La Hermandad de Emigrantes siembra la semilla rociera en el corazón de los más pequeños
La filial onubense celebró un año más su camino infantil rociero impregnando las calles del centro de Huelva con aromas de romería
Jesús María Muñoz, elegido hermano mayor de Emigrantes para la Romería del Rocío 2026
Almonte da inicio a la novena en honor a la Virgen del Rocío

Las tardes de Huelva ya suenan a sevillanas, tamboril y cohetes. La romería del Rocío se acerca y la ciudad se prepara para vivirla con intensidad junto a sus dos hermandades filiales. Una devoción a la patrona de Almonte que se inculca desde bien chico, con actividades como la que ayer protagonizaron los romeros más pequeños de Emigrantes.
La Hermandad de Emigrantes celebró la cuarta edición de su camino infantil rociero por las calles de la ciudad. Una actividad en estos días previos a la romería que congrega al futuro de la hermandad y siembra en ellos la semilla rociera en una jornada de diversión y convivencia. Los más pequeños de Emigrantes compartieron este camino con los grupos infantiles de las hermandades de la Sagrada Cena, Estudiantes, Santa Cruz, Victoria, Oración en el Huerto y Huelva, vistiendo todos ellos sus trajes de corto o de gitana.



A las seis de la tarde partía el camino desde la plaza del Punto, junto al monumento a la Virgen del Rocío. Cohetes anunciaban en el cielo el inicio del camino y los sones del grupo de tamborileros de la Hermandad de Emigrantes anunciaban por las calles la llegada de la comitiva. Las primeras paradas llegaron en el entorno de la plaza Niña, con su visita a las Hermanas de la Cruz y a la Virgen de la Esperanza, expuesta en besamanos extraordinario.
El camino continuaría por las calles del centro entre cantes por sevillanas a cargo de los coros jóvenes de las hermandades de Huelva y Emigrantes. La comitiva la integraban los pequeños romeros portando versiones de las insignias de la hermandad, trabajadas en los talleres infantiles. Tras ellos llegaba el antiguo Simpecado de la Concha Peregrina, estrenado en el año 1973 y realizado por las madres Oblatas, colocado en una carreta cedida por la Hermandad del Rocío de Niebla exornada con flores con los característicos colores rojos y amarillos de la hermandad.
Tras recorrer las calles del centro, la comitiva se dirigió hacia la casa hermandad de Emigrantes en el paseo de la Glorieta, donde se dio por concluido este camino infantil con la entrada del Simpecado de la Concha Peregrina en el interior de la capilla de la hermandad.