Luces y sombras de Curro Romero
A Curro Romero le preguntó en una entrevista el periodista Luis Nieto cuál era a su juicio el mejor público, el de Sevilla o el de Madrid. Y el Faraón de Camas respiró hondo, quedó un momento pensativo, y respondió con un pelín de ironía :“El del tenis, que siempre está calladito “. Y es que el romance entre el público y Curro ha vivido siempre trufado de amor y odio, de admiración y rechazo, como los buenos matrimonios que saben que son para toda la vida.
La carrera profesional de Curro incluye tardes de gloria y momentos de apatía: en su cerca de medio siglo como torero, con casi 900 corridas a sus espaldas-181 en Sevilla-, mantiene un record pocas veces alcanzable :ha salido cuatro veces por la Puerta del Principe de Sevilla y siete por la Puerta Grande de las Ventas.
Decía el escritor y diplomático Agustín de Foxá que “el único músculo importante en el toreo es el corazón”. Conocedor de ese secreto,poseído por la gracia del Altísimo, Romero ha desplegado durante sus años como profesional un toreo natural, hondo, pletórico de armonía. Su talón de Aquiles, sin embargo, era la espada, el mal manejo de la espada que tanto irritaba a los tendidos. El toro para Curro tenía su faena, la que El Faraón había soñado, y no era cuestión de añadir más muletazos de la cuenta porque un artista,insistía,no trabaja por encargo. Ni mucho menos.” El que quiera más que vuelva mañana “, decía Juan Belmonte.
Una de las noches memorables que he vivido en el Teatro de la Maestranza de Sevilla-con cartel de no hay billetes-, ha sido a principios de marzo. Noche de homenaje a Curro Romero, con la recaudación destinada a la Hermandad de los Gitanos. En el escenario, entre otros, Paco Cepero, Marina Heredia, Aurora Vargas, Miguel Poveda o El Lebrijano. Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó cuando, durante su intervención, Curro pidió el capote y comenzó a torear de salón, dibujando sobre el escenario dos verónicas y una media que levantaron al público de sus asientos.
Currro Romero dijo adiós a los toros por sorpresa, de sopetón, si mal no recuerdo el 23 de octubre del año 2000. Fue una noche en el programa taurino Clarín de Radio Nacional de España. Emocionado anunció que no torearía más, excepto festivales benéficos. Una noticia inesperada para los que tuvimos ocasión de verle la tarde anterior en La Algaba (Sevilla), en un festival a beneficio de Adex.Su última corrida como profesional fue en Murcia el 10 de septiembre del mismo año.
En la historia de la tauromaquia hay una anécdota curiosa que no me resisto a contar: en 1967, Curro se negó a matar un toro y fue encarcelado. Salió de los calabozos al dia siguiente para torear : esta vez con un triunfo tan clamoroso que fue llevado a hombros por la madrileña calle Alcalá.
Tímido, de hablar pausado y renqueante, Romero sigue soñando verónicas con la misma cadencia y el mismo ritmo de antaño.Pasados los 80 tacos, y con nueve cornadas graves en su alma, a Romero hay que escucharle, por lo vivido y lo soñado, comenzada la Feria de Abril sevillana.
Isabel Pantoja lo decía mejor que servidor en una bulería escrita por Rafael de León y el maestro Solano: “Ay Curro, Curro Romero/ Misterio y sabiduría./ Tu capote de torero revuela, revuela por bulería”.
ME CUENTAN…
El director sevillano, Alberto Rodríguez, trabaja en una serie que puede ser todo un éxito, “La peste“. Me cuentan que va estar ambientada en la Sevilla del siglo XVI. Se trata de un thriller donde habrá entretenimiento y el retrato fiel de una ciudad multicultural y cosmopolita como era la ciudad hispalense de aquella época. La serie estará integrada por seis capítulos de 45 minutos cada uno.
Será una serie para Movistar +. ¿Fecha de estreno ? Casi con toda seguridad en octubre del próximo año 2017…
