LLEGA A UN ACUERDO CON LA FISCALÍA
El farmacéutico que defraudó dos millones a la Seguridad Social admite el delito para evitar el juicio, con rebaja de la pena y de su inhabilitación
14.55 h. La acusación pública le reclama un año y diez meses de cárcel por estafa y falsedad en documento oficial, y nueve meses a los cuatro colaboradores.

El titular de la farmacia 113 de Huelva, ubicada en la calle Galaroza, y sus cuatro colaboradores acusados de un millonario fraude a la Seguridad Social, a través del método conocido como “vaciado de tarjetas”, por el que simulaba que había dispensado los medicamentos recetados que los clientes no deseaban llevarse, y posteriormente los facturaba al sistema sanitario a través de precintos falsos – que mandaba confeccionar-, han admitido los hechos para evitar el juicio, alcanzando un acuerdo con la Fiscalía que supone una reducción tanto en la petición de condena, incluido el tiempo de inhabilitación para estar al frende una farmacia.
Tras ingresar (27 de septiembre de 2022) la cantidad de 500.000.00 euros como pago de la responsabilidad civil derivada de los hechos por los que se les acusa - inicialmete se concretó en en 600.989,70 euros- , con la que el Servicio Andaluz de Salud se da por satisfecho y no tiene nada más que reclamar en cuanto a la indemnización por los hechos, se contempla en el acuerdo la atenuante de reparación del daño en todos los acusados, ha confirmado la Fiscalía de Huelva.
En el caso del titular de la farmacia, A.C.R., el acuerdo de conformidad (pendiente de sentencia) le impone un año y diez meses de cárcel, inhabilitación especial para ejercer la profesión de farmacéutico por un año y medio y multa de seis meses por estafa y delito continuado de falsedad en documento oficial cometido por funcionario público. La Fiscalía solicitaba inicialmente para el farmacéutico (al que le constan antecedentes) seis años de prisión por los referidos delitos.
En cuanto a sus colaboradores ( J.R.M., J. M.B.Á., I.R.F. y M.O.P.). la acusación pública les reclama nueve meses de cárcel y multa de tres meses - seis euros cada cuota diaria y con una responsabilidad personal subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas diarias impagada-, por delito continuado de falsedad en documento oficial cometido por particular y estafa. Inicialmente se solicitaba para estos acusados cuatro años de cárcel como cooperadores necesarios.
La Fiscalía considera que no procede hacer pronunciamiento sobre la responsabilidad civil al haber sido resarcido el Servicio Andaluz de Salud con la cantidad ingresada por los acusados como pago de la indemnización solicitada.
Para llevar a cabo el fraude, según el relato del Ministerio Fiscal, el farmacéutico contó con cuatro colaboradores, dos empleados de la farmacia, su mujer, y el dueño de una imprenta, que se encargaba supuestamente de duplicar los cupones.
El titular de la farmacia 113 de Huelva “ideó un plan” para aparentar que había dispensado medicamentos sin que fuera cierto, según mantiene la acusación pública en su escrito, al que ha tenido acceso Huelva24.com. En el documento oficial, colocaba los cupones que “había confeccionado imitando a los verdaderos”, de manera que obtenía un beneficio ilícito al presentarlo ante Salud durante un periodo que se estima entre junio de 2016 y mayo de 2019, con “el consiguiente perjuicio” para la Sanidad pública andaluza.
Según la documentación obtenida durante la investigación, que dirigió el Instrucción 5 de Huelva y el grupo UDEF de la Policía Nacional, Salud abonó indebidamente durante ese periodo de tiempo al titular de la farmacia las cantidades derivadas de esas supuestas ventas de medicamentos hasta una cantidad total de 600.989,70 euros.
La misma operación, la realizaba aprovechando las tarjetas sanitarias que muchos clientes habían dejado en la farmacia para que les fueran consiguiendo los medicamentos que les eran recetados, pese a que – subraya la Fiscalía- estaba prohibida la retención de las tarjetas sanitarias en las oficinas de farmacia una vez dispensados los medicamentos recetados.
Los dos empleados y su mujer también llevaban a cabo el descrito vaciado de tarjetas para que luego se confeccionaran los cupones-precintos de los medicamentos como si fueran los auténticos
El titular de la farmacia entregaba al dueño de la imprenta, también acusado, cupones precintos verdaderos para que “sacara por la imprenta un número de copias no concretado de cada uno de ellos”. Los cupones duplicados eran de menor grosor que los originales, tenían una tonalidad más blanca y un papel más satinado, así como una peor calidad de impresión, y eran los que el farmacéutico colocaba en el justificante de dispensación aparentando que habían sido dispensados.
En el registro que en 2019 llevó a cabo la Policíaa Nacional en la farmacia de la calle Galaroza se hallaron una gran cantidad de cupones precintos de medicamentos, distribuidos por distintas estancias de la farmacia, algunos de ellos organizados por orden alfabético y otros en archivadores catalogados por medicamentos, en los que había tanto cupones auténticos como confeccionados en la imprenta.
En una de las habitaciones, “se hallaron justificantes de dispensación, la facturación del mes de mayo, gran cantidad de cupones precintos falsificados y diverso material utilizado para llevar a cabo la actividad descrita y confeccionar la documentación” que, de esa forma, la trama presentaba en la Delegación Territorial de la Consejería de Salud.
Además, se halló una documentación en papel que reflejaba una contabilidad de actuaciones semejantes correspondientes a los años 2012 y 2013, “respecto de los cuales no consta documentación alguna que lo acredite”. Se llegaron contabilizar un total de 73.074 cupones precintos hallados en el registro referidos a 1.210 medicamentos, de los que 14.306 eran auténticos y 58.768 eran falsificados.