ENTREVISTA
Luis Alfonso Morales, arquitecto e influencer, recorre Huelva en su primer libro: «Los ingleses estuvieron 80 años y no construyeron ni un solo monumento»
El creador de contenido a través del perfil @Alfuturoarquitectura presenta en la Feria del Libro 'Huelvalogía', donde relata de un modo especial la historia de la ciudad y sus personajes más destacados
De Sundheim dice que fue «un visionario» que «pensó en Huelva como un referente turístico a nivel europeo», pero que también «no se metía en ningún 'fregao' ni ningún negocio que no le fuera a reportar dinero o fama»
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Huelva
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Iniciar sesiónLuis Alfonso Morales (Huelva, 1991) es un joven arquitecto y gran divulgador del patrimonio y la historia de Huelva gracias al contenido que genera en las redes desde @Alfuturoarquitectura. Este perfil, creado para difundir su trabajo profesional bajo el lema 'Recordamos el pasado para construir tu futuro' ha supuesto un punto de encuentro para los onubenses interesados en los capítulos más curiosos de la historia de Huelva, con sus lugares y habitantes como protagonistas. Este punto de partida le dio pie para escribir su primer libro: 'Huelvalogía' (Editorial Niebla), un recorrido ameno y divertido por los más de 3.000 años de la capital onubense para relatar su desarrollo urbano. La Feria del Libro ha sido el entorno ideal para darlo a conocer y en él conversa con Huelva24 sobre su contenido. Sus letras y dibujos pasan por los cabezos, la Huelva tartésica, romana, islámica… pasando por la influencia británica y la época más actual, un viaje en el que también se detiene en personajes más conocidos como Sundheim, Montenegro, Pérez Carasa y otros más anónimos pero interesantes ligados al desarrollo de la ciudad más antigua de occidente.
-'Huelvalogía' es su primer libro ¿Está contento con cómo ha quedado la obra?
-Es mi primer libro editado, sí. Luego tengo otros escritos, algunos para mis amigos y mi familia. A otros les intenté dar salida hace algún tiempo, pero sin éxito. La verdad es que estoy súper contento con la edición. Creo que ha quedado estupenda. Los dibujos han quedado más grande de lo que pensé en su momento. Escribí el libro con un formato en mente y al final la editorial le gustó tanto que le dio más tamaño y los dibujos y los planos se ven todavía mejor.
-Ese aspecto redunda en lo que buscaba de contar la historia de Huelva de una forma amena y accesible, ¿no?
-Sí, esa es la idea. El libro tiene alrededor 280 páginas y con 70 ilustraciones y dibujos que ocupa bastante espacio y lo hacen bastante digerible. Busco, además del texto, explicar las cosas con croquis, ilustraciones, alguna sección de algún edificio o un corte del terreno donde se ve la profundidad que tiene el acueducto y cómo se hace este tipo de cosas, por ejemplo.
«En el libro le doy un hilo argumental a todas esas personas que han aportado al desarrollo de la ciudad»
-¿Qué cree que le va a sorprender más al lector de la obra?
-Creo que sobre todo le va a sorprender la claridad con la que explico tantas cosas de Huelva que están dispersas. Explico temas históricos y arqueológicos, geológicos como los cabezos, de dónde salen y por qué, de qué materiales están hechos y explico todos esos grandes nombres de la historia de Huelva que mucha gente puede haber escuchado alguna vez porque le suene la Alameda Sundheim la avenida Francisco Montenegro o Alejandro Herrero, que son los grandes nombres de Huelva. Le doy un hilo argumental a todas esas personas que han aportado al desarrollo de la ciudad. Y que no se olvide que este libro tiene un punto de vista del desarrollo urbano. Este libro al final es una historia desde el punto de vista del crecimiento de la ciudad.
-¿Qué personajes históricos destacaría como los grandes influyentes a la hora de modelar la ciudad de Huelva?
-Pues está Guillermo Sundheim. Fue un visionario que de hecho se adelantó bastante a su tiempo y pensó en Huelva como un referente turístico a nivel europeo. Por eso hizo el Hotel Colón. Al final no le salió todo lo rentable que él pensaba que iba a ser, pero apostó por eso. Incluso se compró un barco para los que iban a su hotel en aquel momento y les daba un paseo por la ría hasta Punta Umbría, de la que también descubrió su potencial turístico. El arquitecto Alejandro Herrero hizo el primer Plan General de Ordenación de Huelva en 1964. Tardó más de 10 años de sacarlo a la luz, con sus errores y aciertos.
