Muere el sacerdote Juan Mairena, mano derecha de los últimos obispos de Huelva y coordinador de la visita del Papa Juan Pablo II
Fue una figura fundamental en la iglesia onubense, «acompañando y apoyando a todos los obispos que pasaron por ella», destaca la Diócesis
30 años desde que Juan Pablo II aterrizó en Huelva

El Obispado de Huelva ha anunciado este martes el fallecimiento a los 90 años de edad del sacerdote Juan Mairena Valdayo, una de las figuras más destacadas en la historia reciente de la Diócesis onubense. Con una vida dedicada al servicio pastoral, a la formación y a la organización de eventos clave para la Iglesia, Mairena se convirtió en una pieza esencial en la colaboración con los últimos obispos, figurando entre sus logros más sobresalientes la labor que ejerció como coordinador de la visita apostólica de San Juan Pablo II a Huelva, un momento histórico para la iglesia onubense.
«Juan Mairena fue una figura fundamental en los últimos años de la Diócesis de Huelva, acompañando y apoyando a todos los obispos que pasaron por ella,» subraya el Obispado de Huelva en un comunicado. Su nombre está estrechamente ligado a importantes hitos eclesiales y sociales, destacando especialmente en los Congresos mariológicos y marianos internacionales, y en la preparación para la visita del Papa a España en 1991. Fue reconocido por su habilidad organizativa y su profunda dedicación pastoral, que le merecieron la confianza de los obispos y de la comunidad eclesiástica a nivel nacional e internacional.
Nacido en Bollullos Par del Condado el 10 de octubre de 1934, Mairena comenzó su carrera religiosa en el Seminario Menor de Sanlúcar de Barrameda, y continuó su formación en la Universidad Pontificia de Salamanca. Fue ordenado sacerdote en 1958 por el primer obispo de Huelva, Monseñor Pedro Cantero Cuadrado, y a lo largo de su vida desempeñó una variedad de roles en la Iglesia. Entre sus muchas responsabilidades, fue profesor, prefecto de disciplina y estudios del seminario, y director del Secretariado Diocesano de Misiones. Su formación en Derecho Canónico, que completó en Roma, le permitió desempeñar funciones de relevancia en diversas instituciones eclesiásticas, incluyendo el Consejo de la Conferencia Episcopal Española y la Curia de Madrid-Alcalá. Su labor fue también notable en la creación del Colegio Mayor San Pablo de Huelva, además de ser un defensor del apostolado laical y de la formación teológica de los futuros sacerdotes.
La influencia de Mairena no solo se limitó a la esfera eclesiástica. Fue una figura clave en la promoción de la cultura en la sociedad onubense y en el impulso de la piedad popular. Su capacidad para conectar con los fieles y su entusiasmo por difundir la fe cristiana fueron características que marcaron su labor a lo largo de los años.
El Obispado de Huelva ha destacado su incansable dedicación y ha reconocido en él «un hombre de profundo espíritu cristiano, que contribuyó de manera decisiva al desarrollo de la diócesis en múltiples facetas, desde la pastoral hasta la gestión cultural». Desde su jubilación en 2015 vivía retirado de la Residencia Santa Teresa Jornet de Huelva, «por la que había trabajado tanto en los años noventa».
«Oremos por su alma, para que sean perdonadas sus debilidades humanas y, con la intercesión de María, a la que tanto quiso bajo las advocaciones de la Cinta, del Rocío y de las Mercedes, le sean abiertas las puertas del Paraíso», finaliza el comunicado diocesano.
Academia de Ciencias, Artes y Letras
La Academia de Ciencias, Artes y Letras de Huelva ha mostrado su pesar por el fallecimiento del que fuera su académico de número el sacerdote Juan Mairena Valdayo, “una figura fundamental en la religiosidad de la ciudad de las últimas décadas y una mente lúcida que aportó mucho tanto a nuestra institución como a la provincia”, en palabras del presidente de la Academia, Emilio Pascual.
Pascual ha recordado que Mairena, miembro de la Academia desde el año 2002, fue uno de los principales artífices del Colegio Mayor San Pablo y coordinador de la histórica visita que el Papa San Juan Pablo II realizó a Huelva en 1992, y del Comité Diocesano preparatorio para los congresos mariológicos y marianos internacionales y celebración del V Centenario de la Evangelización de América. Por su labor en la visita del Papa, en 1993 el Rey Don Juan Carlos I le concedió la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica.
“Fue una persona tremendamente querida en toda la provincia, y muy especialmente en la institución que tengo el honor de presidir, en la que dejó huella con su sabiduría y su magisterio”, ha afirmado Emilio Pascual.