Sergio Herrera, el estudiante que rozó el 14 en Selectividad: «En los entrenamientos es donde se ganan las medallas»

Al alumno del IES La Palma que afronta con un 13,985 su paso a la Universidad, le apasionan por igual las ciencias y las letras y reconoce que su único secreto es «la curiosidad constante»

Estudiará Medicina en Sevilla y tiene un interés especial por la Oncología y la Neurología, dos especialidades que ve como «universos por descubrir»

La Selectividad se salda con un 87% de aprobados: un alumno de La Palma se queda a milésimas del 14

El inicio de la Selectividad 2025 en Huelva, en imágenes

El estudiante de La Palma del Condado Sergio García Herrera h24
H. Corpa

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Los sueños de miles de jóvenes onubenses se materializaron este jueves a las diez de la mañana en un número, unos dígitos que determinan si podrán acceder a la carrera que anhelan, si tendrán que echar mano de un plan B o si deberán esperar a septiembre para tener una nueva oportunidad. Para Sergio Herrera García, alumno del IES La Palma, de La Palma del Condado, ese número ha sido casi perfecto: 13,985 en la nota de admisión, quedándose a solo 15 milésimas del 14 que marca la excelencia absoluta.

Sergio, sin embargo, no responde a los clichés que habitualmente se asocian a los estudiantes extremadamente brillantes, ya que no sólo disfruta con todo aquello que le aleja de la mesa de estudio sino que considera que divertirse con sus amigos es parte del secreto de su éxito. Él mismo lo tiene claro: «A mí me quitas el deporte, mi familia, mis amistades y no sería el que soy ahora, ni tampoco hubiese conseguido lo que he conseguido». Porque este joven de 18 años se ha convertido en el estudiante con mejor nota de Huelva en esta convocatoria de la PAU.

El momento del descubrimiento fue especial, según relató a Huelva24. Estaba con unos amigos cuando consultaron las notas online y la sorpresa fue mayúscula. Sergio recuerda cómo en la pantalla aparecía «una notaza» y aunque sabía que los exámenes habían ido bien, no esperaba una calificación tan alta.

Los días de examen, del 3 al 5 de junio, los vivió con una filosofía clara: «Con una buena preparación los nervios disminuyen», aunque reconoce que «esos nervios, los

Considera que maneja «bastante bien el estrés» y anima a sus compañeros a intentar estar relajados porque «un tío tranquilo vale por dos»

retortijones antes de los exámenes, eso seguro que me acompañarán toda la vida«. En cualquier caso, considera que maneja »bastante bien el estrés« y siempre anima a sus compañeros a intentar estar relajados porque »un tío tranquilo vale por dos«. Y pone como ejemplo el primer examen, el de Lengua, donde notó cómo poco a poco fue cogiendo confianza. Empezó »más nervioso, o sea, con muchos tachones«, pero cuando acabó reconoció que había hecho »un buen examen», una lección de madurez emocional de quien ha sabido combinar el trabajo académico con una vida equilibrada en todos los aspectos. El joven defiende precisamente esta filosofía de vida integral. Se define como «un chaval normal, en realidad, que tiene sus cosas y que disfruta de la vida como cualquier otro«. Más aún, considera que »eso de aislarse muchas veces es contraproducente«, y en su caso quitándole «el deporte, la familia y las amistades, no sería el que soy ahora, ni tampoco hubiese conseguido lo que he conseguido».

El motor del aprendizaje

El secreto de su éxito académico tiene nombre propio: la curiosidad. Su filosofía de estudio se basa en una premisa sencilla pero imbatible que tanto sus profesores como su familia le han inculcado. El estudiante palmerino explica que siempre ha intentado «estar súper atento en clase» porque considera que «es el momento de prestar atención para que después en casa pues el trabajo sea menor».

Este enfoque ha marcado su forma de abordar el aprendizaje. Cuando llegaba a casa después de las clases, cuenta que siempre le «picaba ese gusanillo» de profundizar en lo aprendido. Para él, «la curiosidad constante es fundamental, ya que la mejor forma de aprender es cuando el deseo de conocimiento sale de uno mismo«.

