Cooperativa Nuestra Señora de la Oliva
Oleodiel, un virgen extra de calidad con luz propia
Desde el pasado 18 de octubre ya está en marcha la nueva campaña de Oleodiel, que se prevé excelente. Por sus instalaciones pasarán más de nueve millones de kilos de aceitunas de las variedades arbequino y picual que son garantía de éxito en cuando a calidad, comercialización y satisfacción en el consumidor. Su gerente, Francisco Domínguez, destaca su evolución “en ascenso” y señala como grandes retos el aumento de la comercialización con su marca y la exportación, manteniendo como eje su especial cuidado por la calidad, reconocida y premiada hasta en cinco ocasiones por el ministerio.


Ya fluye sin prisa pero sin pausa un chorro líquido de un color verde intenso que desprende una luz especial. Es el aceite de Oleodiel, un virgen extra de reconocida y premiada calidad, que como un río recorre las instalaciones de la Cooperativa Nuestra Señora de la Oliva, que está inmersa de nuevo en su nueva campaña.
La localidad de Gibraleón es uno de los grandes referentes en materia de aceite de calidad de la provincia de Huelva. Oleodiel es una marca que se comercializa en toda la provincia, incluidas grandes superficies, que se puede encontrar en la tienda de su almazara y también se exporta. La Cooperativa de Nuestra Señora de la Oliva, perteneciente a la marca de garantía Aceite de Huelva, es hoy un centro de elaboración de aceite de oliva virgen extra con todos los adelantos y toda la experiencia heredada tanto por lo aprendido desde 1960, como por la incorporación en 1986 de otra cooperativa local que inició su andadura en 1919.

Como indica su gerente, Francisco Domínguez, la línea que ha descrito la cooperativa en estos años ha sido “en ascenso”, pues han pasado de molturar dos millones de kilos de aceitunas a procesar entre nueve y nueve millones y medio de kilos de media cada año. Además han alcanzado los 650 socios activos, todos ellos concienciados y preocupados por la calidad de su fruto.
“La última campaña en cuanto a producción estuvo en la media. Molturamos unos ocho millones de kilos de aceituna y en cuanto a calidad y precio ha sido de las mejores campañas de los últimos años”, ha explicado a huelva24.com que en la actual “las expectativas son buenas en cuanto a calidad, tenemos más cosecha y esperamos molturar sobre unos nueve millones y medio. Las perspectivas de precio no son malas y el agua que ha caído tan fuerte recientemente le ha venido bien, aunque hubiera sido mejor que hubiera llovido hace un mes, pero el tiempo no se puede controlar. A ver si llueve un poco más”.

La producción de aceituna de Oleodiel se basa en las variedades arbequina y picual. Hay también un reducto de la variedad autóctona, la verdial, aunque como ha indicado el gerente “cada vez produce menos. Son unos olivares antiguos y agronómicamente es poco rentable y es un aceite menos estable en las analíticas”. Ha indicado que el arbequino es un aceite “más afrutado, suave y dulce”, mientras que el picual tiene “un sabor más intenso, un verde afrutado con aromas, a la hoja de la higuera, más intenso”, mientras que el verdial pasa por ser un aceite “más tradicional y fuerte que los dos anteriores y que gusta sobre todo a la gente mayor”. Los otros dos en cambio se venden “prácticamente en la misma proporción”, pero además se comercializa un ‘coupage’, que es “una mezcla equilibrada de ambos, que se adapta a todos los gustos, sin ser demasiado fuerte o suave y que llega a más paladares del consumidor”.
En cuanto a formatos, se comercializa la garrafa de 5 litros y la botella de un litro y de medio, todos ellos en pet, también hay latas de cinco y dos litros y medio y de cuarto de litro a tres cuartos en cristal. En la provincia de Huelva se vende mucho principalmente en la capital, que está cerca, y también las poblaciones de la costa oeste, hacia Portugal. También se distribuye al resto de la provincia y llega a toda España mediante pedidos por teléfono o en su página web. Se exporta una parte menor a países como Bélgica, Francia, Alemania y Dinamarca. Aumentar esta cuota es uno de los retos de la cooperativa. “Tenemos que avanzar más en la comercialización. De los 1,5 millones de kilos aceite el 40% se vende con nuestra marca y un 60% se vende a granel y el objetivo es subir ese 40%. También tenemos como asignatura pendiente la exportación y llegar a más países”.

