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Estudiar 'Mates' en la ESO

En uno de los volúmenes de Revista de Psicodidáctica, Fernández-Alonso, Suárez-Álvarez y Muñiz llevan a cabo un estudio sobre las variables que influyen, positiva o negativamente, a la hora de alcanzar los logros académicos requeridos en las matemáticas de la ESO. En el artículo, además de hacer un repaso de lo que conocemos hasta ahora, también analizan (obviamente) los datos obtenidos en su estudio.

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A día de hoy podemos afirmar que la relación entre deberes escolares y logros académicos, hablemos de matemáticas o de otras asignaturas, está mediada por variables asociadas con las características personales de cada estudiante, con el entorno familiar y con la labor del profesor.

Pero no siempre se ha pensado así. Durante la segunda mitad del siglo XX la relación entre el tiempo dedicado a los deberes y el resultado académico fue lo que más se estudió por parte de los investigadores. Con el tiempo, hemos ido viendo que los datos al respecto no son concluyentes. Parece ser que la fuerza de esta relación depende de la edad del alumnado, así como de la asignatura que estemos tratando.

Actualmente, gracias a la mejora en la metodología de las investigaciones, conocemos que el tiempo que un alumno dedica a los deberes tiene pocos efectos sobre sus resultados académicos. Incluso, en diversidad de análisis, podemos comprobar que el efecto no sólo es inexistente, sino que en muchos casos es significativamente negativo.

Observando la poca capacidad predictiva del tiempo dedicado a hacer deberes, los investigadores han decidido poner su atención en otros aspectos como el apoyo académico recibido por el alumnado, o como factores cognitivos, afectivos y de personalidad referidos al estudiante. Y estas nuevas líneas de investigación han mostrado resultados muy interesantes.

Esto no quiere decir que, en secundaria, hacer la tarea de matemáticas sea una pérdida de tiempo. Al contrario, mejora la autoeficacia y la responsabilidad hacia el trabajo académico, y ayuda al desarrollo de técnicas de estudio. También sabemos que la autorregulación es algo que puede ser entrenado mientras se hacen los deberes, siempre y cuando éstos se hayan planificado de manera apropiada para cada alumno, ya que cuanto más útil les resulten los deberes al alumnado, mejor percepción tendrán de su propia habilidad en matemáticas. Es decir, que a la hora de mandar tarea para casa, el ‘cómo’ es más importante que el ‘cuánto’.

El rol del profesorado de 'Mates'

Hay dos características relacionadas con el profesor que han sido estudiadas muy a menudo: la frecuencia con que manda tarea y el volumen de trabajo que asigna para casa. Cuando se investigan las dos juntas, se ve que la frecuencia está más conectada con el logro académico que la cantidad, aunque también se encuentra relación entre el logro y la cantidad.

Ahora bien, en los últimos años, y tras plantear diversidad de hipótesis, en 2013 se encontraron asociaciones positivas entre el feedback (las devoluciones de información) que el profesorado hace al alumnado de manera individual y la buena percepción que éstos tienen de su progreso en la materia. Es decir, que las emociones, el tiempo y el apoyo que el profesorado dedica a sus alumnos parecen aumentar la motivación y ayudan a mejorar la actitud de los estudiantes de la ESO hacia los deberes de matemáticas.

La intervención familiar

La relación entre la participación familiar y los resultados académicos parece estar más que confirmada a lo largo de diversas investigaciones, pero ¿de qué forma influye?

Un estudio del año 2000 encontró que los chicos y chicas cuyas familias les animaban a ser autónomos con sus tareas escolares demostraban mejores tasas de finalización de sus deberes y mejores resultados que aquéllos cuyas familias eran más intervencionistas. Algo parecido se vio en 2014.

Resultados obtenidos por Fernández-Alonso, Suárez-Álvarez y Muñiz

Tras analizar los datos de su investigación, los autores vieron que, a la hora de estudiar matemáticas, el trabajo autónomo es una de las cosas más importantes para lograr buenos resultados académicos.

En cuanto al tiempo dedicado a hacer los deberes, comprobaron que no por estar más tiempo realizando ejercicios de mates un estudiante va a sacar mejores notas. Es más, incluso puede tener consecuencias negativas cuando el tiempo que se dedica a los deberes es excesivo.

Con respecto a la frecuencia con que el profesor manda tarea para casa, se vio que sí influye positivamente que se pongan deberes a menudo. Sin embargo, en cuanto a la cantidad los resultados son ligeramente más complejos: por un lado, parece ser que cuantos más ejercicios lleven los alumnos como tarea, peor será la actitud de la clase con respecto a dichos deberes; por otro lado, sin embargo, con algunos estudiantes sí es necesario aumentar la cantidad para que se den efectos positivos.

Por último, y como hemos comentado más arriba, se pudo apreciar que si la familia anima al estudiante a realizar su tarea de forma autónoma los resultados mejorarán. De igual forma, se alcanzarán mejores logros académicos si tanto la familia como el profesorado le dan la importancia que corresponde a la realización y corrección de los ejercicios.

Conclusiones

Como podemos observar, los resultados de este estudio confirman la idea que abría este artículo: “La relación entre deberes escolares y logros académicos está mediada por variables asociadas con las características personales de cada estudiante, con el entorno familiar y con la labor del profesor”.

Además, se verifica una vez más la hipótesis de que hacer los deberes de forma autónoma (con la menor intervención posible de la familia u otras personas) es más importante que el tiempo dedicado a su realización. Esto pone de manifiesto lo relevante que es la autorregulación del propio estudiante para obtener buenos resultados.

En lo que respecta al profesorado, se aprecia la importancia no sólo de que asignen deberes para casa, sino también de que lleven cierto control al respecto con el objetivo de que los alumnos perciban la tarea escolar como algo útil y provechoso. Sin olvidar que la frecuencia con que se realicen los ejercicios tiene más influencia que la cantidad, e incluso se ha visto que un gran volumen de trabajo para casa puede minar la motivación y la actitud de los estudiantes.

Por supuesto, todo ello está mediado por las características personales, ya que lo que ‘funciona’ para algunos alumnos no lo hace para otros. Para cubrir estas diferencias individuales se hace necesario conocer a los estudiantes con los que estamos tratando y tener en cuenta sus peculiaridades.

Finalmente, con respecto a la implicación de las familias, parece ser que es más positivo que los familiares (normalmente padres y madres) muestren interés hacia los estudios de sus hijos y se relacionen con el centro educativo de alguna forma, y no tanto que les ayuden con los deberes de forma directa. Como hemos dicho, el trabajo autónomo del alumno es fundamental, y una intervención excesiva por parte de la familia mermaría esta capacidad de autorregulación.

Aun así, igual que hemos dicho que se hace necesario conocer a los alumnos, en el caso de las familias también deben tenerse en cuenta las características personales de los hijos. Los estudiantes con más dificultades necesitarán más tiempo y más ayuda para hacer los deberes, aunque lo ideal (según sabemos hasta ahora) es fomentar el trabajo autónomo dentro de las posibilidades de cada uno.

Esperanza Gómez Harrierohola@esperanzaharriero.com@EGHarrierohttps://www.facebook.com/EGHarrierowww.esperanzaharriero.com

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