ARQUEOLOGÍA

Una ruta por la Huelva prehistórica

La provincia onubense cuenta con algunos de los dólmenes más importantes de España como el de Soto o El Pozuelo.

Una ruta por la Huelva prehistórica

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La provincia de Huelva es uno de los territorios habitados más antiguos de los que se tiene conocimiento. Se tiene constancia arqueológica en yacimientos de la capital onubense de presencia humana desde el neolítico de forma continuada con importantes restos. En otros espacios del Andévalo o Costa Esuri hay vestigios iguales. La Cuenca Minera es rica en pruebas de la presencia del hombre desde tiempos inmemoriales. El Condado reúne pruebas de valor incalculable y Matalascañas unas huellas únicas describen su caminar. El ser humano supo de las bondades de la zona desde que tuvo consciencia de sí mismo, por eso la habitó y la disfrutó. Milenios después sus pasos forman un itinerario turístico de primer orden que merece la pena recorrer.

Un buen punto de inicio podría ser el Museo Provincial. El de Huelva es un pequeño espacio con proyectos futuros de ampliación que no obstante reúne un rico patrimonio prehistórico. Sirve perfectamente para tomar conciencia del valor de los restos existentes en la provincia, así como adquirir los conocimientos necesarios para su disfrute posterior. Algunos yacimientos como el del Seminario o La Joya no son visitables. Por ello sus piezas más valiosas se encuentran en el Museo de la capital. 

La provincia de Huelva es uno de los territorios habitados más antiguos de los que se tiene conocimiento. Se tiene constancia arqueológica en yacimientos de la capital onubense de presencia humana desde el neolítico de forma continuada con importantes restos. En otros espacios del Andévalo o Costa Esuri hay vestigios iguales. La Cuenca Minera es rica en pruebas de la presencia del hombre desde tiempos inmemoriales. El Condado reúne pruebas de valor incalculable y Matalascañas unas huellas únicas describen su caminar. El ser humano supo de las bondades de la zona desde que tuvo consciencia de sí mismo, por eso la habitó y la disfrutó. Milenios después sus pasos forman un itinerario turístico de primer orden que merece la pena recorrer. Un buen punto de inicio podría ser el Museo Provincial. El de Huelva es un pequeño espacio con proyectos futuros de ampliación que no obstante reúne un rico patrimonio prehistórico. Sirve perfectamente para tomar conciencia del valor de los restos existentes en la provincia, así como adquirir los conocimientos necesarios para su disfrute posterior. Algunos yacimientos como el del Seminario o La Joya no son visitables. Por ello sus piezas más valiosas se encuentran en el Museo de la capital.   La siguiente etapa nos permitirá cubrir la provincia en su mitad norte. El gran atractivo prehistórico de Huelva es el Dolmen de Soto. Localizado en Trigueros, es un dolmen perteneciente a la familia de los dólmenes de «corredor largo», siendo el más grande de los encontrados en la provincia y uno de los mayores de la península. Está formado por una cámara y un corredor en V que se ensancha hacia el interior. Su longitud es de 21,5 metros. Se encuentra perfectamente adaptado a las visitas ya que desde 1987 es de titularidad pública, dependiente de la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.  En 2008 se concluyó la primera fase de la puesta en valor de este monumento, tras unas investigaciones que lo situaron, por su anillo perimetral de más de 80 metros, como una de las mayores construcciones megalíticas de Europa Occidental. En este estudio se pudo fijar mediante dataciones de carbono 14, la fecha de su construcción hacia finales del tercer milenio. En su interior se han encontrado grabados de caza con más de 6.000 años de antigüedad. Una de las características más impresionantes del dolmen es el arte rupestre que lo decora. La mayor parte de los bloques verticales y losas de cubierta están repletas de diversas grafías que se han identificado como propias del arte megalítico del sur de la Península.La Nacional 435Tomando la ruta de la Nacional 435 es fácil completar la visita. La siguiente parada es en Valverde del Camino, donde los dólmenes de Los Gabrieles esperan al visitante entre jaras y monte bajo típico de la zona. Se trataba de dólmenes de la tipología de galería cubierta, construidos con lozas de pizarra y sistema adintelado, pudiéndose documentar bienes propios de los ajuares funerarios del III milenio antes de Cristo. Una joya increíble integrada en una preciosa ruta senderista espera unos kilómetros más al norte junto a Zalamea la Real. Hasta la fecha se han encontrado en Zalamea La Real un total de 49 yacimientos megalíticos que se agrupan en dos grandes áreas, la occidental que se puede denominar cultura dolménica de El Villar y El Buitrón, y el área oriental ocupada por los Dólmenes de El Pozuelo. El Pozuelo, descubierto y excavado en su mayor parte en 1946, está conformado por once sepulcros que datan de entre el 3000 y 2500 a. C. De gran homogeneidad, este conjunto destaca como una de las más antiguas y originales arquitecturas prehistóricas de la fachada atlántica, sin parangón en el resto de la Península Ibérica. Ocupa una zona de monte bajo con pronunciadas laderas y numerosos arroyos y barrancos. El yacimiento está integrado por cinco unidades, con delimitaciones específicas: Los Llanetes, donde se ubican cuatro dólmenes; La Veguilla, con tres construcciones funerarias; El Riscal, con dos, y Los Rubios y Martín Gil, con un sepulcro cada una. Está perfectamente adaptado para las visitas de acceso libre. 

En 2008 se concluyó la primera fase de la puesta en valor de este monumento, tras unas investigaciones que lo situaron, por su anillo perimetral de más de 80 metros, como una de las mayores construcciones megalíticas de Europa Occidental. En este estudio se pudo fijar mediante dataciones de carbono 14, la fecha de su construcción hacia finales del tercer milenio. En su interior se han encontrado grabados de caza con más de 6.000 años de antigüedad. Una de las características más impresionantes del dolmen es el arte rupestre que lo decora. La mayor parte de los bloques verticales y losas de cubierta están repletas de diversas grafías que se han identificado como propias del arte megalítico del sur de la Península.

El Pozuelo, descubierto y excavado en su mayor parte en 1946, está conformado por once sepulcros que datan de entre el 3000 y 2500 a. C. De gran homogeneidad, este conjunto destaca como una de las más antiguas y originales arquitecturas prehistóricas de la fachada atlántica, sin parangón en el resto de la Península Ibérica. Ocupa una zona de monte bajo con pronunciadas laderas y numerosos arroyos y barrancos. El yacimiento está integrado por cinco unidades, con delimitaciones específicas: Los Llanetes, donde se ubican cuatro dólmenes; La Veguilla, con tres construcciones funerarias; El Riscal, con dos, y Los Rubios y Martín Gil, con un sepulcro cada una. Está perfectamente adaptado para las visitas de acceso libre. 

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