Azalea y las icónicas sevillanas que cada año emocionan a Huelva entrando en El Rocío: «Es un momento tan íntimo habiendo tanta gente»
Las hermanas Nuria y María Luisa Camacho llevan 16 años proyectando como una oración su cante junto a la guitarra de José Carlos Cazorla, que este 2025 ha compuesto 'Huelva camina a la gloria'
«La gente siempre nos dice que cantamos con mucho sentimiento y corazón y que se nos nota que lo disfrutamos», valoran

Hay puntos de encuentro que no son sólo un lugar, sino sobre todo un momento. Ya es de noche pero brilla como la luna la plateada carreta del Simpecado de Huelva, arrastrando sonidos de pasos y voces de almas que se han cosido a su estela. Emite su propia su luz y se refleja en todos y cada uno de los rostros que expresan el cansancio de cada parte de su polvoriento cuerpo, revitalizados instantáneamente al percibir que ya se vislumbra el destino. Huelva ya está en El Rocío. La alegría marca el compás de las palmas y el sentimiento sumado lo inunda todo, desplegando una emoción colectiva, de auténtica hermandad. La tradición se renueva tras otro camino y en una esquinita de la calle Moguer la multitud vuelve a hacerse silencio para escuchar con atención la oración hecha canto del dúo Azalea. Dos hermanas de Punta Umbría, Nuria y María Luisa Camacho, derraman su devoción rociera con sus privilegiadas voces en las icónicas sevillanas que estrenan cada año en la noche del viernes de Rocío para hacer mágicos esos minutos.
Llevan meses preparando este momento tan especial, con la potente carga de ser rocieras de siempre y tan artistas, dos rasgos inseparables que las definen y que refuerza sus lazos de sangre y fe. Cuando desgranan con su voz la melodía y la letra de la sevillana que ha compuesto con tanto mimo José Carlos Cazorla, marido de María Luisa y quien la despliega en la guitarra, todo cobra sentido.
María Luisa desvela a Huelva24.com que este año las sevillanas llevan por título 'Huelva camina a la gloria' y ya están viendo venir que se llenarán las redes con el video del momento. «Nos gusta, es muy bonito», admite. Su hermana Nuria añade que «las dos nuevas de este año son de nuestro estilo, muy de Azalea. Intentamos que sea flamenco. Las sevillanas de Paco Millán tienen su estilo y va por notas mayores. Las nuestras son más flamencas, más por medios, por tarantos…» y hasta ahí puede leer.
«Mi marido siempre nos da el trabajo hecho y nos lo pone muy fácil. A él le toca componer y buscar que no se repita la música«
María Luisa Camacho
Componente de Azalea
José Carlos Cazorla comenzó como hace tres meses a componer las sevillanas y las comparte con el dúo para que la estudien y le den su forma a la composición, que repiten con perseverancia durante un mes y medio. «Mi marido siempre nos da el trabajo hecho y nos lo pone muy fácil. A él le toca componer y buscar que no se repita la música, algo difícil porque ya todo te suena», expresa María Luisa, que además de ensayando, ha estado cantando las nuevas sevillanas a todas horas y haciendo de todo en casa, como preparando los trajes de gitana mientras soporta el calor del vapor que desprende la plancha. «Esta todo preparado, pero tenemos muchos nervios. El Rocío es muy trabajoso y no se descansa pero a quien le gusta lo vive intensamente», asegura.



«Este año la espera se me hace más larga, eterna, y no sé por qué. Será que hay más ganas», asevera Nuria, que recuerda que hace unos años cantaban cuatro sevillanas ante el Simpecado, pero ya sólo dos. «Es normal, porque la gente viene muy cansada tras hacer dos días de camino y por respeto a los peregrinos hacemos dos y nos quitamos el gusanillo, porque nos gusta mucho ese momento», reconoce. «Lo vivimos todo intensamente desde el principio, desde que estamos montando la sevillana, con nervios e ilusión y tenemos las ganas y las dudas de si gustará más o menos», añade, pero los comentarios siempre son positivos. «La gente siempre nos dice que cantamos con mucho sentimiento y corazón y que se nos nota que lo disfrutamos. Se repite mucho lo de que cantamos con sentimiento y cariño y la verdad es que es nuestra impronta y disfrutamos y agradecemos que siempre que nos vamos de una casa nos den las gracias y nos pidan volver el año que viene», comparte María Luisa.
«Para mí es el momento más especial. Es el único momento que me pongo nerviosa para cantar. Luego me da igual dónde sea»
Nuria Camacho
Componente de Azalea
Cantar ante el Simpecado de Huelva es algo tan único como indescriptible para Azalea. «Hablo contigo y los pelos se me ponen de punta, no sé como explicártelo. Para mí es el momento más especial. Es el único momento que me pongo nerviosa para cantar. Luego me da igual dónde sea», asegura Nuria, que comparte que «somos conscientes de la atención que concentramos en ese momento. Mira que hay gente, incontable, pero es un momento tan íntimo habiendo tanta gente… Está la guitarra de mi cuñado, mi hermana, yo y el Simpecado y es como que no hubiera nada más. Está ese silencio tan difícil de conseguir. Tengo los pelos de punta. Es nuestro momento».
