fiestas de la cinta

Punto y final a las fiestas patronales de Huelva con la subida de la Virgen de la Cinta a su santuario del Conquero

Miles de onubenses acompañaron en todo momento a la Patrona de Huelva por el antiguo camino de Gibraleón entre cantes por sevillanas, vivas, petaladas y momentos de emoción

La Virgen de la Cinta regresa a casa

La Virgen de la Cinta, a su paso por el 'balcón' de La Piterilla
La Virgen de la Cinta, a su paso por el 'balcón' de La Piterilla alberto díaz

Sergio Borrero

Culminaron las fiestas patronales en honor a Nuestra Señora de la Cinta. La imagen procesional de la patrona onubense de nuevo está en su casa, en su coqueto santuario del Conquero, tras tres semanas en el corazón de la ciudad.

Regresó tras una intensa jornada en la que como cada año, Huelva se volcó con su patrona, regalando estampas de enorme belleza a cada metro que recorrió este popular traslado.

Con cierto retraso sobre la hora prevista, a causa de otros compromisos parroquiales, se inició la subida. Como sucediera en la jornada anterior, el salir desde este templo nos ofreció un nuevo itinerario en sus primeras horas en la calle. Entre los naranjos de la recién remodelada calle Méndez Núñez salía la Virgen de la Cinta a las calles onubenses, bajo el replicar del blanco campanario concepcionista.

Sin más cortejo que toda Huelva que la quiere y la arropa, la patrona onubense puso rumbo hacia la zona de la Merced con largas chicotás, a los sones de la Banda de Música Virgen de las Mercedes de Bollullos Par del Condado.

El del día 8 es un traslado marcado por los cantes que se ofrendan a la Virgen. Desde antes de salir, a las puertas de la Concepción, recibió el primero de ellos en las voces del grupo Onuba. El coro antiguo de Emigrantes haría lo propio en el balcón urbano que ofrece la Piterilla y a lo largo de todo el paseo de la Independencia se repetirían, entremezclándose con las marchas procesionales.

Un paseo de la Independencia que ofrecía una estampa preciosa en la que el templete de plata de la Virgen avanzaba rodeada por un mar de corazones cinteros entre palmeras y naranjos. Llegó la Virgen de la Cinta a la catedral tras pasar por un estrecho carril de tierra habilitado para la ocasión, en mitad de las obras que allí se están desarrollando. Aquí era recibida por la Hermandad de los Judíos.

Balcones engalanados para recibir a la patrona alberto díaz

Afrontaba la Virgen ya su tradicional recorrido de la bajada, por una avenida Cristóbal Colón con balcones adornados, cadenetas de flores de papel cruzando la calle y colgaduras que manifestaban la soberanía de la patrona sobre la ciudad de la que es alcaldesa perpetua.

Se repitieron como cada año las paradas tradicionales ante la plaza de Toros o la Comandancia de la Guardia Civil o la pequeña internada en la Barriada Navidad, para llegar a las puertas de la parroquia de Belén, donde los vecinos de este castizo barrio ofrendaron diferentes ramos a la Virgen.

Atardecer durante la subida

Se cerraba la noche sobre el cielo de Huelva y con la llegada del traslado a la Barriada de las Colonias se sucedían las grandes petaladas en honor a la Virgen. Un barrio que siente de especial manera su devoción a la Virgen de la Cinta y que lo pone de manifiesto en cada chicotá, con múltiples muestras de devoción y cariño.

A la altura de la parroquia de los Dolores era la Hermandad de la Lanzada la que en esta ocasión recibía a la patrona, mientras el coro de las Colonias y la Tertulia Flamenca de este barrio ofrecieron sus rezos cantados al paso de la Virgen.

Dijó José Ángel González, pregonero de la Semana Santa de Huelva del 2016, que «cuando el Prendimiento sale tiembla la tierra». No estaba el Cristo del Prendimiento en la calle en la noche de este viernes, pero sí se acercaba la Virgen de la Cinta a la barriada del Carmen cuando se dejó notar en nuestra ciudad un temblor de tierra.

Huelva despidió a la Virgen Chiquita con fuegos artificiales alberto díaz

Llegados al último tramo de esta larga avenida, la cofradía del Miércoles Santo recibió a la patrona entre cantes por fandangos, momentos antes de que la Virgen de la Cinta se detuviera en el Humilladero de la Cinta. Lugar especial, cargado de significado y leyendas que sustentan la devoción a la Virgen y donde los cantes se hacen eternos, antes de afrontar la subida de la cuesta que le separa del Santuario.

La multitud de onubenses que durante toda la tarde noche acompañó a la Virgen no se despegó de ella durante la subida por la cuesta. Una subida que al igual que se hiciera el pasado año por primera vez, llegó hasta el nuevo acceso del santuario para tomar el Paseo de la Procesión de los Marineros y rodear el mirador de la plaza de los Capellanes.

Pasaban las dos de la madrugada cuando la Virgen se situaba bajo la puerta de entrada a su inmaculado santuario y el cielo de Huelva se pintaba de miles de colores con un castillo de fuegos artificiales que ponía el punto y final a esta popular subida.

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