ELEUTERIA AMADOR GARCÍA

“Ir al cementerio ayuda a aceptar la pérdida y expresar las emociones”

En estos días en los que el duelo ante la pérdida de un ser querido se hace más presente, la responsable del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Desastres (GIPED) de la delegación onubense del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental ofrece algunas pautas sobre cómo afrontar el dolor y cuándo acudir a un profesional.

“Ir al cementerio ayuda a aceptar la pérdida y expresar las emociones”

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PREGUNTA.- Superar la muerte de un ser querido es algo en ocasiones muy complicado, ¿Cómo superan los onubenses este duelo?

RESPUESTA.- Los duelos, duelen. La palabra duelo viene del latín “dolus”, que significa dolor, por tanto, perder a una persona querida implica experimentar estas emociones de aflicción.  La mayoría de las personas superan la muerte de sus seres queridos de una forma  normal, ya que el duelo es algo universal, aunque cada persona lo vivirá de  forma única y diferente. Sin embargo, en ocasiones, puede llegar  a ser lo que profesionalmente denominamos un duelo complicado, es decir, que la persona va a encontrar una mayor dificultad en elaborar esa pérdida, principalmente debido al tipo de muerte de que se trate. La dificultad para asumir esa pérdida va a ir en orden creciente si se trata de una muerte natural, un accidente, un suicidio o un homicidio.

La superación de un duelo pasa por realizar una serie de tareas, ya que el duelo es algo que hacemos, y no algo que nos hacen. Dichas tareas, que van en orden consecutivo,  son aceptar la realidad de la pérdida; trabajar las emociones y el dolor de la pérdida; adaptarse a un medio en el que el fallecido está ausente; y recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo.

“Ir al cementerio ayuda a aceptar la pérdida y expresar las emociones”

No podemos olvidar que el duelo afecta a todos los niveles de una persona, llegando a ser un dolor biológico- psicológico-social-familiar y espiritual, y también que las manifestaciones del duelo, entre otros factores,  vienen mediadas por la cultura. En ese sentido, los onubenses, como pueblo abierto, sociable, que se permite la expresión del dolor con determinados ritos,  cuenta con ciertos factores como el apoyo social – asociacionismo, red de amigos- y familiar, el fomento de hábitos de vida saludables, etc., que actúan como protectores o facilitadores de esa experiencia dolorosa, aunque como hemos dicho cada persona afronta su dolor de forma única, y de las manifestaciones externas no pueden deducirse la intensidad del dolor privado.

 P.- Acudir a un cementerio para llevar flores al ser querido fallecido, ¿es una buena terapia?

R.- Más que terapia diría que es una forma de manifestar esos sentimientos hacia la persona querida, y ayuda en las tareas indicadas arriba como a aceptar la pérdida, a expresar las emociones, etc. Todo rito funerario tiene un sentido y, en este caso, es el de recordar con cariño a esa persona, y eso reconforta de alguna forma.

P.- ¿Qué otras pautas daría usted como psicóloga para sobrellevar la pérdida de un ser querida?

R.- En las primeras etapas es importante dejar que la persona doliente exprese lo que siente, que pueda hablar sobre el fallecido, asesorarle que son normales ciertos pensamientos y comportamientos. Luego ir haciendo alguna vida social que le permita compartir con otros; por último, aprender a realizar algunas actividades que debe afrontar sin la persona querida u otras que quiera desarrollar personalmente.

P.- ¿Cómo se supera una muerte repentina?

R.- Decíamos antes que el tipo de muerte, como la repentina, hace que exista mayor dificultad en afrontar el duelo y, aparte, existen otros factores que también influyen en su superación como son: el tipo de relación o vínculo con el fallecido, otras pérdidas acumuladas, la personalidad e historia de salud mental previa del doliente, el apoyo familiar y  social, la religiosidad de los supervivientes, la forma en que fue comunicada la noticia. Las muertes súbitas y traumáticas requieren una intervención especial y si cuidamos cada uno de esos aspectos, la asimilación y la recuperación se pueden producir de forma más adaptativa. La intervención debe ayudar a intensificar la sensación de realidad de lo sucedido. Muchas veces la actuación psicológica comienza en el mismo escenario de la muerte, en el hospital, en el lugar del accidente, o en el domicilio de la familia, como intervención en crisis.

P.- Cuando se trata de un fallecimiento tras una larga enfermedad, ¿cómo se actúa?