«Una incertidumbre brutal»
Pese a que cada año se repite el momento, en los días previos Nuria siente «unas dudas y una incertidumbre brutal», porque «igual este año no nos paran el Simpecado y algún año pasará, porque en El Rocío no hay matemáticas y ese es el encanto de esta romería, que es tan diferente cada año, tan imprevisible, totalmente diferente a todo. Tiene su tradición pero no quiere decir que pase igual siempre. Si llega se superará, pero tenemos esas dudas», explica.
En esta línea comenta que «cuando le planteamos las dudas a la gente nos dicen ¿cómo no os van a parar el Simpecado si es ya un momento de la Hermandad de Huelva? Las normas se hacen leyes, pero no nos creemos realmente que sea así. Lo tiene más claro la gente que nosotros».
«Vienen esos peregrinos agotados y queremos rendir nuestro homenaje a ellos, al Simpecado, a la hermandad y a la Virgen. Es muy bonito y emotivo»
María Luisa
Opina igual su hermana María Luisa que refleja que «parece que se ha institucionalizado que le cantemos al Simpecado de Huelva, pero siempre nos entran las dudas, aunque luego nos llaman de la casa de la calle Moguer y de la hermandad». Valora que «vienen esos peregrinos agotados y queremos rendir nuestro homenaje a ellos, al Simpecado, a la hermandad y a la Virgen. Es muy bonito y emotivo. A todo el mundo le gusta, lo disfrutamos y estamos muy agradecidos de que nos paren el Simpecado cuando están entrando».
Junto a ellas estarán el resto de la familia, sus hijos y amigos, que no quieren perderse ese instante mágico, como cientos y cientos de rocieros, entre los que hay quien repite y quien lo vive por primera vez. «Es un punto de encuentro y reunión», valora Nuria.
Tres décadas de trayectoria
Azalea lleva casi 30 años y cuenta con dos trabajos en su discografía -'La Fuente del Deseo' y 'Cruzaré los Dedos'-, en la que destaca un single dedicado a su pueblo, Punta Umbría, que se titula 'Mi paraíso'.
«Tenemos pendiente, que llevamos años diciéndolo, grabar todas las sevillanas dedicadas al Simpecado de Huelva»
Nuria
«Tenemos pendiente, que llevamos años diciéndolo, grabar todas las sevillanas dedicadas al Simpecado de Huelva. Están las ganas y está el estudio, pero nos falta tiempo porque no paramos. Estamos en la feria de Sevilla, en el Rocío, la Feria del Caballo, fiestas privadas, el ayuntamiento, las zambombas…». La clave para mantener este ritmo es que «nos gusta mucho», expresa Nuria, que asegura que «no me acuerdo de estar sin el grupo. No sé que hacía en mis ratos libres que no fuera aprender a cantar y ensayar».
María Luisa recuerda de los orígenes del grupo que se presentaron a un concurso de jóvenes noveles en la Casa Colón y cantaron unos tangos de Camarón. Ganaron y tuvieron la oportunidad de subirse a un gran escenario con grupos de reconocida trayectoria en el género de las sevillanas, como Romeros de la Puebla, Amigos de Gines o Cantores de Híspalis. «Fue una experiencia muy bonita», expresa satisfecha.



«No sabría decir un número de sevillanas que tenemos en el repertorio. ¡Muchísimas! Nos gusta muchísimo tirar de lo antiguo y este año es el primer año que hemos repasado nuestras sevillanas desde que empezamos a cantarle al Simpecado de Huelva hasta ahora. Muchas veces nos han dicho os vimos en el año tal, qué bonita esa letra, y nos quedamos con cara de póker, porque no nos acordamos bien y nos hemos puesto muy fuerte con eso», resalta Nuria.
Escuchar a este dúo en directo y en un momento tan especial es todo un privilegio, porque lo hacen en contadas ocasiones en la romería. Cantarán en una casa antes y después del tradicional encuentro con el Simpecado onubense y ya no volverán a hacerlo hasta el domingo por la tarde en una casa en la que ya suman 15 años. «Nos llaman de muchos sitios, pero no queremos más, porque queremos disfrutar del Rocío con los nuestros, a nuestro aire, porque estos días se pasan volando y tampoco queremos estar pendientes del tiempo», admite Nuria.
Sus padres son de Rociana del Condado pero formaron en Punta Umbría su familia, a la que han llevado a todos siempre al Rocío. «Sólo recuerdo un año que no fui para quedarme a estudiar y suspendí porque tenía la cabeza en El Rocío y dije, nunca más falto», rememora con gracia Nuria.
Una trágica pérdida
Toda la familia mantiene una herida abierta en el corazón desde 2011, porque murió con 13 años la hija de otra hermana que no integra el grupo, la mayor. Estuvieron cinco años seguidos sin venir al Rocío porque «fue muy duro». Su sobrina era «la más rociera de todos» y ahora descansa «en la marisma, con su Virgen del Rocío», señala Nuria.
