La expresión de nuestro legado

Milagros de cerámica

El Santuario de Nuestra Señora de la Cinta es un espacio único, tocado por la belleza de la naturaleza, de la historia y de la divinidad. Su alma nos lleva más allá de sus muros a través de sus símbolos y de sus obras de arte, entre las que destacan las cerámicas decorativas del gran maestro Daniel Zuloaga.

Milagros de cerámica

Huelva24

Huelva

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Este santuario es uno de esos lugares a los que no importa cuántas veces vayas, nunca pierde ese “algo especial” que todos somos capaces de sentir pero que difícilmente podemos describir. Es un rincón abierto al cielo, un balcón desde las alturas que cambia con la luz. Allí descansa el espíritu de una fe que mueve montañas y une corazones.

Al entrar en el recinto, el peso de las décadas se percibe a través de las huellas que otros han dejado. Desde grafitis que prometían amor eterno hace años, hasta elementos de un valor patrimonial y artístico incuestionable. Y en su interior, custodiada por un hogar, nuestra patrona se asoma desde su  mural para observar el ir y venir de niños que se convierten en adultos bajo su manto de estrellas.

En esta ocasión, visité el santuario para disfrutar de la belleza de dos imágenes representadas sobre cerámica en los muros laterales del altar mayor. Fueron realizadas en 1920 por Daniel Zuloaga Boneta, un ceramista y pintor español que llegó a convertirse en uno de los maestros que renovaron el arte de la cerámica en España.

Entre sus obras podemos encontrar la decoración que ideó para el Palacio de Cristal del Retiro o los murales cerámicos que realizó para la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energías de la Universidad Politécnica de Madrid.

En su profesión, destacó por su capacidad para devolver al presente algunas técnicas históricas de decoración cerámica, como por ejemplo la 'cuerda seca', un método de trabajo que se conoce desde época Omeya  y que usó con gran destreza para terminar los muros que protegen a la Virgen de la Cinta en su altar.

Esta técnica lleva usándose siglos. Con ella se evita que los esmaltes de colores con los que se da vida a una imagen, se mezclen entre ellos. Originalmente se hacían surcos sobre la cerámica y luego se delineaban con una mezcla de óxido de manganeso y una sustancia grasa, para a continuación rellenar los espacios entre líneas con los esmaltes. Tras la cocción, el objeto quedaba decorado con líneas negras y un vidrio brillante muy colorido. En la actualidad, ya no son necesarios los surcos, la técnica se ha revitalizado y los materiales se han ido modernizando, pero a pesar de la evolución, sobrevive al tiempo.

Milagros de cerámica

Zuloaga realizó estas dos obras en su taller particular, en Segovia, un año antes de fallecer. Una de ellas representa el voto que Cristóbal Colón hizo a la Virgen de la Cinta cuando se vieron en medio de una gran tempestad al volver de su primer viaje a América en Marzo de 1493. Fray Bartolomé de las Casas lo describía así: “Sábado en la noche 2 de Marzo de 1493 vino una grande y su vida turbiada o golpe de tempestad por lo cual se vido el Cristóbal Colon y todos en gran peligro de perderse, más Dios le quiso librar como dice en su navegación, echó suertes para enviar un romero a Santa María de la Cinta que es una casa devota con quien los marineros tienen devoción que está en la villa de Huelva y cayó la suerte sobre el Almirante como solía”.

En este hermoso azulejo se puede ver cómo el artista representa la escena en medio de la tormenta. Sobre una nube, el almirante suplica a los pies de la Virgen de la Cinta por su vida y la de sus hombres, mientras la carabela en la que viaja lucha contra las olas por mantenerse a flote. La imagen queda enmarcada por el escudo de los Reyes Católicos y el que estos concedieron a Colón tras su primer viaje como agradecimiento por sus servicios a la corona.

Frente a esta obra cerámica, otra de igual belleza y proporción, se expone en el lado izquierdo del altar mayor, donde se representa el milagro del toro. La historia cuenta que un día un joven se encontró cara a cara con un toro en mitad del campo y que al trepar por un muro para salvarse de su embestida, este se derrumbó y apareció tras él una imagen de la Virgen de la Cinta pintada sobre otro muro que quedaba oculto. Algunos cuentan que el toro salió huyendo, otros que se detuvo y se inclinó ante ella.

Zuloaga representa la escena centrándose en el momento en el que el mozo intenta escapar del toro, mostrando a la Virgen de la Cinta flotando sobre el muro como alusión a su descubrimiento. De nuevo la imagen vuelve a quedar enmarcada entre dos escudos, en este caso el de la Ciudad de Huelva y el de la Hermandad de Nuestra Señora de la Cinta.

La gracia y delicadeza con la que plasma las historias tradicionales y los hechos históricos, son una constante en las creaciones de Daniel Zuloaga. Su obra introduce en España las formas del neorrenacimiento y del modernismo en los primeros años del s.XX, actualizando los estilos y adaptándolos a los que estaban de moda en el resto de Europa. Podemos observar con claridad estas influencias en estas dos obras cerámicas, tanto en los marcos que utiliza para encuadrar las escenas como en su dibujo a la hora de representarlas. En conjunto, todo el interior del altar mayor funciona como una estancia palaciega, propia de una reina.

Milagros de cerámica

Cuando terminé de realizar las fotografías, me senté tranquilamente en uno de los bancos de la nave central del templo y me detuve a observar todo lo que me rodeaba. Las visitas se sucedían una tras otra. Los grupos de turistas se reunían en torno al altar principal, mientras algunas familias onubenses aprovechaban la tarde para dar un paseo por una de las zonas con más encanto de nuestra ciudad. Tuve la sensación de que estar allí era como escapar por un momento de la realidad. Parecía como si al poner un pie sobre su suelo “cambiara de zapatos”. Todo era calma y luz, al caer la tarde.

*Horario de visita al Santuario de Nuestra Señora de la Cinta: de 9.00 a 13.00 y de 18.00 a 21.00 horas.

Referencia: Guía para visitar los santuarios marianos de Andalucía Occidental (1992). VV.AA. Ediciones Encuentro.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación