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El runrún: El nuevo mantra de la Diputación
Estamos acostumbrados -o en realidad nunca lo estuvimos- a que los políticos nos regalen los oídos con promesas, grandes anuncios que ilusionan, supuestos avances que con el paso del tiempo quedan en nada. Lo de hacer castillos en el aire parece que no va con la Diputación de Huelva, que tiene un nuevo mantra. Posiblemente ya imperara desde antes, pero este martes en una rueda de prensa ha quedado más que claro, pues ha dejado eco

La institución provincial convocó en la mañana de este martes de manera urgente para un importante anuncio para la provincia. Sin más detalles. En esta rueda de prensa el presidente, David Toscano, anunció la compra del Colegio de Ferroviarios San José de Calasanz con la idea de unificar allí todos los servicios administrativos del ente provincial, logrando además conservar y proteger un edificio histórico. Nos hemos quejado muchas veces en Huelva de la pérdida de patrimonio y esta vez se ha dado una acción firme.
Se trata de una buena noticia, pero supuestamente es la primera de varias más en la misma línea. Según Toscano la administración provincial no afronta esta operación como un hecho puntual sino como una estrategia de conservación del patrimonio. Ante este panorama a los periodistas les subió el nivel habitual de curiosidad para tratar de conocer más de lo que está por venir. ¿Se rehabilitará la antigua cárcel? ¿La antigua estación de tren?… Edificios históricos por recuperar no faltan en Huelva capital y el resto de la provincia.
El vicepresidente de la Diputación de Huelva, José Manuel Zamora, comentaba en tono jocoso que «nos vais a quitar todas las sorpresas de la legislatura» y acudía al refranero para trasladar la idea de que había que ir paso a paso y que hasta que no se materializara una operación no se comunicaría. De este modo, ante las sucesivas preguntas de los periodistas repitió al menos en tres ocasiones una misma expresión, provocando las risas de todos los presentes: «Aceitunita comida, huesecito fuera».
La guerra contra el glifosato la ganan los gansos
En Doñana, un proyecto liderado por el colectivo ecologista femenino 'Mujeres por Doñana' ha dado un giro sorprendente a la lucha contra los herbicidas, utilizando gansos en lugar del controvertido glifosato. Estos animales, que han captado la atención de agencias europeas, desbrozan viñedos y olivares ofreciendo a los agricultores una alternativa natural al uso de herbicidas tóxicos. Hace más de dos años, el grupo de voluntarias decidió poner su granito de arena para acabar con el glifosato, un herbicida ampliamente utilizado y cuestionado en muchos países. Sin apoyo institucional, estas mujeres de forma altruista sacan a diario a casi veinte gansos para desbrozar la hierba en el viñedo ecológico del Santuario Animal 'Wendy Clements'. Raquel Prieto, una joven onubense y miembro de este colectivo, dedica su tiempo libre a la defensa de este espacio natural. Para ella, Doñana está en «estado de destrucción constante», y los gansos son una solución para combatir la hierba sin recurrir a productos químicos. Los gansos, ánsares como los que habitan libremente en las Marismas de Doñana, vuelan perfectamente pero han encontrado en este santuario natural un hogar seguro. La labor de desbroce se prolonga durante meses, dejando los campos limpios de hierba y podrían contribuir a recuperar especies que han desaparecido de la zona por esta razón, como las avefrías, las alondras, perdices o codornices, animales que, según los habitantes de la comarca, «han desaparecido de su vista pero no de sus recuerdos». Las ecologistas argumentan que se marcharon porque no pueden sobrevivir alimentándose de insectos contaminados por sustancias tóxicas. Los gansos, en su labor «simpática y algo torpe», se han convertido en un símbolo de esperanza en Doñana. Esta alternativa no solo es respetuosa con el medio ambiente, además en un espacio tan sensible como este, sino que también demuestra que existen soluciones y alternativas naturales a determinados productos químicos, que aunque se empleen debido a su efectividad y bajo precio, la experiencia ya debería habernos enseñado que el precio a pagar por su uso en muchos casos es simplemente inasumible.

Una expo para nostálgicos... y curiosos
'Juguetes jugados' es el evocador título de la exposición que podrá verse a partir de este miércoles en la Casa Colón, donde se expondrán algunos de los juguetes más populares de las últimas décadas, entretenimiento de muchos y muchas que en los últimos tiempos han quedado relegados ante la aparición de otros, videojuegos en muchos casos. A los más jóvenes, de hecho, seguro que la mayoría ni les suena o siquiera se imaginan cómo se usan, pero seguro también que la muestra hace que a los no tan jóvenes se les escape alguna que otra sonrisa nostálgica. Algunos de los juguetes incluso podrán adquirirse, a beneficio de Madre Coraje, que es la que organiza la exposición y la que, de paso, estará allí -en la sala Tinto de la Casa Colón- recogiendo aquellos juguetes que aún puedan ser jugados.