COACHING, EMOGESTIÓN Y CRECIMIENTO PERSONAL

Vive dejando tu huella

“El éxito lo alcanzamos cuando nuestros sueños son más grandes y poderosos que nuestras excusas”. El camino hacia el éxito no es único ni se encorseta en normas; cada uno de nosotros definimos qué es para nosotros el éxito haciendo aquello que nos haga feliz dejando nuestra huella, única e imborrable.

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Estamos inmersos en una campaña publicitaria permanente, prácticamente sin ser conscientes de ello, en la que nos empujan a ser personas de éxito creando una “distinción de clases” que etiqueta, estigmatiza y es propensa a crear una frustración social y personal por no entrar en esa talla impuesta de los cánones del éxito. Un éxito que se asocia, mayoritariamente, con los logros laborales, la imagen que proyectamos, la notoriedad, el prestigio, la fama y, cómo no, por la cantidad de ceros de la cuenta bancaria. Prototipos, caminos marcados socialmente, normas comúnmente aceptadas, indicaciones externas que nos llevan a una misma meta convirtiéndonos en autómatas que han dejado de vivir su vida para vivir la vida que nos lleva a ese éxito social predeterminado por influencers, líderes de opinión y una larga lista de personajes y personalidades públicas que se nos presentan como modelos. Si los sigues, que sea por decisión propia y con convencimiento. De lo contrario, sólo veremos un mapa de grises; un libro de hojas en blanco. 

Vive dejando tu huella

El éxito no es único ni monocromo; no es una norma universal inalterable. El éxito es lo que nosotros queramos que sea. Cada persona le da sentido y significado haciéndolo único, porque únicos somos cada uno de nosotros. Vive dejando tu huella; siendo lo que quieras ser; siguiendo tus normas; creando tus valores. A veces el más feliz no es el que gana la carrera, sino el que consigue terminarla. La mayoría de las personas no llega donde podría llegar porque no se atreve a hacer algo diferente para no desviarse del camino marcado.

Vive dejando tu huella

Sea cual sea la senda que elijas hacia el éxito, hacia aquello que te haga feliz poder alcanzar, recuerda:

Vive dejando tu huella

Nunca dejes de aprender. El conocimiento te hace libre, te hace crecer y mejorar. Aprender te abre puertas y te muestra mundos desconocidos hasta ahora. Cuanto más aprendas, más seguro estarás de ti y más confianza tendrás para afrontar los retos y las dificultades.

Escucha. Solemos decir que el mayor problema que tenemos cuando nos comunicamos con los demás es que no escuchamos para comprender, escuchamos para contestar. La escucha atenta y activa nos despeja las ideas que nos maniatan. Nos aclara, nos permite conocer, nos hace mejorar personalmente y establecer vínculos que nos harán más fuertes.

Sé humilde. Para ser grande primero tienes que aprender a ser pequeño. Valora a los demás como te gustaría que te valoraran a ti. Es una forma de entender la vida tendiendo la mano, sabiendo que siempre habrá algo más que aprender, que la grandeza no hay que exhibirla sino compartirla; que debes estar orgulloso de ti mismo sin herir a nadie. Las personas grandes hacen sentir a los demás más grandes que uno mismo. La vida es cíclica, a veces estarás muy arriba y otras tendrás que bajar para volver a echar tus raíces. No olvides tener los pies en el suelo mientras que tu mirada apunta a las estrellas.

Vive dejando tu huella

Busca apoyo. A veces pedir ayuda resulta difícil. Creemos que es signo de debilidad o tememos la repuesta que vayamos a oír. Buscar apoyos cuando lo necesitas es la decisión más valiente que puedes tomar porque has sido consciente de tus límites, porque te has enfrentado a ellos para superarlos y has sabido entender que la vida te está diciendo que necesitas algo más que aprender.

Afronta los errores y los problemas. No importa las veces que te caigas, lo importante es volver a levantarte. Aprende a enfrentarte a los problemas y a afrontar los fallos en el camino como oportunidades de aprendizaje. No te automachaques; sé crítico contigo mismo pero de forma constructiva. La clave está en ver la oportunidad en la dificultad. “Después de que se quemara mi casa, pude ver la luna con mayor claridad”.

No busques culpables. Lo más cómodo es mirar hacia otra dirección, señalar a algo o a alguien como culpable de lo que ha pasado, de lo que no ha sucedido, del error cometido. Frente a eso, tienes que asumir tu responsabilidad; debes saber que eres responsable de tu vida y que, al margen de lo que pase a tu alrededor, tú eres quién decide cómo integrarlo en tu vida. No puedes controlar todo lo que sucede pero sí puedes controlar tu actitud.

Vive dejando tu huella

Pon el foco en el futuro. El pasado te hace fuerte y te enseña, pero no define tu futuro. Puedes redefinir tantas veces como quieras tu camino y qué es para ti la clave del éxito y de la felicidad. Trabaja el presente para que el futuro se acerque a tu meta.

No intentes vivir la vida que otros quieren. No busques la felicidad en aquello que hace feliz a los demás. No hagas tuyo un modelo de éxito que no sientes como parte de ti. Es tu historia, es tu vida, es tu camino: tú decides qué zapatos ponerte y la dirección que vas a seguir. Y eso, sólo podrás saberlo tú. Así que no te sientas juzgado ni juzgues a los demás; y si lo hacen invítales a llevar tus zapatos y a recorrer tu camino. Sé libre para decidir y elegir cuál será tu éxito personal, y siéntete en el camino la persona más maravillosa del mundo. ¿Sabes por qué? Porque lo eres. El éxito te espera… 

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