Historia de la Arqueología

La arqueología empieza cuando el artefacto (herramienta), cae en desuso, por lo tanto el arqueólogo estudia las sociedades del pasado, principalmente a través de sus restos materiales, o sea de sus artefactos, construcciones, etc., que constituyen la denominada Cultura Material.

A diferencia de los etnólogos (Etnología: Ciencia que estudia las causas y razones de las costumbres y tradiciones de los pueblos), geógrafos, sociólogos y demás, los arqueólogos no podemos observar el comportamiento de la gente a la que estudiamos y, a diferencia de los historiadores, no tenemos acceso directo al pensamiento de esa gente a través de fuentes escritas. En su lugar, los arqueólogos debemos interpretar el comportamiento y las ideas humanas a través de los restos materiales y el impacto medioambiental de sus actuaciones.Cuando un arqueólogo se enfrenta a una excavación sólo puede intuir lo que va a encontrar gracias al estudio previo que se realiza antes de llevar a cabo la intervención, pero siempre puede haber sorpresas, poca gente intuía los restos que iban a aparecer en el PP8 (Plan Parcial 8) o Seminario, e intervenciones que prometen por encontrarse en lugares privilegiados y rodeados de restos arqueológicos han resultado negativas, se podría decir que una intervención arqueológica es, citando a la madre del gran Forrest Gump, “como una caja de bombones: nunca sabes qué te va a tocar”. Sin embargo la arqueología como se conoce hoy en día es una disciplina moderna, de hecho hasta la década de 1960 la arqueología no se había estructurado en un sistema global de teorías. (Clarke, 1968)Sí, es verdad que desde la Antigüedad, las sociedades han buscado la explicación de los acontecimientos naturales o no, que no podían explicar, así si un hombre tartéssico se encontrara con algún artefacto de un hombre neolítico, lo más probable es que lo considerara como algo de origen sobrenatural y quizás hasta le atribuiría ciertos poderes mágicos. Los

Como ejemplo de pioneros en la arqueología tenemos a García de Silva Figueroa del siglo XVI que, como embajador de la corona española en la corte de Abás el Grande, gobernante del Imperio Safávida, hizo un largo viaje por Persia, Mesopotamia y Asia Menor llegando a las ruinas de Persépolis que le impresionaron tanto que mandó una carta al Marqués de Bedmar donde se recoge la primera descripción de la escritura cuneiforme.O Roque Joaquim de Alcaubirre, que fue ingeniero militar y ha pasado a la historia por haber sido el descubridor de los yacimientos arqueológicos de Pompeya y Herculano. En 1748 inició las prospecciones de la ciudad antigua de Pompeya, que tenía como rasgo distintivo el haber encontrado la vida romana tal y como fue, con sus habitantes sorprendidos y sepultados por la erupción del Vesubio, lo que obligó a un cambio radical en el concepto de excavación arqueológica que hasta entonces se tenía, pues solo interesaba conseguir los artefactos. Más tarde excavaría también la villas de Asinio Pollio (Sorrento) y otros restos de Capri, Pozzuoli y Cumas. Sin embargo, los comienzos de la Arqueología científica vienen de la mano de la necesidad del hombre por encontrar sus orígenes.El estudio de la Prehistoria comenzó con un par de movimientos en la primera mitad del siglo XIX: el primero se desarrolló en Escandinavia y se basaba en aplicar nuevas formas de datación que hicieran posible un estudio general de la arqueología prehistórica; la segunda tuvo lugar en Francia e Inglaterra que se conformaron como pioneros del estudio del Paleolitismo que trataron de solucionar los problemas surgidos por el novedoso libro Origen de las especies (Charles Darwin, 1859).En la escuela escandinava, Thomsen intentó crear una cronología relativa controlada  basándose en los materiales y sus cambios estilísticos. Thomsen vio que era posible una seriación temporal y por países de los restos arqueológicos y en mayor medida los prehistóricos siguiendo una línea evolutiva, convencido del orden cronológico en seriaciones culturales. Organizó las cosas en torno a 3 edades o sistemas: Periodo prehistórico (pagano) o Edad de la piedra, Edad del Bronce y Edad del Hierro.El problema principal fue la pervivencia de objetos que perduran en el tiempo,o el de escoger otros objetos metálicos como orfebrería, joyería que plantean más problemas. Los interrogantes eran grandes y trató de solventarlos fijándose en los yacimientos arqueológicos y en los restos que procedían de una misma tumba, todos ellos enterrados al mismo tiempo (hallazgo cerrado), llegando a la conclusión de que eran contemporáneos entre ellos. Así, analizó los objetos y clasificó los objetos por distintos periodos. No sólo vio su composición, sino que los analizó en su conjunto cerrado y por ello definen un periodo, una fase cultural. Esto resultó ser un enorme progreso. Además empezó a clasificar por primera vez los objetos en categorías de artefactos: cuchillos, espadas, anzuelos, útiles de cocina… planteando los inicios de la tipología. Además en cada categoría los clasificó según su composición (madera, hueso, piedra…).Otro investigador de la escuela escandinava que desarrolló un importante trabajo fue Nilsson, que centró su trabajo en las economías de subsistencia, pensaba que el incremento poblacional de finales del Neolítico fue determinante a la hora de pasar de una economía cazadora-recolectora a otra de agricultores-ganaderos. Mientras, en Francia e Inglaterra la primera arqueología científica se preocupó sobre todo por el Paleolítico y averiguar la antigüedad de la humanidad. Las tesis darwinistas obligaron a los arqueólogos e historiadores a plantearse la interpretación de la Biblia, se desarrollaron estudios sobre anatomía comparada de fósiles y se llegó a la conclusión de que muchas se habían extinguido, también se observó que cuanto más antiguos eran los estratos donde se hallaban los restos animales estos tenían menor parecido con las especies actuales por lo que se concluyó que especies enteras habían sido destruidas por catástrofes naturales como el Diluvio Universal.

