El espejo en que te miras

En esta pieza a medio camino entre un musical ñoño y una serie tonta de televisión, el espejo que se coloca en la cuarta pared refleja una realidad harto ordinaria, tonta y vulgar

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Bernardo Romero

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CRITICA DE TEATRO

'Las que gritan'

Imagen - 'Las que gritan'
  • Autores Antonio Rincón-Cano y José María del Castillo
  • Dirección José María del Castillo
  • Escenografía Mónica Boromello
  • Iluminación Pilar Valdelvira
  • Vestuario Guadalupe Valero
  • Música Guillermo Fernández
  • Reparto Soledad Mallol, Eva Isanta, Mariona Terés y Rocío Marín
  • Lugar Gran Teatro de Huelva, 644 localidades (lleno)

Nada mejor para el trasunto de triunfar en el mundillo del espectáculo que elegir un segmento de población, de público, suficientemente amplio, y ponerle delante un espejo en el que se puedan mirar tal como son, con sus dudas y sus vacíos existenciales, esos que les acompañarán hasta el fin de sus días amen. Ya lo interpretaban por soleares Camarón y Paco de Lucía: «El espejo en que te miras, te dirá como tú eres, pero nunca te dirá los pensamientos que tienes». En esta pieza a medio camino entre un musical ñoño y una serie tonta de televisión, el espejo que se coloca en la cuarta pared refleja una realidad harto ordinaria, tonta y vulgar, en la que en clave de pretendido humor se dramatizan todas esas dudas y ese vacío

En clave de pretendido humor se dramatizan todas esas dudas y ese vacío existencial que se solventa igual con benzodiacepinas que con un viaje al Serengueti, con dos porros o con el cariño de un perrito con su jersey acanalado de vivos colores

existencial que se solventa igual con benzodiacepinas que con un viaje al Serengueti, con dos porros o con el cariño de un perrito con su jersey acanalado de vivos colores. Es la obra fiel reflejo de lo que ocurre hoy, de lo que nos muestra un informativo de televisión o una casposa comedia de situación donde las situaciones más cómicas y cotidianas son recurso para salir al paso buscando la carcajada y no la sonrisa, que esto es otra cosa u otro asunto.

Ocurre en las artes o artimañas escénicas, lo mismo que en las artes plásticas o en la música, en el cine o en la política, convertida esta última en una especialidad más del espectáculo. Y para muestra vuelvan la vista atrás y repasen la patética actuación de nada menos que el presidente de la nación asegurando que no sabía nada del golferío que le rodeaba, o lo que es lo mismo, reconociendo que es más tonto que ojú porque llevan colándosela doblada desde hace más de dos lustros y él sin enterarse. Él sabrá. Así, que viendo lo que tenemos alrededor y llegados a este punto de la película, molestarte en ir al teatro sabiendo lo que te vas a encontrar, viene a ser un ejercicio de profesionalidad o mismamente de puro masoquismo, porque bien avisados que

El director de esta comedia fue el que perpetró junto a Victoria Abril, convertida la mujer en puro recurso escénico, un bodrio que a saber cómo se coló en el Festival de Niebla, 'Medusa'

íbamos. El director de esta comedia fue el que perpetró junto a Victoria Abril, convertida la mujer en puro recurso escénico, un bodrio que a saber cómo se coló en el festival de Niebla, Medusa. Una función que fue tan aplaudida por su público entonces como esta cosa que ha traído Del Castillo al Gran Teatro, estas que chillan más que gritan y al volumen del sonido empleado en la función me remito.

Una escenografía que andaba mírame y no me toques, con desajustes evidentes, le venía que ni al pelo a una historia simple que encuentra en lo chusco, en el humor grueso y soez, un recurso infaliblepara gustar a quienes se ven reflejados fielmente en el espejo en el que se miran. El sexo explícito, la normalización del consumo de estupefacientes o la tremenda oquedad de las vidas de una sociedad que necesita huir de la soledad que tanto les asusta con el cariño de un perrito o de un pato, viajar para conocer no se sabe qué, aunque sea al Serengueti, o fumarse un par de porros, de todo esto va semejante estulticia, de esto va semejante tropelía llamada 'Las que gritan', sin sentido pero gritan, hacen como que cantan o bailan como condenadas para trasladar sus angustias en tono compungido a quienes comparten ese vivir en la confusión que es consecuencia del más insondable vacío. Y nada más, entre otras cosas porque no hay más que contar.

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