La loca historia de Huelva: Los visigodos y Al-Ándalus en la Edad Media

Los hispanorromanos que aún habitaban nuestros territorios se resistían a dejarse conquistar por ellos, así que se pusieron en manos de su particular primo de Zumosol, que en esta época de transición no eran otros que Bizancio, el famoso Imperio Bizantino, que en Norteamérica se llamó Imperio Bisontino (por las manadas de bisontes) y un poco más abajo, en México, Imperio Vicentino, ya que el emperador era Vicente Fernández, conocido mariachi de la época, que no sé cómo se las aviaba pero con dinero o sin dinero siempre seguía siendo el rey.  

Si antes representábamos a Hispania cada vez que íbamos a jugar  un Campeonato  Mundial de 'Levantamiento de piedras y menhires' o de 'Lanzamiento de hachas por la espalda a traición', ahora nos llamamos Spania y en esta  época (supongo) nace Spanair, la compañía aérea más antigua de nuestro país…Lástima que todavía no supiésemos cómo hacerlos volar, un montón de aviones fabricados para nada, inicio de otro floreciente negocio que hoy día da trabajo en nuestro país a miles y miles de personas, entre los que destacan los obreros especializados llegados para tal efecto desde la Europa del Este: me estoy refiriendo a los desguaces o chatarrerías (imprescindible hacerse previamente con un carro metálico de cualquier hipermercado de la zona, preferentemente que rime con Maradona).

Las luchas intestinas duraron todo el siglo VI. Siempre me ha gustado eso de 'luchas intestinas', aunque por esa anatómica regla de tres podríamos llamarlas también 'peleas  estomacales' o 'disputas  pancreáticas'. El caso es que no nos ha quedado demasiado del paso de los visigodos por aquí por nuestra provincia, se ve que supimos esconderles bien nuestros atractivos para que no nos desvalijasen una vez más; eso sí, las minas las exprimieron como si fueran naranjas 'guachis' tal y como hicieron nuestros visitantes anteriores. Sí que aparecen los primeros datos sobre CRISTIANIZACIÓN  en la zona, concretamente los primeros cromos o estampas de Cristiano Ronaldo y el látigo oxidado de Ángel Cristo, además  de restos de botellas de cerveza Cruz...Cruz...Cruznosequé (de memoria ando tan cortito como de ortografía). Aparte de eso conservamos lo siguiente: 

- Restos que datan del año 466 en la diócesis de Elepla (Niebla). Obsérvese que Niebla ha dado un gran cambio en estos últimos siglos, y me refiero a que ha cambiado las 'íes' por las 'es', hemos pasado de Ilipla a Elepla…No estoy muy seguro pero creo que luego vino Alapla, Olopla y Ulupla. 

- Del año 495 tenemos la sobrecogedora lápida de la niña Domigratia en Almonte (Domi para sus amigos). Menos mal que los almonteños decidieron celebrar anualmente  la aparición de la Virgen del Rocío y no este macabro descubrimiento, aunque pensándolo bien, de haber seguido con la temática fúnebre podríamos haber sido los inventores mundiales de Halloween, con el consiguiente empujoncito económico para los gremios de los disfraces fantasmagóricos, los caramelos, los trucos y los tratos.  

- Necrópolis en la Barriada de la Orden, en Huelva Capital: de una lápida en Almonte hemos pasado a cientos de lápidas en Huelva. Esta necrópolis fue excavada por Mariano del Amo en la década de los 70 del siglo pasado…Bueno, no la excavó él solo, obviamente, que el hombre no tenía los riñones de El Increíble Hulk, la excavaron las decenas de trabajadores con petos amarillos que él dirigía. Estoy pensando que menudo pelotazo el que pegó el inventor de los petos amarillos, que lo mismo sirven para los obreros con cascos, para la Guardia Civil de Tráfico que asiste a un coche, para el propio conductor al que se le ha averiado ese coche, o para el oficio más desempeñado en la actualidad: los gorrillas  o  aparcacoches.   

AL-ÁNDALUSPodríamos decir que se les plantó poca resistencia a las primeras tropas que llegaron desde África por aquí por Andalucía, básicamente porque sabíamos que los de Al-Ándalus nos iban a dejar en herencia para toda la vida esa maravilla de nombre de nuestra Comunidad Autónoma (en mi caso, además, me han dejado su tez morena, ya que parezco enteramente el tatatataranieto de Lawrence de Arabia o de Gengis Khan, que, como sabéis,  con los inmensos desiertos que allí tienen, Khan fue el inventor de la Khan-timplora). Sí, vale, Gengis Khan era más bien de las afueras de Arabia...muy, muy, muy a las afueras, concretamente de Mongolia. Eso sí, uno africano y otro asiático pero los dos montaban a caballo (así que no iba yo muy desencaminado), de hecho fueron los creadores del temazo de la época. 'Mi caballo camina palante, mi caballo camina patrás', y con esa desorientación de ambos equinos no había manera de que estos famosos guerreros coincidieran nunca para cantarlo en directo a dúo. 

