Emigrantes se presenta ante la Blanca Paloma luciendo por bandera su alegría y colorido

Corría la media tarde cuando llegaba el momento de que la Hermandad de Emigrantes se presentara ante la Hermandad Matriz de Almonte. Tras dos días en la aldea, los hermanos de la benjamina de las filiales de la capital lucían sus mejores galas para disfrutar de uno de los momentos centrales de la romería, el postrarse, de manera oficial, ante la Virgen del Rocío.

María José Muiño, hermana mayor de esta romería, guiaba a sus hermanos desde la plaza de Doñana hasta el Santuario, entre cantes por sevillanas y saludos y palabras de agradecimiento a todos los que por las calles de la aldea salían al encuentro de la Concha Peregrina. Las altas calores de esta jornada de presentaciones no fueron obstáculo para que Emigrantes luciera con el colorido y sabor que ella sabe.

La plateada carreta de Emigrantes lucía un especial exorno floral. Una delicada combinación de flores en tonos blancos y amarillos, colores de la bandera del Vaticano. Un homenaje que hacía referencia tanto a la reciente visita de la hermandad con su Simpecado a Roma, como al Papa Francisco, recientemente fallecido, y al nuevo Papa León XIV. Flores a las que se unían unas cintas con los mismos colores que recordaban las dos peregrinaciones que Emigrantes ha realizado en su historia a la ciudad del Vaticano.

El sol de la tarde se reflejaba en la carabela que corona la carreta de Emigrantes cuando ésta encaró el Santuario para detenerse ante el Simpecado de la Matriz, resonando por la megafonía de la aldea los vivas a la Virgen del Rocío, al Pastorcito Divino, a Emigrantes y Almonte.

Tras la carreta, varios de los carros tradicionales cuajados de flores de papel hacían su desfile con la hermandad.