R.- Este es otro caso que puede derivar en un duelo complicado, es el llamado duelo anticipatorio, que  se produce en caso de muerte anunciada. Se va expresando con anterioridad a la inevitable pérdida y en él, si el cuidador principal ha sido una única persona, es muy normal que el superviviente sienta vacío tras el fallecimiento, ya que su principal papel ha sido el de cuidador de esa persona querida. En el momento inmediatamente posterior al fallecimiento es preciso valorar variables que pueden afectar a la elaboración posterior, tales como la forma en que se dio la noticia o si el contexto permite la expresión emocional adecuada. Posteriormente, y sólo cuando el apoyo social de familiares y amigos no es suficiente para que el duelo siga una evolución normal, el doliente puede necesitar ayuda profesional.

“Ir al cementerio ayuda a aceptar la pérdida y expresar las emociones”

P.- ¿El ser humano está preparado para superar la muerte de un ser querido?

R.- Tal vez nunca se esté preparado para superarlo completamente, pero sí para “recuperarnos”. En general, podemos decir que la muerte forma parte de la vida y como tal hay que aceptarla, y aunque implique dolor y cambios las personas somos capaces de asimilarlo y seguir adelante, eso sí con cicatrices que formarán parte de nuestras vidas.

P.- ¿Recurren en estas fechas más a las terapias ofrecidas por los profesionales de la psicología? ¿Podéis percibir algún cambio en el paciente en estos días?

R.- Personalmente, no he percibido que esta fecha en sí haga que la demanda de asistencia psicológica sea mayor. Lo que sí es cierto es que son fechas en las que se recuerda más vívidamente al ser querido, y si se trata de un doliente que asiste a terapia por un duelo complicado, en las fechas más señaladas -como estas- a veces suele pedir consejo, pero no es lo habitual.

P.- ¿Cómo se trabaja este tema desde el Colegio de Psicología?

R.- Habría que diferenciar, por un lado, la ayuda profesional ofrecida por los profesionales cualificados para esta labor. En este sentido, hemos indicado anteriormente que, principalmente, se abordan en terapia psicológica aquellos duelos que por sus manifestaciones, prolongación en el tiempo, intensidad o contenido, dejan de considerarse normales, y los denominamos duelos complicados y/o duelos patológicos. Por otra parte, el Colegio Oficial de Psicología, como institución, organiza actividades formativas y tiene activos diferentes grupos de trabajo que abordan el tema del duelo, cada uno de ellos aportando enfoques y abordajes terapéuticos según su ámbito profesional.

P.- En los últimos años, ¿los onubenses visitan más o menos al psicólogo que antes?

R.- La prolongada crisis económica que venimos sufriendo hace que las familias y personas dediquen sus recursos a las necesidades más básicas o incluso imprescindibles para vivir. Eso ha influido en destinar tal vez menos visitas al psicólogo, sobre todo a nivel privado, no así a los recursos públicos que incluyen a la Psicología como recurso asistencial. En cualquier caso es cierto que cada vez más, socialmente, se ha ido quitando el tabú o la reticencia a visitar a un psicólogo y nos hemos ido transformando en una profesión más aceptada en el cuidado de la salud de las personas.

P.- En Huelva, la profesión de psicólogo está entre las más valoradas ¿por qué?

R.- Tal vez porque tenemos a profesionales bien formados e implicados con su profesión. La psicología tiene mucho de vocacional, y cuando trabajas en algo que te gusta o apasiona, los resultados se notan.

P.- ¿Cuántos psicólogos hay en la capital y provincia? ¿Ha aumentado esta cifra en los últimos años?

R.- Actualmente en la provincia de Huelva somos 606 profesionales de la psicología colegiados. De este número, señalar que 493 son mujeres y 113 hombres. En cuanto a la distribución territorial, 293 colegiadas y colegiados están domiciliados o trabajan en la ciudad de Huelva, en tanto que el resto se distribuye por la provincia.

P.- ¿Se puede decir que la profesión de psicólogo ha caminado y camina hacia la especialización? Malos tratos, laboral, educación, sexualidad, deportes... 

R.- En general, así es, ya que es una profesión multifacética, y que puede estar presente en casi todos los ámbitos porque su objeto de estudio e intervención es la conducta humana. En nuestra profesión, como especialidad sanitaria, partimos que una base sólida de conocimientos generalistas, pero a posteriori, cuanto más especializado y preparado estás en un campo profesional, más garantías de éxito se pueden tener en el tratamiento. Como reza un eslogan de nuestro Colegio Profesional,  la psicología está en todo, pero no todo es psicología. Si lo necesitas, busca un profesional cualificado.

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