El mural de Manuel Carrasco, lugar de culto en Isla Cristina

La obra es visitada cada día por muchos fans del artista y turistas y su autor, Víctor Konestilo, asegura es «una brutalidad»

«Se ha convertido en un reclamo turístico impresionante», destacan desde el Ayuntamiento, que ante la gran afluencia de personas ha acondicionado toda la zona

Se ha puesto acerado, un banco para selfies, se ha prohibido aparcar frente al mural y se ha habilitado al otro lado una zona amplia de aparcamiento

El gigantesco mural de Manuel Carrasco que el artista Víctor Konestilo regala a Isla Cristina

La reacción de Manuel Carrasco a su mural en Isla Cristina: «Ni todos los premios del mundo son comparables a este»

Inauguración del mural de Manuel Carrasco recibido por Víctor Konestilo @MANUELCARRASCO_
Mario Asensio Figueras

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Una pregunta clásica es ¿para qué sirve el arte? En Isla Cristina tienen la respuesta referida al gran mural que el artista Víctor Konestilo dedicó a Manuel Carrasco, el gran embajador de su pueblo. La obra, de grandes dimensiones -120 metros cuadrados en el lateral de un bloque de cuatro plantas- y ubicada en el lugar donde vivía el cantante, se ha convertido en un lugar de culto. Ha revolucionado el turismo de la localidad, que está recibiendo muchas visitas de fans y turistas que no quieren dejar pasar la ocasión de contemplar el mural y fotografiarse con él. También ha sido motor de cambio del entorno, que se ha mejorado y embellecido por parte del Ayuntamiento isleño, que supo encajar el proyecto en su legislación.

Víctor Konestilo considera que es «una brutalidad» todo lo que se ha generado en torno a su creación. «Es una chulada que vengan tantos autobuses con fans de Manuel Carrasco con camisetas para hacerse la foto, que las empresas turísticas lleven allí a la gente y sea el final de la ruta o que la empresa Damas hiciera una publicación en redes con la obra para anunciar sus autobuses de Huelva y Sevilla Isla Cristina», explica a Huelva24.com.

«Estamos muy contentos, esto se nos ha ido de las manos», declara por la gran repercusión del mural, Alejandro Pérez Boa, concejal de Deportes, Juventud, Protección Civil, Industria y Mercadillo del Ayuntamiento de Isla Cristina. Él fue quien logró encajar la idea de Víctor Konestilo en el marco legal y resalta que ahora «se ha convertido en un reclamo turístico impresionante».

Imagen - "Hacen excursiones con agencias de viajes sólo para ver el mural"

"Hacen excursiones con agencias de viajes sólo para ver el mural"

Alejandro Pérez Boa

Concejal del Ayuntamiento de Isla Cristina

«Hacen excursiones con agencias de viajes sólo para ver el mural. Los hoteles de la zona hacen salidas culturales con los animadores y pasan por allí», relata el concejal isleño, que también ha destacado la apuesta del consistorio por mejorar el entorno.

Una gran transformación del entorno

Se le hizo un acerado ya que ahí había arena, y se construyó un banco con forma de guitarra con los colores del mural que pone Isla Cristina para que la gente se siente a hacerse las fotos. Además se ha prohibido aparcar delante del mural para que no haya obstáculo alguno y a cambio se ha habilitado una zona amplia de apartamiento al otro lado, donde pueden parar autobuses. La guinda será un foco que alumbre el mural de noche. «Al final el mural está haciendo que cambie la barriada», subraya.

El banco instalado por el Ayuntamiento de Isla Cristina junto al mural EL MAR DE ISLA CRISTINA

El concejal isleño recuerda que Víctor Konestilo contactó con él para llevar a cabo este proyecto, que le pareció original y más teniendo en cuenta que el protagonista era «nuestro más apreciado embajador». No obstante, indicó que en principio su ejecución era «complicada» por todos los condicionantes de la ley urbanística y ordenanzas del municipio y otros factores.

Un encaje legal para el mural

«Me pareció una idea estupenda y el alcalde, Jenaro Orta, me dio su aprobación, pero tuvimos que investigar porque por la ley no contemplaba colores tan fuertes como los de mural en un edificio. Con Urbanismo y mi compañero Alberto López, que es un crack, buscamos los permisos, dimos con el edificio ideal y los vecinos también firmaron un documento dando el visto bueno. Para algo así sí, me decían».

El lugar es en el bloque donde vivió Manuel, en la urbanización Las Malvinas, en la barriada de la Punta del Caimán, frente al Colegio Reina María Cristina, donde también estudió el artista de pequeño. «Reunía unos factores que lo hacían perfecto», apuntó.

«Todos se han quedado maravillados», resalta Alejandro Pérez Boa, que recordó que «a medida de que se iba haciendo se acercaban los vecinos, gente de fuera, los medios… era un proceso llamativo».

Expone que el proyecto era «muy innovador» porque en la localidad no se había hecho nada parecido y «no sabía por dónde meterle mano, pero la parte burocrática se pudo ir solventando y se dio con la fórmula para que todo fuera legal». Una vez conseguido se siente «orgulloso» y refleja que jugó «a caballo ganador, porque quién va a decirle que no a Manuel Carrasco. Al contrario, lo defendemos entre todos». De hecho, sienta el precedente para otras obras con motivos destacados del pueblo, aunque ninguno tiene la unanimidad que su artista más internacional. «Mejor que se quede como algo único y excepcional», concluye.

Konestilo también alaba que una zona poco cuidada se haya adecentado a raíz de su obra y valora el papel del concejal con los permisos. «La idea fue mía, le presenté el proyecto porque quería hacerle un regalo al pueblo sin nada a cambio. Consiguió los permisos para que se pudiera hacer», indica.

Buenos colaboradores

A partir de ahí él puso parte de los materiales y GrupoBeas le cedió gratis una grúa. Además el responsable de la página El Mar de Isla Cristina se convirtió en un compañero inseparable. «Estuvo conmigo día y noche y me cuidó mucho», destaca. También le mimaron los vecinos, que le llevaban «agua, marisco, de todo… Estoy muy agradecido y he visto cómo todos se han emocionado», valora.

Con el resultado final «el pueblo estaba enloquecido, la verdad. La familia tampoco sabía nada, sólo uno de los hermanos de Manuel, Onofre, que nos dio el visto nuevo al boceto».

Este diseño tenía una historia previa. Hace unos años pintó a Manuel Carrasco en Madrid, en la final de la Liga Nacional de Graffiti. A él, que estaba fuera le llegó la imagen y dijo que le gustaría ir, pero fue un panel efímero que se quedó el consistorio madrileño. Tiempo después, en un concierto, le llevó un cuadro pequeño la reproducción del mural y el grafitero apunta que «sé que lo tiene puesto en casa».

Imagen - «Quería hacerle un regalo y embellecer y darle vidilla al barrio»

«Quería hacerle un regalo y embellecer y darle vidilla al barrio»

Víctor Konestilo

Artista urbano

El siguiente paso de Víctor, hablando con su mujer Judith, isleña, fue dar el salto a un mural grande y regalárselo al pueblo del que también era su bisabuela. «Quería hacerle un regalo y embellecer y darle vidilla al barrio», afirma.

Se encontraron en directo el mural los padres y hermanos de Manuel, se celebró una gran inauguración, con una placa, y Manuel subió una publicación en redes dando las gracias que terminó de dejar «contentísimo» al creador de la obra. Fue el principio de un furor impensable por este lugar, ya de culto.

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