«Destacaría a Francisco Montenegro por el gran Puerto que hizo, con tecnología en aquel momento pionera»
También destacaría a Francisco Montenegro por el gran Puerto que hizo, con tecnología en aquel momento pionera. Fue a otros lugares de Europa para ver cómo podía solventar el problema de las marismas. Usó el sistema de cajones, que iban flotando hasta dónde tenían que ir y luego rellenaban. También tenemos a nuestro queridísimo José María Pérez Carasa, un arquitecto sin el que no se puede entender la ciudad de Huelva. Muchísimos de nuestros edificios patrimoniales de hoy en día son suyos. Desde el Instituto Rábida hasta mi casa favorita, situada en la esquina de la calle Pérez Carasa con Miguel Redondo, que tiene unos azulejos fantásticos. Hizo en muchísimos años muchas cosas, incluso hasta los años 50, aunque no fueran casas tan conocidas.

-¿Qué personaje de los que aparecen en el libro destacaría como el más importante por lo que hizo por Huelva?
-Sundheim, sin lugar a duda. Descubrió el potencial urbanístico de Huelva. Una vez que vino fue uno de los artífices de las venta de las Minas de Riotinto a la Compañía Rio Tinto con su compañero Doech, que también era alemán. Sin ellos dos la historia de Huelva no se entiende. Estaban los dos dentro de la junta directiva Doech de la compañía. Si tenemos el Muelle de la Compañía Minera de Rio Tinto fue gracias a que este hombre vio a Huelva potencial y también la Casa Colón. El ferrocarril de Huelva a Sevilla lo empezó y luego vendió la concesión a otra empresa.
«Sundheim trajo el ferrocarril de Huelva a Sevilla, el de Riotinto y la línea de Zafra y gracias a él se celebró el Cuarto Centenario del Descubrimiento de América»
Trajo también el ferrocarril de Riotinto a Huelva, la línea de Zafra la hizo él y gracias a él el Cuarto Centenario del Descubrimiento de América se celebró. Es algo que vemos como de cajón pero en su momento, sin la influencia tenía en el Gobierno, se hubiera hecho en Sevilla. Vio un potencial turístico en Huelva. Fue el primero, el pionero y el más importante. Sin él la ciudad sería totalmente diferente.
-Además de darle el nombre a una alameda, ¿cree que se ha tratado bien la figura de Sundheim? ¿Se le conoce y se le valora lo suficiente?
-No creo que la ciudad conozca en profundidad a ninguna de las grandes figuras que han hecho de la ciudad lo que es hoy. Por ejemplo a miss Whitney creo que no se le ha hecho la suficiente justicia, aunque ahora se ha hecho una estatua en la Punta del Cebo. Hay muchos personajes de la historia de Huelva que le han dado muchísimo a la ciudad y que no se les conoce. Sundheim es famoso porque tiene una alameda que es imposible no nombrarla en el día a día, pero muchos no sabrán quién fue él o tantas otras personas. Creo que la imagen de Sundheim que tiene la gente es bastante más positiva de lo que históricamente fue. Al final era una persona con mucho dinero, un magnate, que venía de una familia pudiente y es verdad que todos los discursos que daba y todo lo que hacía lo engalanaba todo siempre con un halo de que lo hacía por Huelva, pero no se metía en ningún 'fregao' ni ningún negocio que no le fuera a reportar dinero o fama. Todo lo que hizo fue alrededor del Cuarto Centenario del Descubrimiento de América y una vez que pasó empezó a vender sus propiedades. Vendió su parte del Hotel Colón a la compañía minera de Riotinto y fue de más a menos. También fue una persona muy influyente dentro de la compañía, que no fue precisamente un angelito del cielo, ni con los trabajadores ni con el resto. Tenía unos ideales muy fuertes de mantener el control a toda costa, tanto en el entorno urbano como en los medios de comunicación y otra gente.
-¿Considera que esa época se ha dulcificado?
