MENTES EXPERTAS, A LO GRANDE
Huelva se ‘küpperiza’ con entusiasmo
Víctor Küppers conquistó a más 800 personas en la Casa Colón con su estilo directo y simpático para hacerles ver que “lo más importante en la vida es que lo más importante sea lo más importante”. Señaló que “tú vida es como quieras enfocarla”, que elegimos y somos responsables de sonreír o no, ayudar, ser cariñoso o disfrutar con lo que hacemos. “Eso se consigue intentando elegir en cada momento tu mejor versión”.


La Casa Colón rebosaba expectación y las largas colas se vertieron sobre las butacas del gran auditorio onubense, que bullía con el ánimo de personas ávidas de mensajes que cargasen de optimismo su monotonía. ‘Mentes Expertas’ y el sindicato CSIF, una sociedad que comienza con un gran éxito, habían cuidado cada detalle y el escenario eran un cañón desde el que proyectar los ‘pepinos espaciales’ de Víctor Küppers contra lo negativo, para aprender a visualizar lo que ganamos siendo positivos y dándole importancia a lo importante. Siguiendo el trabalenguas de “el cielo está enladrillado quien lo desenladrillará…” Todo aquel que estuvo dispuesto a ‘kupperizarse’ fue ‘kupperizado’ y Víctor Küppers lo propició. ‘Kupperizarse’ es algo así como doctorarse en optimismo ante la vida, en alegría de vivir y Huelva se prestó del alfa al omega de la conferencia, titulada ‘Vivir con entusiasmo’.

Desde la humildad comenzó diciendo que no es “nadie para dar consejos, no soy experto”. Más bien señaló que “leo a expertos y copio y pego”, tras nutrirse de la psicología positiva, que ha demostrado que “nuestra manera de ser no es solo genética”. Luego están las circunstancias y las sensaciones que captamos y transmitimos. Y es que “todos somos bombillas” y unas van a 30.000 vatios y otras fundidas.
Partiendo del punto de que vivimos en una sociedad “de tarados” y “anestesiados” que no trasmite ni ilusión ni alegría, en el que impera “el virus del fffuuu”, la mediocridad se ha hecho el resultado común. Citando a Valentín Fuster, indicó que aunque eso sea “lo normal no es lo natural”. Señaló que el día que te resignas, que no haces nada para cambiarlo porque asumes que es lo normal conviertes tu “día a día en “una asquerosidad”. Es por ello que subrayó que “hay hábitos para pensar sano como los hay para comer sano”. Es por ello que si vivimos en un entorno que tiende al desánimo, “el día q pierdes el ánimo pierdes lo mejor q tienes, le pones menos ganas y entras en la mediocridad”.

Su gran esquema se fue dibujando en torno a los seis puntos que tienen en común las personas que van por la vida por alegría de vivir. En primer lugar expuso que estas personas “deciden vivir con alegría y eso no es genético“, aseguró un Küppers que echa a sus alumnos que no sonríen en clase y no por comer o beber.
La segunda condición es que “las personas felices son buenas personas”, poniendo de relevancia aspectos como la dignidad humana o la bondad. Y Küppers puso sobre la mesa una gran verdad y es que “te valoran por cómo eres”. Opinó que es “incompatible” ser buen profesional y mala persona y también incidió en que tratamos a las personas como “bultos con ojos y patas”, ya no damos los buenos días en los ascensores o no reparamos en si el conductor del taxi del que nos acabamos de bajar es hombre o mujer, tiene gafas o bigote. Para el conferenciante todo se puede resumir en una preciosa frase de la Madre Teresa de Calculta: “Que nadie se acerque jamás a ti sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz”.

Cuidar lo importante, la pareja, la familia y los amigos, es la cuarta idea “de cajón” que se extrajo. “Es algo que sabemos pero nos damos cuenta cuando es tarde. Tenemos que decirle a esas personas que las queremos y demostrarlo, porque que nos digan cosas positivas nos hacen sentirnos queridos valorados”, explicó y agregó que “lo más importante en la vida es que lo más importante sea lo más importante”.

La mezcla de pasión e ilusión es otro aspecto común en las personas felices. “Hay que disfrutar de todo y si no tienes ilusiones estás muerto”, insistió el motivador, que invitó a disfrutar planificando. Por último, señaló como rasgo el ser agradecido y valorar lo que se tiene. “Teniendo salud y llegando a final de mes somos unos privilegiados”, sentenció. También apuntó que no hay q ser ilusos no se trata de decir y pensar todo es maravilloso, pero sí saber ver lo bueno que hay.
“Tú vida es como quieras enfocarla. Eliges sonreír o no, ayudar, ser cariñoso, disfrutar con lo que haces… Eres responsable de tu vida y tenemos q aspirar a hacer de nuestra vida algo grande. Eso se consigue intentando elegir en cada momento tu mejor versión. Si lo haces cada vez es más fácil y te fijas en lo bueno y no lo malo y haces de tu vida una obra de arte”, fue el consejo final a los que acabaron ‘küpperizados’.
El ejemplo de valentía de Pedro García AguadoTodos le recuerdan por ser el ‘Hermano Mayor’ de la tele, “el domador de chonis y canis”, o el waterpolista que tocó la gloria con un oro olímpico y cayó en el infierno de las drogas. Pedro García Aguado es mucho más que eso. Es un superviviente de sí mismo. Alguien que salió del pozo cubierto de barro hasta las cejas y que ahora tiene un mensaje de experiencia vital muy valioso por transmitir. Y lo hizo tras Víctor Küppers en la Casa Colón, cosechando igualmente un gran éxito.

Aseguró que toda su vida trató de aplicarse una frase de la oración de la serenidad y “tener la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia”.
Aprendió que “las cosas no llegan en el momento que deseas ni de la forma que deseas”, algo que le pasó con la selección española, cuatro veces segundos entre subcampeones de Europa, del mundo y olímpico entre los años 91 y 92, antes de ser oro en los Juegos de Atlanta 1996. La plata de Barcelona se vendió como un fracaso y no como un éxito. “No educamos a nuestros hijos en la gestión de la frustración y se lo damos todo inmediato. Perder final Barcelona 92 se vivió como un fracaso. Y se gano la plata pero te lo hacen sentir”, expuso García Aguado.

Para él éxito y fracasó son “dos grandes impostores” y “el fracaso muestra lo que el éxito oculta. Debe ser punto evolución y aprendizaje y enseñan más las derrotas, que siempre son un principio. Las q pueden y asumen la derrota son las personas de vuelo superior, optimistas, de actitud incansable, que no deja de luchar”.
“Yo con 50 años he tenido muchas derrotas en mi vida, pero aquel equipo decidió ver qué había hecho mal”, expuso. Repaso elementos esenciales, como el talento, el descaro, el esfuerzo, la presión. Citó a Mandela para decir que “no es más valiente el q no tiene miedo sino el que teniéndolo logra conquistarlo”. Es por eso que vitó a todos a pasar a la acción: atrévete y cambia.
