VARIOS MUNICIPIOS EN LA FRONTERA CON PORTUGAL
Descubriendo Huelva: Cuando el contrabando se convierte en un atractivo turístico
11.45 h. Los municipios en la frontera de Huelva con Portugal recuperan las antiguas rutas del estraperlo como reclamo para los visitantes.

Los territorios de frontera tienen siempre una identidad propia fruto del contacto. Aquellas zonas en las que conviven habitantes de países distintos pero unidos por apenas unos metros suelen acumular historias y curiosidades que los hacen diferentes. Sucede así en la delgada línea de agua que separa Huelva de Portugal desde el norte de su provincia hasta la desembocadura del Guadiana, cuando ya el río se abre de forma notable. Es la Raya. Es un terreno en el que durante siglos y décadas se crearon lazos comerciales al margen de la ley: el contrabando. Bienes de primera necesidad como el café o el azúcar y otros no tan básicos como el tabaco fueron el sustento de familias que asumían los riesgos para sobrevivir. También llamado estraperlo durante la posguerra, hoy su herencia pervive en la cultura popular en forma de atractivo turístico. El Chanza es un cauce que permite seguir los pasos de aquellos que hasta bien entrado el siglo XX se la jugaban para introducir un saco de café entre una orilla y otra. Uno de los epicentros de la actividad era Paymogo, donde llegó a haber sede de la hacienda real.Ruta del contrabandoToda la orilla onubense del Chanza es un gran sendero que recorren cientos de personas. Su riqueza paisajística es encantadora, con molinos, saltos de agua y verdes riberas. Es la denominada Ruta del Contrabando. Quienes la siguen hoy la hacen sin el temor al sobresalto de un Guardia Civil a caballo detrás de un recodo del camino. El trazado está perfectamente adaptado y señalizado, gracias a la inversión de los ayuntamientos de la comarca y el apoyo de las administraciones. El recorrido se inicia en el puente internacional sobre el Chanza, a 6,6 kilómetros de Paymogo, que conecta por la carretera HU-7400 esta localidad andevaleña con el pequeño caserío de Sao Marcos, en el municipio luso de Serpa, donde se ha habilitado un área recreativa con aparcamientos, y desde donde parte hacia el norte por la marguen izquierda de la ribera del Chanza cruzando puentes, miradores, merenderos, descansaderos y tres antiguos molinos harineros: el de la Cirujana, el de Pablo -o de Enmedio- y el de la Laguna, que por lo general presentan un buen estado de conservación. Los aventureros tienen por delante casi una veintena de kilómetros por la orilla del Chanza, con molinos y veredas intrincadas que ayudan a entender la dificultad y el riesgo de los contrabandistas. El otro gran atractivo para los amantes del contrabandismo es la feria dedicada en exclusiva a la actividad. Prueba de los vínculos entre las dos orillas es que se organiza de forma conjunta por Alcoutim (Portugal) y Sanlúcar de Guadiana (Huelva). El evento recrea la vida cotidiana de los años 30 y 40, incluyendo una continuada programación durante los días de festival: animación de calle, espectáculos, talleres, exposiciones, artes y artesanías y conciertos de música. Durante los días de celebración los visitantes tienen una oportunidad única de cruzar a través de un puente peatonal flotante sobre el río Guadiana la frontera natural entre Portugal y España.
También llamado estraperlo durante la posguerra, hoy su herencia pervive en la cultura popular en forma de atractivo turístico. El Chanza es un cauce que permite seguir los pasos de aquellos que hasta bien entrado el siglo XX se la jugaban para introducir un saco de café entre una orilla y otra. Uno de los epicentros de la actividad era Paymogo, donde llegó a haber sede de la hacienda real.
El trazado está perfectamente adaptado y señalizado, gracias a la inversión de los ayuntamientos de la comarca y el apoyo de las administraciones. El recorrido se inicia en el puente internacional sobre el Chanza, a 6,6 kilómetros de Paymogo, que conecta por la carretera HU-7400 esta localidad andevaleña con el pequeño caserío de Sao Marcos, en el municipio luso de Serpa, donde se ha habilitado un área recreativa con aparcamientos, y desde donde parte hacia el norte por la marguen izquierda de la ribera del Chanza cruzando puentes, miradores, merenderos, descansaderos y tres antiguos molinos harineros: el de la Cirujana, el de Pablo -o de Enmedio- y el de la Laguna, que por lo general presentan un buen estado de conservación.
Los aventureros tienen por delante casi una veintena de kilómetros por la orilla del Chanza, con molinos y veredas intrincadas que ayudan a entender la dificultad y el riesgo de los contrabandistas.
El otro gran atractivo para los amantes del contrabandismo es la feria dedicada en exclusiva a la actividad. Prueba de los vínculos entre las dos orillas es que se organiza de forma conjunta por Alcoutim (Portugal) y Sanlúcar de Guadiana (Huelva). El evento recrea la vida cotidiana de los años 30 y 40, incluyendo una continuada programación durante los días de festival: animación de calle, espectáculos, talleres, exposiciones, artes y artesanías y conciertos de música. Durante los días de celebración los visitantes tienen una oportunidad única de cruzar a través de un puente peatonal flotante sobre el río Guadiana la frontera natural entre Portugal y España.