-Hombre, claro. Al final se le achacan muchas cosas a la Compañía y a Sundheim, como que fueron los grandes benefactores de la ciudad, pero en realidad nada de lo que hacía ellos tenía un objetivo caritativo, nada era altruista. Lo digo en el libro. Hay que fijarse en que el primer monumento que tenemos como regalo a la ciudad para embellecerla vino del otro lado del Atlántico, la estatua de Colón de Miss Whitney. Aquí se habla mucho del legado británico, pero los ingleses estuvieron 80 años y no construyeron ni un solo monumento, sólo herramientas para el comercio del mineral, como el Muelle del Tinto. El Hotel Colón era otra herramienta, otro activo para sacar beneficio y al fin y al cabo el legado inglés no dejó ninguna cosa parecida a lo que fue el monumento a Colón. Todo es consecuencia de lo práctico. Las casas particulares de Mackay Macdonald, el hospital que ya desapareció, es de las cosas que nos quedan.
«Tenemos el barrio obrero, porque el Ayuntamiento de Huelva le metió presión a la Compañía de Río Tinto, no fue ningún regalo»
De hecho, el barrio obrero, como escribe Martínez Navarro, es un caso curioso. Resulta que la ciudad llevaba desde el 1900 pidiéndole la Compañía de Río Tinto que hiciera unas viviendas para sus trabajadores, porque la población de Huelva se estaba duplicándose cada pocos años y no tenían sitio para construir porque la Compañía de Río Tinto tenía alrededor de la ciudad de Huelva unos terrenos tan extensos que era prácticamente igual que la ciudad o más grande y no se podía construir. Los mecanismos de expropiación por entonces no eran como los de ahora y desde 1900 el Ayuntamiento le pidió que hiciera más viviendas y no fue hasta 1916. Tras la primera Guerra Mundial obligó también a los burgueses que tuvieran un terreno urbano que le dieran movimiento. Por esto tenemos el barrio obrero, porque el Ayuntamiento de Huelva le metió presión a la Compañía de Río Tinto, no fue ningún regalo. Existe la leyenda urbana de que tienen que venir los extranjeros a hacer las cosas y se hace de menos a los locales, pero en realidad la mayor parte de nuestro patrimonio ha sido construido por españoles y por gente de aquí.

-¿Hay algún personaje del que no tuviera un gran conocimiento y le ha resultado muy interesante al profundizar en él?
-Francisco Montenegro me ha parecido un personaje interesantísimo. Lo había escuchado, pero no tenía mucha idea. También hay personajes peculiares dentro de la historia de Huelva. Había un trabajador de la Río Tinto que en los años 20 la denunció tras robar muchos documentos que probaban que estaba engañando al Gobierno en el tema de los impuestos.
«Harry Pilkington y estuvo como siete años robando documentos para probar que la Río Tinto había estado estafando y no pagaba los impuestos que debía»
Se llevaba material más puro del que decía que se llevaba porque antiguamente se pagaba el impuesto por la pureza que sacara. Se llamaba Harry Pilkington y estuvo como siete años robando documentos para probar que la Río Tinto había estado estafando y no pagaba los impuestos que debía. Casi se arruina la compañía por su culpa. Tenía entonces 51 años y era empleado desde 1912. Denunció ante Aduanas.
-Si no vamos al origen de Huelva, ¿qué es lo más antiguo que empieza a tratar en la obra?
-Pues puede parecer una locura pero nos vamos a más de 15 millones de años para explicar los cabezos. Ese es el primer capítulo. Por qué están hechos de arcilla abajo, luego de arena con conchas y tiene dientes de tiburón. En términos geológicos 15 millones de años es hace tres tardes.
-En este capítulo se habrá apoyado mucho en su padre, Juan Antonio Morales, doctor en Geología de la Universidad de Huelva.
-Por su puesto, es un capítulo totalmente supervisado por él y me ha recomendado los libros que tenía que leer.
«Es por los cabezos que la ciudad tiene la forma que tiene, es su génesis. Los primeros habitantes no habrían tenido la protección ni la visibilidad de la ría y de los barcos»
-¿Y ha llegado a la conclusión de que los cabezos influyeron en el modo de vivir en Huelva y que son algo especial que merece la pena preservar?
-Los cabezos de Huelva capital forman parte del mismo sistema geológico que vemos en los acantilados que van de Mazagón a Matalascañas. En Huelva son un punto de partida y un motivo de por qué no se despobló nunca Huelva en tantos miles de años. Me parece algo singular. Es por los cabezos que la ciudad tiene la forma que tiene, es su génesis. Los primeros habitantes no habrían tenido la protección ni la visibilidad de la ría y de los barcos. No hubo que construir torres altas como en Cádiz u otras ciudades portuarias europeas. Además los cabezos nos han dado agua con sus manantiales y también tenemos las conducciones romanas. No se puede explicar la ciudad de Huelva sin los cabezos.
