La pasión, según Concha Velasco

La actriz y bailarina argentina Celia Gámez acertó cuando, antes de admitir en su compañía a Concha Velasco, le dijo: 'Estás contratada. Con esas piernas llegarás donde tú quieras'. A partir de ahí, el camino vital y profesional de Concha Velasco no ha sido un camino de rosas, pero se ha aupado –por méritos propios– a lo más alto de la escena española… Y es que, como dijo el poeta, vivir es resistir. La muchachita que un buen dia salió de Valladolid con el firme propósito de triunfar lo ha pagado caro, muy caro; eso sí, porque como reza el título de sus memorias que publicó hace años, 'El éxito se paga'. En la vida y en el escenario.

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Desde que debutara con 15 años en 'La reina mora', ha rodado más de 80 peliculas y ha participado en más de 30 obras de teatro, series de televisión, revistas… Si uno analiza la carrera profesional de Concha hay personajes que la han marcado para siempre y la han convertido, pasados los años, en una actriz madura, solvente, pletórica. Uno de esos papeles geniales ha sido 'Hécuba', que le valió el premio que otorga 'El Cultural', suplemento del diario El Mundo. Concha da vida a una inteligente anciana, sensata, una reina troyana, inmensa en el sufrimiento al contemplar —por venganza— la muerte de sus hijos. Una obra clásica de Eurípides avalada por la maestría del director José Carlos Plaza.

El año pasado La 2 de Televisión Española tuvo la feliz idea de programar la serie 'Teresa de Jesús' con motivo del quinto centenario de la santa de Ávila, una serie por la que recibió el cariño y la gratitud del público. Concha supo captar la entereza, la fuerte personalidad y, sobre todo, el mensaje de una Teresa todavía vigente y actual. En el Teatro Lope de Vega de Sevilla pude ver 'Reina Juana'. Aquí Concha recrea a Juana La Loca, que nos cuenta sus vivencias, antes de morir sola y alejada de sus hijos, como testamento para la posteridad.

En la escena, Concha ha vivido días de vino y rosas. Pero la vida —vivir es resistir, dijo el poeta, ¿recuerdan?—, sin embargo, tenía reservada más de una espina a esta mujer pasional. Uno de los problemas personales que tuvo que soportar fue cuando abandonó la obra 'Hécuba' porque padecía una grave enfermedad. Lo confesó a la revista ¡Hola!, cuya portada aún conservo: Después de la quimio, me pondré un pañuelito en la cabeza y saldré, pero que me dejen también llorar un poquito.

Concha ha llorado muchas veces, la mayoría por amor, como años atrás decía a una revista. No ha sido afortunada con sus parejas. Sufrió con José Luis Sáenz de Heredia —por motivos que no vienen al caso—; con Juan Diego no fue afortunada; y con Paco —el hombre de su vida, como ha dicho alguna vez— lo pasó tan mal-bien que tengo para mí que, pasados los años, aún padece lo que denomino como síndrome Paco Marsó.

Concha se ha visto acompañada a lo largo de su trayectoria vital y profesional por triunfos, soledad, aplausos, amargura… Agítese todo, bien revuelto, y nos sale una actriz pasional y una mujer comprometida que, pasado el tiempo, viene de vuelta de lo mejor y lo peor y casi al final del camino se pregunta si lo vivido ha merecido la pena.Una respuesta la podemos encontrar en el poema 'Vida' que le dedicaba el poeta José Hierro a su nieta Paula: Después de todo / todo ha sido nada / a pesar de que un dia lo fue todo. / Después de nada / o, después de todo / supe que todo no era más que nada.

Me cuentan...

En la Feria del Libro, en plena Plaza de las Monjas, he conversado con Francisco Jiménez, ingeniero técnico que ya goza de la miel de la jubilación. Hablamos de su libro 'Epitafios casi reales', que está a la venta por si lo quieren ustedes comprar. 800 epitafios, algunos curiosos, divertidos, geniales, para dar carpetazo a una vida. El cura Miguel Castillejo, que fuera presidente de Cajasur, recientemente fallecido, tiene su epitafio: Toda la vida sirviendo a Dios y al dinero y ninguno me sirvió para evitar esto”. Rocío Jurado también tiene el suyo: Esto estaba cantado”. La Duquesa de Alba tampoco iba a ser menos: Siempre me gustó tener mucha tierra; pero no encima. Francisco Jiménez es aficionado al humor de José Luis Coll, Miguel Gila y Groucho Marx. Uno también tiene epitafio para usted, Francisco. Podria ser éste: He muerto de risa.

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