La niña milagro del Rocío: «Mi hija volvió a nacer gracias a esos dos guardias civiles»

El auxilio a una bebé de 10 meses durante la romería de 2019 ha unido para siempre a una familia con dos agentes del Instituto Armado, «que son más que padrinos» de la niña

Un siglo del primer teléfono en la aldea: la independencia fallida de El Rocío que la conectó con el mundo

Los guardias Barranco y Álvarez con la pequeña Carmen en 2019 h24
Silvia Tubio

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En la aldea del Rocío se suceden muchas historias en cada romería. En este rincón de Huelva se congregan miles de personas en un fin de semana y por una simple cuestión de estadística tienen que ocurrir cosas. Hay historias felices y otras no tanta. La de Carmen, una pequeña que aún no ha cumplido los siete años, es de las que merecen ser contadas. Esta vecina de Puente Genil (Córdoba), que crece sana junto a su familia, pudo haber perdido la vida por un maldito accidente en 2019, cuando aún no había cumplido el año de vida. La intervención de dos guardias civiles lo impidió y a partir de ese instante se creó un lazo indestructible entre esos agentes del Instituto Armado y la pequeña. Ésta es su historia:

«Son mucho más que sus padrinos, ellos son los ángeles de la guarda de mi hija Carmen». Cinta Granados atiende la llamada de Huelva24 y está dispuesta a rememorar lo que fue quizás el peor momento de su vida. «Era el viernes de romería. Nos estábamos preparando para ir a ver la presentación de nuestra hermandad». Aquel año, Cinta y su marido decidieron no hacer el camino y reservar una casa durante la romería. Su hija tenía sólo 10 meses y querían un ambiente más tranquilo. «Habíamos llegado la noche anterior y nos encontramos que cerca de la casa había un puesto de la Guardia Civil. Los saludamos y quién nos iba a decir que al día siguiente esas personas iban a entrar en nuestras vidas para siempre».

Tan sólo unas horas después de ese primer encuentro, Cinta le estaba dando a la pequeña Carmen un poco de apiretal para aliviarle la congestión que presentaba la pequeña por culpa de los mocos. «De repente noté que dejaba de respirar. Yo veía que la niña trataba de aspirar pero no expulsaba el aire. La desnudé, le di un masaje en la espalda, pero mi niña cada vez se ponía más morada. Me puse muy nerviosa. Empecé a gritar y a pedir auxilio. Estaba desesperada». Un tío de la pequeña salió a la calle en busca de ayuda. Acudió al puesto de la Guardia Civil donde estaba el guardia Barranco y el guardia Álvarez. Les pidió que alertaran a los servicios sanitarios. Lo hicieron, pero también se fueron directamente a la casa a ver si podían hacer algo.

Por unos pocos segundos

«Cuando llegamos, mi compañero cogió rápidamente a la niña y le hizo la maniobra de Heimlinch. Fue instantáneo. Carmen echó un erupto y empezó a respirar de nuevo», recuerda el guardia Barranco, que atiende a este periódico poco antes de empezar a trabajar en el acompañamiento a la hermandad de Córdoba en su camino de ida hasta la aldea almonteña.

Para este veterano agente, aquella intervención ha sido la más especial de todas las que ha llevado a cabo en su larga carrera profesional. «Cuando vimos que la niña volvía a respirar, sentimos un profundo alivio. Nos sentimos realmente bien porque la cosa pintaba mal. Es maravilloso poder ayudar a la gente. Es el sentido real de nuestro trabajo».

La intervención de estos guardias fue providencial. Así se lo confirmaron los sanitarios a los padres de Carmen cuando llegaron apenas cinco minutos después del auxilio. «Cuando la exploraron vieron que estaba bien. Había sido una burbuja, una pompa de aire que no podía expulsar. Me lo dijeron claro, que los agentes le habían salvado la vida. En esos cinco minutos que ellos tardaron en llegar, mi niña habría muerto porque no habría aguantado».

Imagen principal - Arriba Carmen con sus padres en una foto más reciente, abajo con su hermano y a la derecha en 2019, cuando la pasaron por el manto de la Virgen del Rocío
Imagen secundaria 1 - Arriba Carmen con sus padres en una foto más reciente, abajo con su hermano y a la derecha en 2019, cuando la pasaron por el manto de la Virgen del Rocío
Imagen secundaria 2 - Arriba Carmen con sus padres en una foto más reciente, abajo con su hermano y a la derecha en 2019, cuando la pasaron por el manto de la Virgen del Rocío
El album de esta pequeña rociera Arriba Carmen con sus padres en una foto más reciente, abajo con su hermano y a la derecha en 2019, cuando la pasaron por el manto de la Virgen del Rocío H24

A partir de ahí se creó una unión muy especial entre los agentes y la pequeña, a la que consideran como una suerte de hija en la distancia. Después del auxilio, a Carmen la pasaron por el manto de la Virgen del Rocío durante la misa de agradecimiento que celebra la Guardia Civil tras la romería de 2019. «Al verano siguiente, la familia nos invitó a la finca que tienen allí en Puente Genil y nos fuimos con ellos. Le llevamos un regalo a la niña (un peluche gigante) y desde entonces mantenemos el contacto por teléfono. Nos llamamos en fechas señaladas y siempre intentamos saber cómo está Carmen», dice el guardia Barranco.

Además de ese regalo, Carmen había recibido antes un presente de otro funcionario del Instituto Armado. Una anécdota que no ha contado Cinta hasta ahora. Y es que un día después del accidente, un guardia tocó a la puerta de su casa en la aldea para darles las gracias. «Sí, sí como lo oyes. Nos contó que él no creía en esas cosas que se dicen del manto protector de la Virgen del Rocío, pero que después de lo que había pasado había empezado a creer. Por eso, le compró a la niña una medallita de cuna con el número de su placa de identificación», recuerda aún emocionada Cinta.

Con cuatro años, Cinta le contó a Carmen qué había ocurrido en aquella romería del año 2019 cuando era tan solo un bebé. Poco a poco ha ido naciendo en esa niña un sentimiento de profundo agradecimiento hacia la Guardia Civil y eso que en el cuerpo apenas había vinculaciones previas con el Instituto Armado. «Siempre estarán en nuestros corazones». Esta familia tiene aún pendiente una asignatura: hacer el camino completo con Carmen y su hermano pequeño, ambos rocieros de cuna. Quien sabe...por si acaso, ya miran al Rocío de 2026.

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