CONFIDENCIAL
El runrún: Rábida, la calle que se crece y se estrecha a la vez
Por tercer año la calle Rábida, el Soho de Huelva, acogió la celebración del Día del Orgullo, para dar una potente visibilidad al colectivo LGTBIQ+ y sus capacidades. Lo pudieron comprobar los asistentes con un completo programa para hacer de este martes un día para recordar. Risas, música y la mejor compañía.


Otro año más se hace huella y grandes y pequeños disfrutaron del fondo y la forma de una reinvindicación que ha venido para quedarse. Y ojo, ya con la Asociación Calle Rábida en marcha (a seguirla en Instagram) y con jefa de comunicación, Rocío González. Fue magnífico comprobar la mirada natural de los presentes ante una realidad cotidiana y que no debería sorprender. Cada uno somos cómo somos, sentimos de distintas formas pero de la misma manera, con el corazón, donde nace lo que queremos ser y el sentimiento que entregamos a quien amamos, también sea cómo sea y cómo quiera ser. El acerado peatonal se llenó de sillas y sobre ellas un tendedero alargado prendía banderas multicolor, el arcoiris que tanta alegría produce a muchos y da alergia a otros. Un puesto de artesanía regentado por niños vendía más que el de los churros. De la taberna La Paka salía refrigerio para todos y el pequeño escenario a sus puertas se iba llenando de grandes artistas. Lo petó con sus bailes Iamaperra y también con sus cuentacuentos LGTBIQ+ (con Fabio y su ‘miguau’ a la luna) la reina de la Calle Rábida, Irene Reina. La misma, vecina de sus vecinos, entregada al cante también fascinó acompañada por Damián Villanueva a la guitarra con coplas e historias con gracia que rescataron a Lorca, los ‘Ojos verdes’ o ‘La Llorona’, entre otros clásicos. Un bocado selecto de su show 'Género chico'. Un aplaudido corto de Dora Guillot ‘El paso transcendental’ puso la guinda. Pero volviendo al principio. Es curioso el fenómeno físico que se produce en esta calle, cada vez más grande, más engalanada, más guapa, con sus vecinos más unidos, más activos, imanes para más onubenses que quieren vivir y disfrutar su espíritu festivo y libre. Con todo esto, se rebosa en el callejero como referente cultural, solidario y sobre todo, humano. Sin embargo a la vez que crece, que se viene arriba fácil, es también una vía -peatonal como saben- que se estrecha. Y eso que tiene las mismas dimensiones que en las últimas décadas. Se estrecha porque el tránsito por ella se hace menos fluido, más íntimo, y muchos de los que pasan deciden quedarse. Se estrechan las manos, los besos, los abrazos… Se apretujan y se sienten más juntos. Así es la calle Rábida. Todo el año. Felicitaciones inoportunas. Muchos de quienes tienen un perfil de Facebook y lo usan activamente para estar en contacto con amigos y familiares se habrán preguntado alguna vez qué ocurrirá con esa vida paralela que mantienen en Internet cuando fallezcan, especialmente si este hecho inevitable sobreviene de forma inesperada. Según explica la propia compañía, Facebook permite que prácticamente cualquier persona (cualquier amigo o familiar de una persona fallecida) solicite que una página se convierta en página conmemorativa. Solo hay que hacer el pedido con un formulario que se encuentra en el propio portal de la red social y aportar una copia del certificado de defunción. Las cuentas conmemorativas proporcionan un lugar “para que amigos y familiares se reúnan y compartan recuerdos de un ser querido que falleció”. Las cuentas conmemorativas tienen las siguientes características clave: aparecerá la inscripción ‘En memoria de...’ junto al nombre de la persona en su perfil. Convertir una cuenta en conmemorativa sirve también para evitar que nadie inicie sesión en ella. La cuenta seguirá visible en Facebook y la única persona que puede administrarla es lo que Facebook llama un contacto de legado, seleccionado por el propietario de la cuenta antes de morir. Si no lo hubiera hecho, nadie podrá encargarse activamente de ella una vez se convierta en conmemorativa. En cualquier caso, si el propietario de la cuenta pidió que esta se elimine permanentemente si muere, Facebook borrará su rastro de esta red tan pronto le informen de su fallecimiento. ¿Y por qué les contamos todo esto? Porque muchas personas dejan este mundo mientras su vida digital se mantiene en una especie de limbo que puede dar lugar a malentendidos y meteduras de pata. Un ejemplo lo pudimos ver el pasado martes, día en el que el recordado socialista ayamontino Isaías Pérez Saldaña hubiera cumplido 73 años. Como cualquier usuario de Facebook sabrá, esta red social te informa de los cumpleaños de tus amigos para que puedas felicitarles. Y eso fue lo que más de uno hizo cuando le llegó la notificación, desearle que tuviera un buen día, una situación que vendría a demostrar dos cosas: en primer lugar que quizá Facebook debería buscar algún sistema alternativo para decidir qué hacer con cuentas que dejan de tener actividad de forma abrupta; y por otra que en nuestras redes sociales todos tenemos amigos, conocidos y también simples contactos. Adivina cuándo viene el bus. Lo de conocer el tiempo de espera de un autobús en algunas de las líneas del servicio que presta Emtusa es más una cuestión de paciencia o de adivinos en determinados puntos de la ciudad en el caso de que no tengas descargada la app de la empresa municipal (bastante más común de lo que puede pensarse). Los paneles informativos anunciados a todo trapo por la Consejería de Fomento y el Ayuntamiento hace casi dos años, presumiendo de la avanzada tecnología de las pantallas que comenzaban a instalarse antes en Huelva que en otros puntos de la comunidad, se esperan aún en algunas zonas. No resulta raro ver a los usuariosmirando el reloj, calculando la posible llegada en función de los horarios que figuran en la web de la empresa (que no siempre cuadran y bailan muchas veces) o preguntando al de al lado si tiene la app para que consulte cuánto queda, que mira que tarda el bus en llegar…El salto de calidad en el servicio, la información al momento de posibles incidencias y la modernidad anunciada sigue se han quedado paradas algunos barrios, que pregunten a los usuarios.

