CONOCE TU PROVINCIA
De vinos por el Condado
8.35h. Con la llegada del otoño, comienza la época de esplendor del vino, y qué mejor manera de conocer los de la provincia que en una ruta que aúne enología, bajo la garantía de la Denominación de Origen Condado de Huelva; gastronomía, con la degustación de exquisitos platos locales, e historia, con la visita a los pueblos más señeros de esta comarca onubense.

Se dice que el otoño es la época dorada del vino. Aunque en Huelva se disfruta durante todo el año, con la llegada de esta estación, los colores y olores del viñedo alcanzan su máximo esplendor. Por ello, la idea de conocer la provincia a través de una Ruta del Vino se antoja para muchos un plan irresistible en estas fechas, especialmente para los amantes de los caldos y de la naturaleza.

Dentro de esta sección en la que se recorren los principales atractivos de la provincia, la propuesta de esta semana pasa por el Condado de Huelva, tierra de cosechas que en 1933 alcanzó el distintivo de Denominación de Origen (DO) -uno de los más antiguos de España y el único con tres ámbitos de actuación-, aunque la vid ya se viniera cultivando en esta zona desde el siglo XIV.
Actualmente, esta DO cuenta con un total de 23 bodegas y cooperativas registradas, de las cuales 21 producen vino, nueve vinagre y 11 vino naranja. Todas ellas se distribuyen en 11 localidades de la provincia, concentrándose la mayoría en Bollullos Par del Condado. Aunque, en suma, son 18 los términos municipales amparados por el Consejo Regulador para la producción de uvas: Almonte, Bollullos Par del Condado, Beas, Bonares, Chucena, Gibraleón, Hinojos, La Palma del Condado, Lucena del Puerto, Manzanilla, Moguer, Niebla, Palos de la Frontera, Rociana del Condado, San Juan del Puerto, Trigueros, Villalba del Alcor y Villarrasa.

Si hablamos de vinos, hay que diferenciar entre blancos, con una graduación mínima del 10%; tintos, desde Joven hasta Gran Reserva; generosos, con un mínimo de tres años de crianza; generosos de licor, secos o dulces; y vinos de licor dulce, con contenidos en azúcares reductores superiores a 45 gramos por litro y entre los que destacan los tipo Mistela.
Además, otro de los atributos vinícolas de la provincia es que esta cuenta con dos variedades autóctonas en el Condado, la zalema y el listán del Condado, que únicamente pueden producirse en esta zona.
Como no puede ser de otra forma, Doñana tiene parte de protagonismo en esta historia. Las condiciones geográficas de este entorno privilegiado confieren un carácter diferenciador a los cultivos del Condado.

El paraje actúa como marco protector que evita que los vientos de levante quemen las cosechas, al mismo tiempo que favorece la aireación de las bodegas por las noches. De hecho, la ubicación del Condado se considera actualmente como una etiqueta distintiva de estos vinos.
En este sentido, es el Consejo Regulador quien tiene la última palabra a la hora de decidir qué vinos quedan amparados bajo la Denominación de Origen Condado de Huelva. Para lo que es requisito sine qua non el empleo de “las técnicas adecuadas” desde la manipulación de la uva en la vendimia, hasta el envasado. Todo ello bajo el objetivo de “obtener caldos distinguidos por su máxima calidad”, tal y como indican las bases del propio consejo.

Por ello, los controles de calidad de la DO están en constante renovación y revisión, presentándose como garantía inequívoca de la condición de estos vinos, que, además, se hace palpable no solo al catarlos, sino también al visualizar sus etiquetados. De hecho, entre los expertos, las características del embotellado es otro de los signos de calidad de un buen caldo.

Paradas de obligado cumplimiento Dentro de esta ruta enológica, una de las paradas obligatorias es la del Centro del Vino Condado de Huelva, un espacio promovido por la Diputación de Huelva para la interpretación de los caldos onubenses. Está situado en Bollullos Par del Condado, uno de los pueblos con mayor cultura vitivinícola de la provincia. Se trata de un edificio que, más allá de interpretar el vino, explica su historia y sus procedimientos relacionándolos con su entorno y con la cultura que los rodea. Todo un punto de referencia dentro del turismo enológico de la provincia en el que encontraremos zonas de catas, salas virtuales, interactivas y sensitivas. A partir de aquí la ruta tiene paso obligado por diferentes pueblos de la comarca, caracterizados por sus plazas, casas solariegas, iglesias y estrechas callejuelas. Desde la Ermita de El Rocío o el Parque de Doñana en Almonte, pasando por los cascos históricos de La Palma, Hinojos o Bonares, hasta el recinto amurallado de Niebla. Y por supuesto, todo ello acompañado de las pertinentes paradas gastronómicas en las que degustar platos como las habas enzapatadas, los guisos, las carnes a la brasa o los revueltos de espárragos trigueros. Todo un placer para los sentidos dentro de un entorno privilegiado y de la mano de uno de los mejores vinos del país.
Se trata de un edificio que, más allá de interpretar el vino, explica su historia y sus procedimientos relacionándolos con su entorno y con la cultura que los rodea. Todo un punto de referencia dentro del turismo enológico de la provincia en el que encontraremos zonas de catas, salas virtuales, interactivas y sensitivas.
A partir de aquí la ruta tiene paso obligado por diferentes pueblos de la comarca, caracterizados por sus plazas, casas solariegas, iglesias y estrechas callejuelas. Desde la Ermita de El Rocío o el Parque de Doñana en Almonte, pasando por los cascos históricos de La Palma, Hinojos o Bonares, hasta el recinto amurallado de Niebla.