«Desgraciadamente la vida nos dio un vuelco gordo, pero vamos al Rocío por ella»
María Luisa
«Antes íbamos las tres hermanas con mis padres, que son los que nos han inculcado este bichito. Gracias a ellos somos rocieros. Desgraciadamente la vida nos dio un vuelco gordo, pero vamos al Rocío por ella. También le dedicamos una sevillana a ella y a los peregrinos que ya no están. Teníamos que hacer ese parón, pero por nuestros hijos y por nosotras teníamos que volver», expone María Luisa.
Las hermanas que dan voz a Azalea decidieron que una vez pasado ese tiempo debían venir a cantar y regresar al Rocío con sus maridos e hijos, pero sus padres y su hermana y el resto de su familia no han vuelto a vivir una romería. Encontraron una reunión nueva que es de Bollullos y con ellos hacen un día de camino. «No hemos podido volver a hacer el camino ni con Punta Umbría ni con Huelva. No somos capaces, porque nos trae demasiados recuerdos muy bonitos y nos toca mucho la fibra», reconoce Nuria.
Su hermana precisa que «hemos hecho el camino con Punta Umbría muchos años, con Huelva, con Emigrantes, Bollullos y Almonte, pero si me tuviera que quedar con uno sería Punta Umbría». Justifica su afirmación y dice que «no es una hermandad muy grande y todo es muy bonito. Lo organizan todo muy bien y vamos todos juntos. Todos paran en el mismo sitio, como una familia unida. Lo único es que son tres días de camino y son muchos».



Acerca de cómo viven la procesión de la Virgen del Rocío, explican que ha ido cambiando el momento y el lugar en función de las necesidades. Han cantado a la Virgen en la Hermandad de Rociana, de donde son sus padres, algo «indescriptible», señala Nuria. Para hacerlo han tenido que estar «intentando por todos los medios mantenernos despiertas, pero la noche pesa y más después del cansancio de los días previos». También han estado un rato por la noche en la calle y luego han vivido el salto de la reja en familia a través de la televisión. «Unas veces nos hemos acostado y levantado a las seis de la mañana para ir a buscar a la Virgen», recuerda. Cada año es distinto, pero Nuria indica que le gusta vivirlo con su hija y que prefiere acostarse y levantarse con ella para compartir ese momento.
María Luisa destaca que «a la Virgen vamos a verla todos los días. No termina un día sin que nos hayamos acercado a estar con ella» y que el Domingo de Pentecostés, tras el salto de la reja «me gusta verla lejitos, no soy de aglomeraciones, pero la tengo que ver». Recuerda también lo que significa cantarle a la Blanca Paloma desde la Hermandad de Rociana «al amanecer, encontrándote a la Virgen de frente. Qué bonito y qué nervios».
«Es la Virgen. La fe mueve montañas y ella tiene un imán que atrae con fuerza»
Nuria
Y en cuanto a la clave para que venga al Rocío tanta gente desde tantos sitios, Nuria lo tiene claro. «Es la Virgen. La fe mueve montañas y ella tiene un imán que atrae con fuerza», sostiene y vuelve a acordarse de su sobrina y de la honda pena que soporta su hermana. «Perdió a su hija y se agarró tanto a la fe y a la Virgen del Rocío. Ella no va a la romería y le cuesta mucho ir a la aldea, pero es a lo que se ha agarrado. Es mágico y pienso que qué suerte tenemos los creyentes, porque con nuestra fe nos agarramos a la vida».
«La fe va por encima de todo, manda. Aunque digan que en el Rocío es todo fiesta, quien viene y se pone delante de la Virgen sabe lo que es en realidad. Habrá gente que viene sólo a divertirse, pero la mayoría hace un camino andando porque quiere cumplir una promesa, acompaña a un familiar y termina viviendo una fe que te reconforta, especialmente cuando se mira una cara tan divina y bonita como la de la Virgen del Rocío, que nos da fuerza para tirar para adelante a la vuelta», detalla María Luisa.
Les quedan desde este viernes muchas horas haciendo de su voz una oración, un faro que seguir hacia la alegría y la vitalidad necesarias para celebrar los momentos que se vuelven inolvidables. «Intentamos siempre ir dosificando las voces. Nos gusta mucho cantar y desde el primer día lo queremos dar todo y queremos cantar en muchos momentos, pero nos tiene que durar la voz todo el Rocío. Ensayamos mucho y trabajamos para no quedarnos roncas y tenemos nuestros trucos», comparte María Luisa, que añade que «si fuera por toda la gente tendríamos que trabajar mañana y tarde todos los días. Eso lo hacemos en la feria, pero en el Rocío nos gusta también disfrutar con la familia, los amigos y nuestra reunión. Como decía siempre mi padre 'Voy al Rocío y me quito el reloj». Ese que dejará de existir cuando este viernes la carreta del Simpecado y toda la Hermandad del Rocío de Huelva sean todo oídos ante Azalea.