Fotogalería 15 FOTOS
Irene Reina y Chipi hacen el amor más bonito y divertido
La artista onubense y el algecireño desplegaron sus 'Amores C@ntados' ante el Gran Teatro con sus magníficas voces, su gran sentido del humor, interesantes historias y un virtuoso acompañamiento musical
Irene Reina y Chipi celebran con sus 'Amores C@ntados' el Día del Libro en Huelva
Irene Reina lleva su arrolladora energía a la Fundación Cajasol
'Chipictus' colectivo en la UHU

Sobre nada se han escrito más páginas que del amor y en el Día del Libro, 23 de abril, las historias levantaron el vuelo desde las letras para anidar en las voces cantoras de Irene Reina y Antonio Reguera ‘Chipi’, líder de La Canalla. La polifacética artista onubense y el showman algecireño regalaron al Gran Teatro de Huelva una sesión de amores con variados protagonistas, nudos y desenlaces. Ambos son almas gemelas de escenario, porque conjugan una voz especial, que canta con gusto y charla con gracia, y desprenden el encanto de los que tienen tablas de sobra porque la vergüenza la trataron de lejos, mientras que han criado una capacidad innata para hacer reír y a la vez embelesar, cautivando al público con su naturaleza más auténtica. Juntos fueron la representación más bonita y divertida del amor y con el mejor acompañamiento musical para adornarlo todo y reforzar la vitalidad.
Su espectáculo ‘Amores C@ntados' fue una fantasía de risas y poesía, de situaciones cómicas y desencuentros, de pasajes y personajes históricos, de una pareja cualquiera a la que conocemos todos, de calcetines y neoyorquinos, de recuerdos y aprendizajes. En el amor cabe todo eso y más.
Con su voz elegante y nítida Irene Reina cantaba a las heridas del amor, la vida y la muerte. Ella que se crió entre Santa Marta y las casas conocidas como los ‘huevos duros’ y que dormía con su hermana Elena en la “habitación de los libros”, rescató una de esas historias en las que tanto le gusta sumergirse, como buena investigadora y narradora oral. Nos habló de Lorca y cómo trató de curarse un mal de amores en Nueva York, que tiene un parque grande como el Moret, una estatua como la de Colón y una avenida larga como la de Andalucía. La ‘Gran Manzana’ y Huelva, dos gota de agua. Fue una introducción tan graciosa como ingeniosa antes de bordar el ‘Pequeño Vals Vienés’ del granadino.
Hiló luego Lorca con la bailarina y cantante La Argentinita -Encarnación López Júlvez- para desentrañar el amor prohibido de ella con el polifacético Ignacio Sánchez Mejías, hombre casado, torero, poeta, mecenas de la Generación del 27 y hasta presidente del Betis, como gritó alguien desde un palco. Con más graciosas píldoras de los personajes precedió a su versión del Zorongo Gitano, con el genial Félix Roquero a la guitarra. “La luna es un pozo chico / las flores no valen nada, / lo que valen son tus brazos / cuando de noche me abrazan”, cantó con palmas del público al compás.
Y si a Reina de la calle Rábida canta bonito no se quedan atrás sus dotes de narradora oral. Es capaz de sorprender a los que nunca escucharon la historia de Paqui (95 años) y el encuentro con un apuesto gato de rabo tieso entre sus piernas como a los que ya saben cada detalle y siguen sin poder parar de reír en los mismos golpes. Y es que esta señora limpiaba todo antes de su momento más deseado del día, desde “los rieles, que se podía beber en ellos con una cañita” a un limonero, a cuyas hormigas les lavaba una a una la cara. “Menos es ná”, remató, antes de la canción popular ‘El Morrongo’, que viene a cantar lo mismo contado. Como siempre logró que el público cantara con ella el estribillo.
Reina presentó a Chipi y su banda, que venía de hacer gárgaras con huevo, aunque fritos y con papas. Sus voces empastaron genial en el tema ‘Dame tinto y dime tonto’, una historia más de amor que sumar a la noche, donde exclamaban “llévame a vivir contigo a la sombra del dobladillo de una loncha de jamón”. Acabaron bailando para terminar de fusionar tanto arte en sus cuerpos.
Luego Chipi narró con una cómica metáfora la vida en pareja. Señaló que creemos que sufrimos por amor y reconoció que la vida en pareja es “muy complicada para los seres humanos, pero más complicada es para los calcetines”, pues “ellos dependen mucho de nosotros para estar juntos”.
Con su jazz coplero, su bolero y su tango fue desgranando temas con mucho ritmo, melodía y poesía sencilla pero directa, con temas como ‘Salvemos nuestro amor’ o 'Tango del tirao’. Y siguió contando la historia de esa pareja de calcetines que tuvieron una ‘calcetina’, que se distanciaron por culpa de la quinoa y el poliamor, hasta que ella se liberó del tendedero. “Si necesita espacio y necesita tiempo ya puedes calcular la velocidad a la que te va a mandar a tomar por culo”, espetó.
Porque como contó Chipi, los amores de antes de toda la vida, ahora son de Ikea porque se montan y desmontan y que el amor es como el jamón, “mejor finito o te haces bola”.
En su cierre puso más y más calcetines en el cordel para ejemplificar el ligoteo, ejecutivos sin costuras que lo mismo les da por delante que por detrás. Y cantó de nuevo con Irene Reina su declaración de amor con inglés básico, ‘Tes quiero may lof’.
El bis fue apoteósico. Ambos intérpretes, con los músicos cantando y bailando en el pasillo del patio de butacas la rítmica ‘La niña de fuego’, con esos aires griegos y un tempo que se acelera y va in crescendo hasta romper en una gran ovación, como el amor más pasional.

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

11

12

13

14

15