Los butaneros de España se pondrán en huelga: ¿Se quedará Huelva sin suministro de bombonas?
Se ha acordado suspender el reparto durante cuatro días al mes mientras continúan las negociaciones
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Los distribuidores de butano se encuentran estos días inmersos en un conflicto laboral que tendrá repercusión en los usuarios, ya que como medida de presión se ha anunciado que habrá suspensión en el sistema de reparto a domicilio.
Esta suspensión tendrá lugar en días puntuales a partir del próximo 5 de noviembre -si de aquí a entonces no se desconvoca la medida-, según anunciaba esta misma semana la Federación Española de Distribuidores de Gases Licuados del Petróleo (FEDGLP) en un comunicado tras una reunión de su asamblea general.
En concreto, se ha acordado suspender el reparto durante cuatro días al mes mientras continúan las negociaciones encaminadas, entre otras cosas, a que se eleve la comisión que obtienen los repartidores por cada bombona entregada.
Días sin reparto
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5 de noviembre
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13 de noviembre
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21 de noviembre
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29 de noviembre
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5 de diciembre
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11 de diciembre
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17 de diciembre
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23 de diciembre
Los paros, según señalan los distribuidores de butano, se mantendrán hasta que se lleve a cabo la modificación y actualización de la Orden IET/389/2015 por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y la actualización de la comisión por bombona repartida.
Sin reparto a particulares ni empresas
En los días señalados se paralizan las entregas domiciliarias a particulares o empresas, pero se mantendrá a usuarios en situación de vulnerabilidad social, centros educativos, sanitarios, y de atención social, residencias de mayores, o instituciones sin ánimo de lucro.
Además, en principio el abastecimiento está garantizado ya que se mantendrá el suministro a los puntos de venta, con lo que se podrá acudir a los mismos a adquirir las botellas necesarias.
Los distribuidores han lamentado las molestias que puedan generar a los usuarios, pero aseguran que la comisión que cobran por el reparto a domicilio no se ha ido actualizando a medida que se ha ido encareciendo el carburante y han aumentado los costes laborales y las normativas que cumplir, por lo que les resulta imposible «seguir operando sin sufrir pérdidas».