No obstante, ha resaltado que esa meta va siempre condicionada a una prioridad irrenunciable como la búsqueda de la excelencia. “Vamos a seguir apostando por la calidad, que es la dirección que hemos tomado desde que realizamos una serie de transformaciones desde hace más de 20 años. Nuestros agricultores siguen mimando a la aceituna como una fruta. Tenemos que seguir produciendo un aceite de grandísima calidad y la prueba de que lo estamos haciendo ellos son los cinco premios que tenemos en el Concurso de Mejores Aceites de Virgen Extra de España que convoca el Ministerio”.
La calidad de Oleodiel tiene asociada una luz propia, una personalidad con rasgos diferenciadores que a criterio de su gerente es “un compendio de cosas. Lo aporta donde estamos enclavados. Nuestro olivar está a solo 20 kilómetros de la costa y eso le aporta la influencia del clima Atlántico y que nos diferencia de otros aceites más de interior. Además la diversidad del suelo de nuestro término municipal también aporta personalidad a nuestro aceite, así como la recolección temprana que hacemos. Se recoge el fruto en verde y eso le da un sabor más afrutados y que también le diferencia de otros aceites más maduros”.

Otra de las claves, está en la apuesta por la continua modernización. “Ahora mismo tecnológicamente estamos a la última, pero no se deja de hacer inversiones todos los años, es una cosa que va en continuo. Este año hemos instalado una tolva más de recepción y su molino y bomba. El año pasado colocamos cuatro depósitos más y todos los años estamos invirtiendo e intentando no quedarnos atrás. Esto es algo que no para y hay que estar siempre pendientes”, ha explicado el gerente.
Domínguez, que valora el trabajo que realiza Aceite de Huelva y todos sus integrantes, no ha dudado en afirmar que “los aceites de Huelva están bastante reconocidos y en muchos casos se aprecia más fuera que dentro. Tenemos en la provincia unos buenos consumidores que tienen una percepción clara de la calidad que nos diferencia del resto, pero en otros casos queda evidente el poco conocimiento que hay. Son consumidores que compran por el precio, cuando la diferencia no es tanta y estamos hablando de que nuestros aceites son frescos, de la nueva campaña, se conoce todo el proceso y existe una trazabilidad. El consumidor en la botella tiene toda la información. Con un aceite de marca blanca no sabe del mismo modo lo que compra”.
En cuanto al proceso de elaboración, desde el día 18 de octubre ya se está molturando la aceituna, sólo interrumpido por la fuerte lluvia de hace unos días. Los agricultores recogen con medios mecánicos la aceituna, que llega con hojas y ramas. Tras la descarga la aceituna se separa, se lava y se pesa y se toman muestras en una tolva desde donde el fruto va pasando al molino, que en la parte inferior tritura todo para generar una pasta que se homogeniza en las batidoras, mientras que el decanter posterior separa el aceite, que se queda en el centro, del hueso y el agua, que con la fuerza centrífuga y su mayor peso se va quedando fuera. Así lo que queda es un chorro de aceite de un verde intenso casi mágico, pero que es muy natural. Después se filtra y se embotella y etiqueta.

Un plan idealFrancisco Domínguez propone visitar sus instalaciones cualquier día para que se pueda ver el proceso de elaboración del aceite y pasar por la tienda para llevarse en cualquier formato el preciado elixir portador de buena salud que obtienen. No obstante, como complemento, ha señalado que una vez pasada la Feria de San Lucas de la localidad, en noviembre lo que más se estila es visitar cualquiera de las tabernas tradicionales y bodegas del pueblo para beber mosto, comer carne asada y pan con aceite, de Oleodiel por supuesto. Después para rebajar la comida, un buen pase por las murallas del castillo, mirando el Odiel y cogiendo varios kilómetros si se quiere de la vía verde.