las experiencias de todos siempre pueden ser de ayuda», considera el presidente de Apreja Huelva, que opina que es «fundamental la voluntad y tener a tu familia contigo. Es un camino al que se llega después de mucho sufrimiento, muchas deudas y engaños. Los ludópatas somos tan embusteros que nos creemos nuestras propias mentiras, porque es la única defensa que tenemos».

Gutiérrez puede predicar con el ejemplo. «Aquí estoy yo porque lo mismo que recibí quiero dar y ayudar», afirma tras 27 años sin jugar, una adicción en la que entró en 1974 con el bingo como el objeto de su obsesión. «Me cogió muy fuerte. Estaba ganando mucho dinero y lo invertí todo en jugar. Estaba deseando que fueran las seis de la tarde, la hora que abría el bingo. Eso me costó un empleo de 30 años. Vas haciendo una bola, acumulando deudas y eso te va laminando. Gracias a mi familia pude salir de todo eso», relata.
Destaca otros casos curiosos como los de adictos recuperados que ahora trabajan en locales de apuestas. «Hemos tenido en terapia a cuatro cinco personas que han salido de aquí, ya no juegan a nada y trabajan en salones de juego sin volver a tener problemas», señala.
Prevención en los jóvenes
Para que los más jóvenes no caigan en la adicción, desde Apreja Huelva insisten mucho en la prevención. «Desde la edad que empiezan a ir al colegio y usan ordenadores es primordial marcarles el tiempo de jugar a cualquier tipo de juego y vigilarlo mucho. En sí no es malo, es una distracción, pero llega el momento en el que es muy fácil llegar al camino de la ludopatía, porque hay muchos estímulos», avisan.
Esta asociación, como muchas otras sostiene que la prevención empieza en casa pero a red de protección debe ser mucho más amplia y debe extenderse desde el conjunto de la sociedad, con las administraciones al frente impulsando una legislación más restrictiva.