Por lo que a nosotros respecta, Niebla fue ocupada por los musulmanes durante el año 713, que debió ser el único lugar de la provincia al que no le colocaron el 'Al' por delante: Aljaraque, Almonte, Almonaster, Alájar, y también donde iban a comer a Portugal 'to' los dominguitos, el Al-Garve, y cualquier otro lugar al que te desplazabas también tenía como prefijo el 'Al': '¿Adónde vas, Manolito? Al-Colegio, Al-Fútbol, Al-Cine...'.

Estas localidades, como por ejemplo Niebla, las convirtieron nuestros nuevos invasores en lo que ellos llamaban curas o coras, algo parecido a las actuales provincias. Qué curioso, ¿verdad? Una palabra tan católica apostólica y romana como 'cura' y los musulmanes empleándola a su antojo. Durante el Califato de Córdoba, Huelva y Niebla estuvieron integradas en esas curas o coras. Un Emirato era cuando reinaba un Emir un rato, y un Califato cuando el que mandaba era un Califa. En nuestra zona, como somos así de originales, empezó a decirse eso de 'Vamos a quedar luego a tomar un califato', o eso… un cafelito. 

En el año 1.031 las provincias ( las curas o coras) pasaron a ser Reinos de Taifas, no Reinos de Táifol, que eran unos reinos muy limpios debido sus  a sus potentes limpiasuelos  y abrillantadores, ni confundir tampoco los Reinos de Taifa con los Reinos de Tarifa, donde todo era viento, olas y tablas de windsurf. Como os podéis imaginar por nuestro exhaustivo periplo histórico relatado hasta ahora, aquí destacaban la Taifa de Huelva y la Taifa de Niebla, que poco a poco fueron absorbidas, cómo no, por la Taifa de Sevilla ¡Vaya 'usté' por Dios! o en este caso ¡Vaya 'usté' por Alá! Así que nos volvieron a engañar, con esto de las taifas nos sentíamos 'estaifados'. 

Luego ( y cuando digo luego hablo de 'un puñao' de años después) se pasaron por aquí los almorávides. No, los almorávides no inventaron las alm...las hemorroides, dejadme que os explique quiénes eran realmente. Los almorávides tenían la Capital en Granada (ya sabéis el pedazo de chalé ajardinado y todo 'alhambrado' que se construyeron allí). Y luego ( de nuevo este socorrido adverbio) vuelven los Reinos de Taifas, bajo el control de los Almohades, que volvieron a montar  su capital en Sevilla, ¿por qué siempre Sevilla? Porque 'Sevilla tiene un color especiaaaaaal, Sevilla ninonanino nino'. Ya veis que esto de los Reinos Taifas era como las películas de ahora, iban por Trilogías: 'Los Reinos de Taifas', 'El Regreso del Los Reinos de Taifas' y 'Reinos de Taifas: El Origen' (esta última en 3 dimensiones). Ah, sí, olvidaba lo de los Almohades. Fueron los más originales e innovadores en las técnicas de la guerra, ya que un almohade  a almohadazo limpio poca sangre era la que derramaba…Bueno, alguna que otra cabeza de cuajo arrancaban con esta novedosa técnica de golpeo seco y contundente, pero no era lo habitual. Además, los almohades tenían el detalle de regar todo el suelo de colchones y cojines para amortiguar las caídas de sus rivales. 

Pero como las taifas se reproducían como Gremlins o renacían de sus cenizas como el Ave Fénix, vuelve la Taifa de Niebla, ahora bajo el mando de Ibn Mahfut, que la extendió incluso al Algarve portugués. Todo esto ocurrió justo antes de que llegaran los castellanos en su ya implacable Reconquista. De Mahfut, aquí en Huelva, nos quedó sobre todo esa forma de quejarnos cuando nuestra madre nos obliga a hacer algo que no queremos '¡Mahfut,hija!,  qué coraje, siempre yo, siempre yo…y a mi hermano nunca lo mandas a por ná'.

PRÓXIMO CAPÍTULO: LA CONQUISTA CRISTIANA Y LOS SEÑORES FEUDALES EN LA EDAD MEDIA