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Uno de los lugares más raros del mundo se encuentra en Huelva: lo comparan con una luna de Júpiter

Hablamos del Cementerio de la Soledad, donde una historia ficticia se convierte en un atractivo turístico singular

Quién fue William Martin, el hombre que nunca existió que tiene una calle en Huelva

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Tumba del mayor inglés en el cementerio de La Soledad en Huelva alberto díaz

V. G.

Huelva

Huelva ha captado la atención internacional con uno de los lugares más insólitos del mundo, que ha sido descrito por algunos como una auténtica «luna de Júpiter» en nuestro propio planeta. Una comparación que nace de la historia de William Martin, el hombre que nunca existió y cuya tumba se encuentra en el Cementerio de la Soledad.

En el corazón de Huelva, este cementerio alberga una tumba que ha desconcertado a investigadores y curiosos por igual: la del hombre que nunca existió. Esta curiosa sepultura pertenece a un individuo cuya existencia real nunca ha sido confirmada, lo que ha dado lugar a múltiples teorías y leyendas urbanas. Un artículo en la publicación 'Atlas Obscura' describe este lugar como uno de los enigmas más intrigantes del mundo, comparándolo con los paisajes alienígenas de las lunas de Júpiter debido a su aura de misterio y la singularidad de su historia.

La tumba en cuestión está adornada con una lápida que relata la vida de un hombre cuyas hazañas, sin embargo, parecen haber sido fabricadas más como una obra de ficción que como un relato biográfico verdadero. Los visitantes se encuentran ante un monumento que, en lugar de ofrecer consuelo o memoria, invita a la reflexión sobre la naturaleza de la identidad y el recuerdo.

El Cementerio de la Soledad, conocido por su atmósfera serena y su historia centenaria, se ha convertido en un destino fascinante para los turistas y aficionados a los misterios. Su reputación ha crecido gracias a este enigma particular, que tiene su origen en una estrategia del bando aliado durante la II Guerra Mundial.

La comparación del lugar con una luna de Júpiter no es meramente figurativa; se debe a la extrañeza y el desconcierto que provoca en quienes se enfrentan a su enigmática historia. Este rincón de Huelva no solo ofrece un viaje al pasado, sino que también invita a cuestionar la delgada línea entre la realidad y la ficción.

Quién fue William Martin

William Martin es la identidad falsa que se le otorgó al cadáver lanzado el 30 de abril de 1943 sobre la playa de La Bota para convencer a Hitler de que los aliados atacarían por el Peloponeso en Grecia, cuando realmente se estaba planeando un desembarco en Sicilia.

Lo cierto es que aún existe controversia en torno a la verdadera identidad del cadáver, pues la 'Operación Mincemeat' se desarrolló con gran secretismo, evitando que trascendiera apenas información al respecto.

El personaje ficticio que se creó para el engaño fue el del Mayor William Martin, un oficial destinado en la Marina Real que prestaba servicio como correo entre Londres y el cuartel general aliado en Argel, al norte de África. Para que la acción cobrara mayor veracidad, se concibió toda una historia en torno al oficial. Su novia era Pamela, a la que le iba a pedir matrimonio según el recibo del anillo que se incluyó entre sus documentos. Los colgantes identificativos que portaba hacían pensar que era católico y garantizaban que el cuerpo recibiera sepultura cristiana. En lo profesional, el compromiso con su deber llevó a Martin a morir ahogado tras un accidente aéreo.

Ewen Montagu, oficial de la Inteligencia Naval Británica, escritor y abogado, fue el encargado de idear este personaje, que consiguió engañar a Hitler. Lo hizo con tal minuciosidad que ni el propio pueblo británico pudo reconocer su identidad, que fue descubierta en 1950 por el propio Montagu bajo petición del primer ministro británico Winston Churchill con el fin de contrarrestar la publicación del libro 'Operación desengaño', de Alfred Duff Cooper. Lo hizo por entregas en el periódico 'The Sunday Express' bajo el título 'The man who never was', de ahí el pseudónimo de 'El hombre que nunca existió'.

Ewen Montagu, germen de la 'Operación Mincemeat h24

Hay varias hipótesis en torno a la verdadera identidad del cadáver aparecido en la playa de Huelva. Algunos estudiosos abogan porque se trataba de un hombre joven que se suicidó con matarratas, otros porque fue un varón fallecido por neumonía.

No obstante, otra teoría propone que el elegido fue un marinero fallecido en el hundimiento del portaviones HMS Dasher. Según este caso, Montagu habría recibido autorización por parte de la familia para usar su cuerpo, a cambio de que nunca se revelara su identidad.

Asimismo, en 1996, el historiador aficionado Roger Morgan encontró evidencias de que Martin fue un alcohólico vagabundo galés llamado Glyndwr Michael. Este habría muerto por ingesta de veneno para ratas. Su nombre es el que a día de hoy aparece en la tumba del cementerio onubense.

En cualquier caso, de los pocos hechos sobre los que no hay dudas en esta historia es que el cadáver se trasladó oculto en una cápsula refrigerada en el submarino HMS Seraph al mando del comandante N.A. Jewell hasta las costas de Punta Umbría. Una vez allí, un pescador de origen portugués lo halló en la mañana del 30 de abril de 1943.

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