HOMENAJEADO COMO 'LEYENDA DEL DECANO'
Viqueira, eterno mago albiazul: 'Yo no me fui del Recre por dinero sino porque me engañaron'
19.50 h. El gallego Emilio Viqueira, el 'Mago', ha recibido un merecido homenaje del recreativismo como 'Leyenda del Decano' en un emotivo acto en la Casa Colón en el que le han arropado familiares, amigos y antiguos compañeros.


Ha sido el pasillo más difícil de mi vida. Más que en el Bernabéu. Ha sido emocionante. Siempre he dicho que siento el Recre como mi casa, indicaba tras acceder a la silla del protagonista, y al comenzar el acto le dieron la primera sorpresa de la tarde-noche, que fue la presencia de su esposa y sus tres hijos en el acto. Han aguantado carros y carretas porque en el fútbol hay momentos buenos y no tan buenos, y cuando han llegado los no tan buenos siempre la familia siempre ha estado ahí.
Contaba el gallego cómo llegó al Decano en el verano de 2002 de esta manera tan simpática: Con el Xerez ese año estábamos a 11 puntos y nos jugamos aquí el ascenso contra el Recre en un partido a vida o muerte después de una temporada en la que tuvimos bastantes problemas económicos. Lo ganó el Recre y ascendió y yo tenía dos o tres años más de contrato con el Xerez, pero me llamó Lucas Alcaraz y me convenció para venir aquí y jugar en Primera División. Me dijo que lo iban a intentar y me dijo 'si en pretemporada te veo gordo te vas para tu casa'. Conmigo fue muy claro y dio su resultado. Esa es una anécdota del fichaje que me gustaría contar. Y después mis cinco años en Huelva fueron redondos.

Y ya hablando de sus primeros meses en el club albiazul en la temporada 2002/03 en la élite, Viqueira esgrimía que la única vez que pedí una camiseta fue a Zidane en el Bernabéu en el partido en el que empezamos ganando 0-2 y después acabamos perdiendo. Me suele dar vergüenza pero pensaba que a lo mejor no había otra oportunidad. Yo había jugado más de 40 partidos en Primera División ya con un buen Dépor, pero en el Recre encontré un poco la madurez de un futbolista, además de que fuera del fútbol hice muy buenos amigos.

Sobre la noche copera de semifinales en El Sadar ante Osasuna en 2003, con el épico pase a la final de Elche ante el Mallorca, el gallego dijo que pensábamos que lo teníamos arreglado con el 2-0 en casa, pero llegamos allí, con el día de más frío de mi vida y en media hora nos igualaron la eliminatoria. Tiramos de casta y orgullo y pudimos clasificarnos con los goles de Benítez y Xisco. Allí se desató la locura y en Huelva me imagino que también. El campo temblaba, es de las pocas veces que he visto un estadio así, pero pudimos sacarlo adelante. La Copa nos sirvió para coger una buena dinámica en la liga y fue un año complicado y difícil porque descendimos pese a jugar la final copera. Yo creo que en Elche estaba toda Huelva. Creo que fue un hito. Te trae unos recuerdos de locos ese partido en el Martínez Valero. Si el árbitro no llega a anular ese gol a Xisco, igual hubiésemos estado hablando ahora de otra cosa. Nos costaba un poco atacar pero en defensa eramos un equipo difícil. Cada vez que oigo a Iturralde en la radio me dan ganas de matarlo. Perdimos y fue duro ante un Mallorca que en esos momentos era un equipazo, pero todo lo que venía de la gente era de agradecimiento, y con los años piensas que llegar a una final de Copa es una maravilla, añadió el gallego.
Y después de esa agridulce campaña, llegaron tres campañas en la categoría de plata: Todos los equipos que descienden al año siguiente quieren subir y a nosotros también nos costó dos o tres años hasta que llegó Marcelino García porque no es fácil ascender en ninguna categoría. Llegó Uche, que es de mis mejores amistades y hablamos casi todos los días y mis hijos le llaman el 'tito Uche' incluso. Es un fenómeno. Y la siguiente temporada Quique Hernández no me quería poner. Ese año me lesioné en el tendón de Aquiles en la pretemporada y no jugué al principio lo que quería. Ni me miraba en los entrenamientos, pero después en Navidad dijo que era el mejor centrocampista de Segunda División. Somos dos cabezones y ahora nos llevamos bien y hablamos hace poco. Y ya con Marcelino hicimos una temporada espectacular. Aquí en casa éramos una apisonadora. Seguramente ha sido el mejor entrenador que he tenido en mi carrera. Él venía con unas ideas muy claras y el equipo volaba y jugábamos muy bien al fútbol, como se demostró después también en Primera División. A mi me controlaba mucho el peso. Incluso vino alguna vez a mi casa a preguntarle a mi mujer qué había comido. Al futbolista hay que convencerlo y él lo logró.