Al avanzar en el estudio del Paleolítico y de sus artefactos, los investigadores observaron que podía hacerse una clasificación con técnicas y usos como había hecho Thommsen con el Neolítico y la edad de los metales, pero siguieron tan centrados en la extracción de los útiles, que desatendieron la investigación sobre los demás aspectos de la excavación, obviando los modos de vida de la sociedad que los usó y relegándolos sólo al conocimiento para determinar su cronología y afinidades culturales.El nombre de arqueología paleolítica apareció por primera vez en 1865 cuando Lubbock dividió la Edad de piedra en un primer periodo paleolítico o arqueolítico y uno más reciente, el Neolítico. Fue también defensor de las teorías racistas que empezaban a gestarse, de modo que defendía que los factores ambientales habían provocado variaciones biológicas en los grupos humanos, como resultado de la selección natural, de esta manera explicaba la desigualdad social y la supuesta superioridad de las sociedades europea más avanzadas que las demás.Estos enfoques se usaron para justificar las colonizaciones británicas ya que el objetivo de éstas era el progreso de la especie humana. También sirvió para justificar el exterminio de las sociedades indígenas americana que estaban predestinadas a desaparecer porque no estaban preparadas para la evolución de la sociedad.A principios del siglo XX se puso de moda la arqueología nacionalista, en España significó la búsqueda de la identidad española con las primeras excavaciones en Numancia, y la búsqueda de Tartessos por A. Schulten. Otra figura que hay que destacar como teórico de la arqueología es Gordon Childe que, tras la II Guerra Mundial y con su enfoque marxista que había ido puliendo desde el inicio de su carrera, creía que las generalizaciones de interacción cultural sólo podían aplicarse a los grupos con similares modos de producción, es decir que habría una gran diferencia cultural entre los grupos de cazadores-recolectores y agricultores-pastores, mientras que las que disponían de iguales medios de producción tenderían a crear similares instituciones políticas, sociales y culturales.A finales del siglo XX, Lewis Binford desarrolló la arqueología procesual que analiza el proceso arqueológico, estima el rigor del método científico, esta teoría defiende que el registro arqueológico no puede ser entendido si no se entiende cómo se formó. Los arqueólogos procesuales estiman que toda investigación arqueológica debe partir de una idea previa que dirija toda la investigación. A partir de ella, se aplica el método científico hipotético-deductivo que abarcaría de la lo particular a lo general, intentando leyes del comportamiento humano si bien no rígidas al menos probabilísticas.Actualmente los arqueólogos siguen diferentes enfoques teóricos a la hora de enfrentarse a una intervención, si bien hay que decir que la interpretación de los datos arqueológicos depende de la comprensión del comportamiento presente de los arqueólogos y de cómo éste se refleja en la cultura material. Al realizar las hipótesis sobre nuestros hallazgos y, como animales sociales que somos, los arqueólogos buscamos, dentro de toda la objetividad que somos capaces, teorías que concuerden con nuestras ideas para refutar, afirmar o revolucionar una teoría anterior.Esto influenciado también por las modas que se han impuesto también en la arqueología, sega y ha sesgado la visión total que podríamos dar sobre un yacimiento, ya que muchas veces nos parapetamos en nuestros supuestos y nos negamos a nuevos puntos de vista que podrían completar nuestra investigación, si bien estos hechos se dan cada vez menos y hoy día nos encontramos con más equipos multidisciplinares y colaboraciones que enriquecen los resultados obtenidos. El problema ahora está, como en casi todo, en la falta de recursos financieros que respalden la creación y el trabajo de estos equipos, pero visto como está todo no es de extrañar y tendremos que seguir trabajando más por la devoción que por el aporte económico.