historias de vida
De Argentina a un mítico local del centro de Huelva: «Por aprecio a los onubenses, entendimos que el Ohlalá no podía perder su nombre»
Juan Marcilla y Luisina Iturbide son dos jóvenes emprendedores argentinos que decidieron dejarlo todo atrás para comenzar una nueva vida en Huelva
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Juan y Luisina son dos jóvenes con muchas ganas de comerse el mundo. Con tan sólo 31 y 26 años decidieron, hace poco más de un año, abandonar su Argentina natal para emprender en España y, más concretamente, en Huelva. «Somos de Río Negro en la Patagonia y decidimos venir aquí porque la vida en Latinoamérica se complicó mucho económicamente», relatan en declaraciones a huelva24.com. «Hoy día se han marchado de Argentina más de un millón y medio de jóvenes por la crisis económica, porque no tenemos oportunidades allí», aseguran.
¿Y por qué Huelva? Nuestra ciudad está poco a poco despertando a los cambios y al emprendimiento, siendo el hogar acogedor que muchos buscan y la cuna de sus negocios. «Tenemos un amigo argentino que ha vivido muchos años en Huelva y nos animó a que comenzásemos aquí nuestra aventura», explica Juan. «Además, siempre nos insistía en que en Huelva hay muy buena calidad de vida y es algo que nos atrae porque buscamos esa tranquilidad, ya que nuestro pueblo en Argentina es parecido», confiesa Luisina. Una aventura que se inició hace poco más de un año y para la que lo arriesgaron todo. «Vinimos solamente con nuestros ahorros, la perra y las ganas; salimos de nuestra zona de confort pero encontramos en Huelva un segundo hogar».
Sin embargo, poco tardarían en encontrar su sitio, ya que «a través de un conocido» se enteraron de la oportunidad de comprar el mítico Ohlalá de la calle Berdigón. «Yo había venido unas semanas antes para conocer un poco esto y lo que más me llamaba la atención era la buena zona en la que está situado; no me fijé ni siquiera en la dimensión sino en la ubicación, el paso continuo de la gente», relata Juan.
Su idea inicial no era la de ser propietarios de un local de restauración aunque el hecho de regentar una cafetería era algo que les rondaba la cabeza desde sus primeros emprendimientos en Argentina. «Siempre nos interesó tener una cafetería en un futuro aunque luego nos hemos encontrado con muchas más cosas y ya que estábamos en el baile, teníamos que bailar».
Referente en el centro de Huelva
Juan y Luisina se dieron cuenta de que el Ohlalá es más que una cafetería para los onubenses. «Nos sentábamos en la terraza y nos llamaba muchísimo la atención escuchar a la gente por la calle diciendo, 'nos vemos en el Ohlalá' o 'voy por la esquina del Ohlalá'. En ese momento entendimos que debíamos mantener el nombre porque es un hito histórico para Huelva».
Estos jóvenes emprendedores conservaron el tradicional carácter del Ohlalá, así como sus trabajadores. «Son todos una gran familia, todos se conocen desde hace muchos años y tienen una clientela que, con solo mirarles, ya saben lo que quieren; nos han acogido muy bien», explica Luisina.



Mismo nombre, misma esencia, pero con un lavado de cara que incorpore el progreso que Huelva ya demanda a gritos. «Creemos que Huelva está a punto de explotar y que es un buen momento para emprender; se siente en el ambiente y vemos que los jóvenes de aquí tienen muchas ganas de aportar con su trabajo al crecimiento de la ciudad».
Su cafetería, su refugio
Para dos recién llegados siempre es difícil abandonar hogar, familia y amigos para asentarte en un país completamente distinto. «Parece que hablamos el mismo idioma pero hay muchas diferencias a la hora de expresarnos y comunicarnos», confiesa Luisina.
Para su sorpresa, son muchos los argentinos que han decidido establecerse en Huelva en los últimos meses y, de la mezcla entre añoranza y hospitalidad, surgió la idea de fundar una pequeña Argentina en el centro de Huelva. «Apuntamos también a ese público que nos llega al alma porque tuvo que abandonar el país como nosotros y queremos que en el Ohlalá, que es un hito en Huelva, también encuentren su lugar y que se sientan como en casa», asegura Luisina.
El futuro del Ohlalá
Para Juan y Luisina, su Ohlalá mantiene la base de lo que siempre ha sido, pero sumando un toque más nuevo. «Dulces argentinos, alfajores, empanadas argentinas, etc; todo hecho y catado por argentinos».
Ambos emprendedores vienen con ideas frescas para el centro y muchas de ellas tienen que ver con la ola turística emergente que llega a la capital. »Nuestro desafío es que la gente pruebe cosas nuevas porque venimos de un lugar muy mezclado culturalmente; por ello, nos encantaría que todos se atrevan a dar el paso y salir de lo tradicional», aseguran.
Mientras pasan hasta 14 horas en su nuevo negocio y en la cocina haciendo las elaboraciones argentinas, tienen una ilusión para el futuro del Ohlalá. «Nos encantaría abrir un obrador propio para elaborar dulces, masas y panes y ofrecer esos 'nuevos sabores' que los clientes demandan cada vez más».
La clave de ese futuro está en el desarrollo de la ciudad también como escaparate hacia el exterior: «Huelva está abierta a avanzar y a seguir adelante y tiene ese potencial para que todos progresemos», aseguran estos jóvenes emprendedores. Su misión es aportar al mítico Ohlalá el progreso que Huelva ansía.