Y sobre el ascenso a Primera División, tras ganar por 0-3 al Numancia en la antepenúltima jornada liguera, Viqueira recordaba que el día del ascenso en Soria no iba a jugar porque tenía una lesión en el gemelo y al final no sólo jugué sino que marqué y logramos subir. Nos habría gustado ascender en casa porque era un día muy especial. Pero bueno, la gente que vino allí disfrutó al máximo. Y lo máximo que he vivido como futbolista para mí fue llegar en el autobús a la plaza del Ayuntamiento de Huelva. Ese día se vio el espíritu de la afición del Recre, que también te apoya en los malos momentos, como por ejemplo está ocurriendo en la actualidad.
En el acto de homenaje a Viqueira intervinieron con un vídeo Juan Merino, Antonio Calle y el padre del exfutbolista, y en el estrado Gabriel Cruz, el alcalde de Huelva, Rafael Barber y Jesús Vázquez, que coincidió en la plantilla del Decano con el gallego. Todos ellos le felicitaron y tuvieron palabras de elogio hace él como futbolista y persona. Sobre el año en Primera División en el que el Recre rozó clasificarse para la Copa de la UEFA, declaraba que empezamos perdiendo contra el Mallorca en el debut y en el descuento empató Santi Cazorla y en ese partido ya se veía que podíamos hacer un buen año. El equipo prácticamente jugaba de memoria y teníamos un equipazo. Los rivales nos respetaban porque empezamos jugando muy bien y completamos un inicio de liga precioso. Marcelino dio con un grupo de gente que queríamos crecer, que éramos ambiciosos y que queríamos hacer algo grande.
Sobre el 0-3 que logró el Decano ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu en una fecha mágica pero también triste por el fallecimiento de cuatro aficionados albiazules camino de la capital de España, el gallego indicaba durante su homenaje que siempre recordamos aquel día. Era un 20 de diciembre y Marcelino nos metió una paliza por la mañana en Valdebebas porque se esperaba que no se iba a jugar. Después en el hotel el delegado nos dijo que se jugaba cuando nos estábamos ya a punto de tomar unas cervezas en el hotel. Fue un día completo y llegamos al estadio a las ocho de la tarde y desde el vestuario escuchamos a la afición cantar la salve y fue emocionante. Tan pronto le pegué al balón ya vi que iba hacia adentro y que Iker Casillas no podría pararlo.

De su salida del club albiazul, en un final de temporada algo extraño, Viqueira rememoraba, tratando de cerrar heridas, que es complicado porque lo sabe mi familia y evidentemente mi gente allegada. Paco Mendoz seguramente ha sido el mejor presidente que he tenido, sin duda alguna, y me entendió y quiso siempre, pero en ese momento desgraciadamente en el club había también otra persona. Me dicen por redes sociales a veces que me fui por dinero. Yo tenía dos años de contrato en el Recre, con uno opcional, y en Segunda División con Marcelino vino un club a por mí y dije que no me quería marchar. Y al subir a Primera División vinieron dos equipos a por mí pero le dije a mi representante que no me quería ir y el club me dijo que me quería renovar. Hablamos y en tres o cuatro días llegamos a un acuerdo para renovarme por tres años y que después me quedaría en el club a trabajar. Incluso me compré esos días en El Portil una casa, pero 15 días después me dijeron que se lo habían pensado mejor y que no me ofrecían esos años de contrato sino solo uno. Yo al día siguiente hablé con mis compañeros y con Marcelino García y él dijo que intentaría que quitaran esa cláusula de partidos jugados. Yo creo que en ese momento esta gente me engañó. Yo habría seguido 20 años en el Recre. Yo no podía ya entrenar sin medicarme y dije que si me quitaban esa cláusula seguiría jugando. Había una persona en ese momento en el club que se creía que era el dueño del club y de Huelva y en mi vida siempre he mandado yo. Yo no me fui por dinero sino porque me engañaron. No Paco Mendoza, que se portó siempre de una manera espectacular conmigo, sino otra persona. Eso es lo que pasó y volvería a hacer lo mismo diez mil veces más. Los que más sufrieron fueron mis familiares y amigos, pero fue por el ego de una persona que había en ese momento en el club. Esos días se contaron muchas cosas personales de mí que fueron mentira.