Felicitaciones inoportunas. Muchos de quienes tienen un perfil de Facebook y lo usan activamente para estar en contacto con amigos y familiares se habrán preguntado alguna vez qué ocurrirá con esa vida paralela que mantienen en Internet cuando fallezcan, especialmente si este hecho inevitable sobreviene de forma inesperada. Según explica la propia compañía, Facebook permite que prácticamente cualquier persona (cualquier amigo o familiar de una persona fallecida) solicite que una página se convierta en página conmemorativa. Solo hay que hacer el pedido con un formulario que se encuentra en el propio portal de la red social y aportar una copia del certificado de defunción. Las cuentas conmemorativas proporcionan un lugar “para que amigos y familiares se reúnan y compartan recuerdos de un ser querido que falleció”. Las cuentas conmemorativas tienen las siguientes características clave: aparecerá la inscripción ‘En memoria de...’ junto al nombre de la persona en su perfil. Convertir una cuenta en conmemorativa sirve también para evitar que nadie inicie sesión en ella. La cuenta seguirá visible en Facebook y la única persona que puede administrarla es lo que Facebook llama un contacto de legado, seleccionado por el propietario de la cuenta antes de morir. Si no lo hubiera hecho, nadie podrá encargarse activamente de ella una vez se convierta en conmemorativa. En cualquier caso, si el propietario de la cuenta pidió que esta se elimine permanentemente si muere, Facebook borrará su rastro de esta red tan pronto le informen de su fallecimiento. ¿Y por qué les contamos todo esto? Porque muchas personas dejan este mundo mientras su vida digital se mantiene en una especie de limbo que puede dar lugar a malentendidos y meteduras de pata. Un ejemplo lo pudimos ver el pasado martes, día en el que el recordado socialista ayamontino Isaías Pérez Saldaña hubiera cumplido 73 años. Como cualquier usuario de Facebook sabrá, esta red social te informa de los cumpleaños de tus amigos para que puedas felicitarles. Y eso fue lo que más de uno hizo cuando le llegó la notificación, desearle que tuviera un buen día, una situación que vendría a demostrar dos cosas: en primer lugar que quizá Facebook debería buscar algún sistema alternativo para decidir qué hacer con cuentas que dejan de tener actividad de forma abrupta; y por otra que en nuestras redes sociales todos tenemos amigos, conocidos y también simples contactos.

Adivina cuándo viene el bus. Lo de conocer el tiempo de espera de un autobús en algunas de las líneas del servicio que presta Emtusa es más una cuestión de paciencia o de adivinos en determinados puntos de la ciudad en el caso de que no tengas descargada la app de la empresa municipal (bastante más común de lo que puede pensarse). Los paneles informativos anunciados a todo trapo por la Consejería de Fomento y el Ayuntamiento hace casi dos años, presumiendo de la avanzada tecnología de las pantallas que comenzaban a instalarse antes en Huelva que en otros puntos de la comunidad, se esperan aún en algunas zonas. No resulta raro ver a los usuariosmirando el reloj, calculando la posible llegada en función de los horarios que figuran en la web de la empresa (que no siempre cuadran y bailan muchas veces) o preguntando al de al lado si tiene la app para que consulte cuánto queda, que mira que tarda el bus en llegar…El salto de calidad en el servicio, la información al momento de posibles incidencias y la modernidad anunciada sigue se han quedado paradas algunos barrios, que pregunten a los usuarios.
