Palos y Francisco Montenegro, las dos caras del ERE de Fertiberia en Huelva
Mientras la planta de la capital afronta el cierre y la salida de más de la mitad de su plantilla, en Palos el ajuste se ha limitado a una decena de despidos y mejores condiciones tras la negociación sindical
Fertiberia y la plantilla alcanzan un acuerdo respecto al último despido colectivo
Fertiberia anuncia un nuevo despido colectivo que amenaza la planta de Palos de la Frontera

El grupo Fertiberia ha vivido en el último año una profunda reestructuración laboral que ha golpeado de manera desigual a sus distintas plantas. El mejor ejemplo es Huelva, donde las dos fábricas han corrido muy distinta suerte: la de la Avenida Francisco Montenegro ha resultado la más perjudicada, ya que ha cerrado sus puertas, mientras que la de Palos de la Frontera ha sufrido un ajuste mucho más limitado en el marco de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que ha alcanzado a seis centros de trabajo del grupo en España.
En Huelva, 28 despidos y recolocaciones
La planta de fertilizantes sólidos NPK de la Avenida Francisco Montenegro cesó su actividad a principios de octubre de 2024, en un contexto de «enorme presión competitiva y caída del consumo» de este tipo de productos en España y la Unión Europea. El cierre supuso la pérdida de una actividad histórica –la empresa llevaba operando en la zona desde hacía medio siglo– y el despido de más de la mitad de la plantilla, compuesta por 52 trabajadores. Tras un mes de negociaciones, se pactaron finalmente 28 despidos, frente a los 41 inicialmente planteados. El acuerdo incluyó el compromiso de recolocación en un plazo de dos años, ya sea en otras empresas del polo industrial de Huelva o en centros del propio grupo cuando surjan vacantes o jubilaciones. Además, se acordaron indemnizaciones de 33 días por año trabajado, con un tope de 24 mensualidades, y un suplemento para quienes tuvieran menor antigüedad.

La salida de estos empleados se está ejecutando de manera progresiva y, según la empresa, el proceso está «a punto de finalizar» conforme a los plazos y acuerdos establecidos con los sindicatos.
En Palos, menos despidos y mejores condiciones
En la planta de Palos de la Frontera, donde trabajan entre 130 y 140 personas, el ERE se ha saldado con un impacto menor al previsto inicialmente. Tras semanas de negociaciones y movilizaciones sindicales, el número de despidos se redujo de 14 a 10, con la posibilidad de que la cifra baje hasta seis si prosperan las salidas voluntarias. Las extinciones deberán ejecutarse antes del 31 de diciembre de 2026. Las condiciones pactadas para los afectados mejoran las del centro de la capital: indemnización de 45 días por año trabajado, hasta un máximo de 30 mensualidades, y un suplemento de 5.000 euros para quienes no alcancen seis mensualidades. Se han previsto recolocaciones internas y externas, así como prejubilaciones y salidas voluntarias para minimizar el impacto forzoso.
La planta de Palos, considerada estratégica para el grupo por su carga de trabajo y su papel en proyectos de energía limpia como el hidrógeno verde, ha sido objeto de un seguimiento especial por parte de los sindicatos, que han conseguido limitar el ajuste en comparación con otros centros. En cualquier caso, la aplicación del acuerdo en Palos será objeto de seguimiento por parte de una comisión, cuya primera reunión está prevista para el 23 de julio. Como en el caso de de Huelva, los sindicatos han calificado el ERE de «injustificado y desproporcionado», aunque en este valoran la reducción de afectados y las mejoras en las condiciones tras la negociación, durante la cual han protagonizado huelgas y concentraciones a las puertas de la planta palerma.
¿Y en el resto de España?
El ERE nacional de Fertiberia, presentado en 2025, contemplaba inicialmente 55 despidos en seis centros de trabajo, cifra que tras las negociaciones sindicales se redujo a 34. Las extinciones de contrato deben ejecutarse antes de finales de 2026. En el resto de plantas, el impacto ha sido dispar y ha dependido del volumen de actividad y la situación de cada instalación. En todos los casos, la empresa ha justificado el ajuste por causas «técnicas, organizativas y productivas», enmarcadas en su estrategia de transformación operativa y reorganización interna ante la caída de la demanda de abonos nitrogenados en España y Europa.
Las condiciones pactadas en el acuerdo final incluyen, además de las indemnizaciones y recolocaciones, mejoras en el convenio colectivo: reducción de jornada anual, subidas salariales para los próximos tres años y una cláusula de revisión vinculada al IPC.