Gran recital de Jesús Méndez en Las Colonias
Redoble de campanas
Como colofón a una semana repleta de acontecimientos flamencos en nuestra tierra, a cuenta del nuevo y flamante Festival Ciudad de Huelva, se presentaban en la Tertulia Las Colonias, repleta de aficionados, dos artistas jerezanos que a pesar de su juventud, ocupan un lugar de privilegio en el escalafón: Jesús Méndez, al cante, y Manuel Valencia, al toque, en una noche que dejó un buen sabor de boca entre los asistentes.
Tras la concisa presentación de Ramón Arroyo, subieron al coqueto escenario de la Tertulia el cantaor y su guitarrista. Arrancó Jesús Méndez, pleno de facultades y poderío, por martinete y toná, acordándose de Tomás Pavón. Continúa por alegrías, ya con el magnífico acompañamiento de Manuel Valencia. Y sigue por tarantos, evocando a su paisano Manuel Torres –'Dame la espuela'–, concluyendo la primera parte por tientos rematados por unos variados tangos.
Después del descanso, Jesús Méndez, entregado durante toda la velada, da lo mejor de sí, siendo correspondido por el público, entre los que se encontraban numerosos peñistas, no sólo de la Tertulia, sino también de otras peñas onubenses. El cantaor comienza a caldear el ambiente, como no podía ser de otra forma, por soleá, recorriendo gran parte de su geografía: Alcalá, Cádiz o Triana. Y echa más leña al fuego por siguiriyas, con aires jerezanos y concluyendo con la cabal atribuida al Loco Mateo y recreada por el Serna –'Desde la Porverita hasta Santiago'–, levantando a los aficionados de sus asientos. Fue el momento cumbre de la actuación.
Cierra el recital con una tanda de fandangos naturales, en los que recuerda, entre otros, a sus paisanos el Gloria y Manuel Torres –'Que del nío la cogí'– y, naturalmente, por bulerías, con el soniquete que da esa tierra jerezana y con los ecos caracoleros propios en su repertorio, acordándose también de su estirpe, de La Paquera –'Que doblen las campanas'–, rematando con la típica pataíta. El público, puesto en pie, despide a los artistas con una cerrada ovación, agradeciéndoles su entrega y buen hacer durante toda la noche.
