Así hemos llegado hasta aquí: degenerando

El periodista José García Abad escribió la biografía que mejor define el perfil político y humano de Rodriguez Zapatero, el peor presidente que ha tenido España desde que parió madre. Frío, calculador, soberbio y, además, revestido con piel de corderito: un “lobobambi”, en palabras del autor de la obra. Cuando, por cierto, un amigo de García Abad se enteró de que quería contar la vida del expresidente, irónico, asombrado, le dijo: 'Pero, Pepe ¿tú crees que este hombre da para un libro? ¿No bastaría con un folletito?'.

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Cuento la anédota porque comparto la misma opinión: la vida y la obra de Rodriguez Zapatero merece el espacio de la hojita parroquial de mi pueblo o el mismo tiempo que uno de esos toros malencaraos al que Curro Romero despachaba con cuatro capotazos.

La obra de Garcia Abad 'El Maquiavelo de León' ofrece párrafos memorables, estractos significativos sobre nuestro Peter Pan, el niño que no quería crecer. Les cuento cuatro que no van a olvidar:

Así hemos llegado hasta aquí: degenerando

He aquí —todo por nada, gracias— cuatro trazos que sirven para sacar a la luz la personalidad camaleónica de Zapatero, un presidente que ignoró la crisis económica con la ingenuidad de un pobre novillero ante un morlaco de 500 kilos: ¿Crisis, qué crisis? ¿Miedo?, venga ya….

Cuando Rajoy pisó la Moncloa, su principal asesor, Pedro Arriola, le ofreció un consejo que firmaría el propio Groucho Marx: No hay que hacer nada porque el tiempo lo arregla todo y lo mejor es tener cerrada la boquita. Mi amigo El Cani, filósofo de prestigio, dice lo mismo pero de otra manera: Siempre que llueve, después, escampa. Lo peor, mireusté, es que tras cuatro años aún no ha remitido el temporal, y, me dice el hombre del tiempo que, por ahora, no se divisa el sol en el horizonte. Los escándalos de la corrupción están ahí: caso Gurtel, los papeles de Bárcenas, las tarjetas 'black' de Caja Madrid, la operación Púnica, las investigaciones sobre el PP valenciano…, y en este plan, como diría el maestro Umbral. Mientras, mireusté, uno tiene que escuchar en la tele respuestas tan dadaístas por parte de los políticos como …y tú más… y tú más…, o como ¿y quién no ha metido la mano en la caja?.

Cuentan que un banderillero del torero Juan Belmonte, llamado Joaquín Miranda, que ocupó el cargo de gobernador civil en Huelva, presidía un festival benéfico al que asistía Belmonte con un amigo que no sabía nada de toros. El amigo le preguntó: ¿Don Juan, es verdad que el presidente ha sido banderillero suyo? 'El Pasmo de Triana' contestó rotundo: Sí. A lo que éste replicó: Don Juan, ¿y cómo se puede llegar de banderillero de Belmonte a gobernador?. Y el torero sevillano, con su habitual tartamudeo, le respondió: ¿Po…po…po…cómo va sé? Dé…dé…degenerando.

Diógenes buscaba con un candil un hombre bueno en medio de la noche y España reclama un presidente de Gobierno, íntegro, con preparación, honrado. Mi amigo el periodista Luis Eduardo Siles —siempre tan oportuno— llama desde Madrid para decirme que el humorista Forges ha propuesto en una de sus viñetas a Bertín Osborne para dirigir España los próximos cuatro años. No es mala idea, no, si tenemos en cuenta que la tele se ha convertido en nuestro gran referente moral e intelectual. Sin embargo, la paridad entre hombres y mujeres me  lleva a proponer otro nombre, el de una mujer, Belén Esteban, un personaje con carisma, de barrio, mediático. La denominada princesa del pueblo zanjaría el confuso momento político que vivimos —seguro— con un manotazo en la mesa y su típico latiguillo verbal: Ya está bien, ¿vale?.

Me cuentan...

Veo en la tele a Concha Velasco, que prosigue su gira por España con la obra teatral 'Olivia y Eugenio', donde la actriz vallisoletana comparte escenario con dos jóvenes con síndrome de Down e interpreta el papel de la madre de uno de ellos. He visto la obra y Concha me ha parecido creíble, inmensa, genial. Lo he escrito alguna vez —y ella lo ratifica sobre el escenario— el teatro es su pasión.

¿El cine ha prestado poca atención en los últimos años a Concha Velasco?, le pregunto a Francisco Blanco, conocido como Boquerini, uno de los mejores críticos cinematográficos de este país, como avalan sus trabajos para, entre otros medios, Radio Nacional, Televisión Española, Antena 3 o la agencia Colpisa. Concha —me comenta— es una actriz maravillosa y todavía le queda mucho que hacer en el mundo del cine. Espero que le ofrezcan buenos guiones. El problema de Concha es el mismo que tienen otras actrices, incluso en Hollywood: los directores prefieren chicas jóvenes. Le digo a Boquerini que Concha, a pesar de su gran trayectoria, no ha conseguido trabajar con directores de la talla de Almodóvar o Amenábar…¿Alguna razón, maestro? “Creo que no. Lo que pasa es que cuando un director hace una película busca el perfil más adecuado que pueda encajar en el personaje.

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