Con su hermano David, que estudia Odontología en Granada h24

La elección de carrera universitaria no fue sencilla, precisamente porque su perfil académico no encaja con las clasificaciones tradicionales. Durante el curso, reconoce que nunca se «mojó» sobre lo que iba a estudiar, y el motivo es que le gustaban mucho todas, tanto las de letras, «como Historia o Lengua; como las de ciencias, como Matemáticas, Química o Biología«, que también le parecían interesantes. Pero ha sido precisamente una asignatura de humanidades la que le ha impedido alcanzar la nota perfecta. Sergio explica que »justo eso es lo que me ha faltado en lengua«, atribuyéndolo a que »el examen también fue el primero, entonces a uno lo pilla más nervioso«.

Esta edición de la PAU ha sido particular por los cambios introducidos en el nuevo modelo de evaluación, que ha reducido el número de opciones en la prueba y ha aumentado el peso de las preguntas relacionadas con competencias. El resultado se ha notado: en Andalucía, el porcentaje de aprobados ha descendido hasta el 91,98%, cinco puntos menos que el año anterior. En Huelva, donde se presentaron 2.473 estudiantes de los 2.529 convocados, 'sólo' el 87% logró el aprobado.

En su caso, el contraste con el resto de asignaturas es llamativo. Mientras que en lengua no consiguió la nota redonda, en Historia e Inglés sí logró un 10, y después tanto en Química como en Matemáticas II –el examen que hizo llorar a muchos

«En los entrenamientos, que en realidad serían las clases en el instituto, es donde se ganan las medallas, y ahora en los exámenes es cuando se recogen»

alumnos por su dificultad– también alcanzó la puntuación máxima: «No tuve grandes problemas, la verdad. Simplemente, todo lo que había en los exámenes lo habíamos visto, lo habíamos trabajado». De hecho, su preparación la compara con la de un deportista: «En los entrenamientos, que en realidad serían las clases en el instituto, es donde se ganan las medallas, y ahora en los exámenes es cuando se recogen».

Sergio describe una experiencia común a muchos estudiantes brillantes: la fascinación por el conocimiento en todas sus formas. En cada nueva materia que veía en clase, él mismo sentía curiosidad y se preguntaba: «¿Cómo no se me ha enseñado esto antes? Porque lo veía súper importante todo«. Finalmente, su decisión se inclinó hacia la Medicina porque cree que en esa carrera puede »encontrar mucha felicidad, mucha satisfacción, y un sitio donde puedo exprimirme al máximo para dar lo mejor de mí«.

En la montaña, con su padre y su hermano h24

Con esta puntuación, Sergio tiene prácticamente asegurada la plaza en cualquier universidad española para estudiar Medicina. Sin embargo, ha decidido quedarse cerca de casa y estudiar en Sevilla, principalmente por mantener la cercanía con sus amigos y por un cierto orgullo andaluz: «Siempre he defendido mi tierra, mi pueblo, que es La Palma, y Andalucía en general«. Sus intereses, incluso, ya apuntan hacia especialidades concretas. La Oncología le llama especialmente la atención, porque también le encanta «investigar, y en este caso encontrar la forma de enfrentarnos al cáncer». Aunque también le atrae la Neurología, que ve como «un universo que todavía está por descubrir», por lo que encuentra «apasionante» la idea de «atreverse a conocer el cerebro humano».

El reconocimiento a sus profesores

Otra de las cualidades de Sergio es su capacidad para reconocer el trabajo de quienes le han acompañado en su formación. Sin titubear, afirma que «sin ellos la nota probablemente no habría sido la que es, así que yo súper agradecido hacia ellos». Una gratitud que va más allá de las palabras, pues le encantaría que sus profesores «también se sintiesen parte de esa nota y de todo este reconocimiento, porque la realidad es que lo son».

El orgullo de los profesores del IES La Palma es mutuo. Sergio reconoce haber recibido «muchísimos, muchísimos mensajes, sobre todo de compañeros, también de profesores, felicitándome», además de su familia, «mensajes súper bonitos que a uno, pues, te llenan el corazón y el alma».

Sus planes inmediatos pasan por disfrutar del verano antes de comenzar la carrera. Descansar con sus amigos, disfrutar con su familia y «disfrutar en nuestras playas», viajar, continuar haciendo deporte y ponerse al día con «un montón de lecturas que también tengo pendientes para verano». Ya cuando llegue septiembre planea «enchufarse» en la universidad y centrar el foco en la carrera «para dar lo mejor de mí».

Para los futuros estudiantes que se enfrentarán el próximo año a la PAU, Sergio tiene un consejo que resume su filosofía de vida: «Que confíen en ellos. Que sea lo que sea lo que vayan a hacer, que de verdad, con confianza, con seguridad, que se atrevan«.

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