confidencial
El runrún: ¿Qué tiene que ver un indio Sioux con un almonteño?
A priori a cualquiera que le hagan esta pregunta se le pondrá cara de póker, pues más allá de ser personas, ciudadanos del mundo, no te sale otra respuesta así sobre la marcha. Pero lo cierto es que si se investiga un poco tienen mucho más en común de lo que pueda pensarse, pues ambos ‘pueblos’ –aunque en este caso no es el almonteño únicamente, sino buena parte del onubense y andaluz- luchan contra lo que consideran una amenaza para su patrimonio natural; y lo hacen además ante enemigos especialmente poderosos: una petrolera en el caso de la tribu sioux, Gas Natural en el caso de nuestros locales.

En este paralelismo se ha basado la Fundación Savia, miembro de la Plataforma Salvemos Doñana. La Fundación Savia es la que organiza esta llamativa actividad este jueves, cuando visitará Almonte Lee Plenty Wolf, un activista Lakota –pueblo que forma parte de los Sioux– que expondrá la lucha de su tribu contra el oleoducto de acero que pretenden construir grandes compañías petrolíferas a menos de un kilómetro de la Reserva de Standing Rock –en Dakota del Norte–, y al que los nativos americanos se oponen por considerar que supone una amenaza para el equilibrio natural y la calidad del agua de la que se abastecen los Sioux y millones de personas a lo largo de toda la cuenca hidrográfica. Salvemos Doñana considera que la lucha de este pueblo tiene numerosas coincidencias con la que se libra aquí contra el almacén de gas que quiere construir Gas Natural en el subsuelo de Doñana, por lo que ha organizado esta curiosa ponencia. Y quién sabe si de la misma no sale un hermanamiento...

El saludo militar de Morcillo. Buena parte de la actualidad política española está centrada en las últimas semanas en Cataluña y en el deseo de independencia de parte de sus ciudadanos. Los deportistas lógicamente también son personas y no viven al margen de ese debate nacional y algunos de ellos se implican y expresan de manera pública su opinión. Uno de ellos ha sido este fin de semana en las redes sociales el que fuera central del Recre en Segunda División durante las temporadas 2012/2013 y 2013/14 Jorge Morcillo. El valenciano, que ahora milita en el Almería, no sólo celebró con un saludo militar el gol de penalti que anotó frente al Sevilla Atlético sino que después escribió un 'tuit' en el que le dedicaba el tanto a la Policía y a la Guardia Civil, que después le dieron también las gracias por dicha felicitación. Morcillo recibió algunos elogios de los 'tuiteros' pero también algunas críticas, varias de ellas subidas de tono y en muchas ocasiones escondidas en anónimos. El caso es que su gesto salió en muchos medios nacionales y no dejó indiferente a casi nadie, y es que el tema catalán está dando mucho que hablar desde hace tiempo y cada uno tiene una opinión que debe ser respetada.

Un WC callejero en pleno centro. Lamentablemente no es la primera vez que traemos a esta sección muestras de la absoluta falta de civismo que sufre nuestra capital por culpa de ciudadanos que no demuestran no estar capacitados para vivir en sociedad. Porque no se trata de un problema relacionado con una carencia de servicios públicos de limpieza. El servicio, con sus deficiencias, existe, pero es imposible que un municipio mantenga adecentadas sus calles si sus vecinos, todos, no colaboran. La imagen que ven fue tomada el pasado domingo por la mañana, es decir, durante un fin de semana en el que la capital acogió múltiples eventos que reunieron a muchísimos visitantes. El lugar, la céntrica calle Rico, a solo unos metros de la plaza de las Monjas. Por no ser demasiado prolijos en la descripción, lo que se observa es el espacio entre dos contenedores convertido en un WC, que algún desaprensivo utilizó para hacer sus necesidades, usando incluso papel higiénico, dejando un ‘regalo’ que estuvo todo el día a la vista de todo aquel –local o foráneo– que pasara por allí. Está claro que cada cuál tendrá su punto de vista del problema: habrá quien ponga su límite de tolerancia en las cacas de perro y habrá –por lo visto– quien considere normal lo que hoy contamos aquí. De momento, mientras evolucionamos como ciudad, solo nos queda confiar en la mano dura del Ayuntamiento para imponer sanciones ejemplares a quienes ensucian de este modo la casa de todos.