-Por lo que ha estudiado para escribir 'Huelvalogía', ¿afirma también que Huelva es la ciudad más antigua de occidente?
-La información que tengo la puede tener todo el mundo si excava un poco. Aquí es clave la nomenclatura es bastante particular. Yo no vengo del mundo de la arqueología ni de la historia. Siempre se hace hincapié desde Huelva que es la ciudad más antigua de occidente. Eso no invalida que la ciudad más antigua sea Cádiz. Los arqueólogos e historiadores dan por hecho que la ciudad como concepto, es una especie de invento que tiene su origen en Asia y en el periodo orientalizante, que quiere decir que había conexiones culturales con oriente, una de las cosas que se trajeron fue la ciudad. Para los expertos no está claro qué es exactamente una ciudad, pero tiene que demostrar cierto poderío organizativo en torno a las edificaciones públicas. Cuando vive gente le llaman poblamiento y para que éste sea ciudad se tienen en cuenta aspectos como que hicieron un templo, una muralla, las calles… Hay un salto tecnológico y organizativo de lo público. Argumentan que este movimiento ese concepto vino de Asia y que lo que había antes de ese contacto con Asia no lo consideran ciudad sino poblamiento, una cosa diferente, pero al mismo tiempo admiten que aquí en Huelva vivía gente aunque lo llamen poblamiento y no ciudad. Lo que ocurre es que llegan los fenicios y ven que los locales tienen metales que le interesan y hablan con ellos y el poblamiento de Huelva toma el modelo de ciudad extranjero. A partir de entonces tenemos referencias que la potencia constructiva de la zona pega un salto. No quiere decir que aquí no viviera gente antes. Si no fuera así los fenicios no hubieran fundado Cádiz y hubieran fundado Huelva, que está más cerca de los recursos mineros.
«Huelva es la ciudad más antigua de occidente porque es el poblamiento más antiguo de gente nativa que no se ha despoblado nunca»
Por eso se dice que Huelva es la ciudad más antigua de occidente, porque es el poblamiento más antiguo de gente nativa que no se ha despoblado nunca. Cádiz es la ciudad más antigua porque su fundación es anterior a ese salto de construcciones de Huelva, que cuenta con evidencias según lo que pude leer en torno al siglo XI a. C. Tenemos evidencias como e muro de San Pedro, que unos dicen que es una muralla y otros que se construyó para contener las tierras del cabezo. La diferencia con Cádiz sería de 50 años, pero en general el sitio de poblamiento de Huelva es más antigua que Cádiz y de hecho tenemos los cultivos de regadío más antiguos de Europa en la parte del Seminario. Se ha demostrado que vivía gente y que esos cultivos eran tan grandes y cultivaban tantas cosas diferentes que sacaban productos suficientes como para comerciar y exportar. No se le puede llamar ciudad pero había una cultura y una civilización mucho antes que en otros sitios.
-¿De qué época ha encontrado menos información?
-En el libro toco el tema geológico y arqueológico y por la época andalusí paso bastante someramente porque no hay mucha información. Me gustaría destacar que entrando en el siglo XIX me meto en la historia de una familia con la que la gente pueda ponerse en el pellejo de la gente de aquel momento. Seguimos con el libro su historia y la de sus descendientes. Me permite en diferentes momentos enseñar no sólo la evolución de la ciudad desde el punto de vista de un narrador omnisciente, sino también participar de cómo se vivía en aquel momento. Permite ver qué importancia le daban a tener un barco a motor y no de vela, entre otras cosas, y eso lo explico mejor desde personajes de carne y hueso.
-¿Cómo es el capítulo final del libro?¿Esboza algo del futuro?
-El último capítulo se llama precisamente 'Huelva al futuro', que es también un guiño al nombre de mi estudio de arquitectura. Ahí no sólo comento las cosas que se estaban terminando y haciendo en la ciudad cuando terminé de escribir en septiembre de 2024, hace un año. El resto del tiempo fue para dedicarme a las ilustraciones. En este último capítulo hago apuntes de hacia dónde va la tendencia de la ciudad y qué proyectos se están realizando. Un año después algunos se han terminado, como la unión del Muelle del Tinto. Al final dejó ahí como un testigo para que otro autor lo recoja.
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