OPTARÁ A LA REELECCIÓN EL PRÓXIMO 28 DE MAYO
Gabriel Cruz, ocho años de mandato en Huelva y un proyecto de ciudad “por terminar”
10.30 h. El primer edil onubense es una rara avis en su mayoría absoluta: socialista, carnavalero y cofrade que aspira a repetir en la Alcaldía de Huelva.

Gabriel Cruz dio el ‘campanazo’ en Huelva en 2015 cuando logró arrebatarle la Alcaldía al otrora todopoderoso Pedro Rodríguez tras 20 años de liderazgo indiscutible; y lo volvió a dar en 2019 cuando se convirtió en el “orgullo de los socialistas andaluces” –Susana Díaz dixit- al proclamarse como el único alcalde de una capital de provincia andaluza con mayoría absoluta.

Dijo entonces que no aplicaría el rodillo, pero lo cierto es que no han sido pocos los que desde la oposición en estos últimos cuatro años lo han acusado de hacerlo.
Gabriel Cruz dio el ‘campanazo’ en Huelva en 2015 cuando logró arrebatarle la Alcaldía al otrora todopoderoso Pedro Rodríguez tras 20 años de liderazgo indiscutible; y lo volvió a dar en 2019 cuando se convirtió en el “orgullo de los socialistas andaluces” –Susana Díaz dixit- al proclamarse como el único alcalde de una capital de provincia andaluza con mayoría absoluta. Dijo entonces que no aplicaría el rodillo, pero lo cierto es que no han sido pocos los que desde la oposición en estos últimos cuatro años lo han acusado de hacerlo. Que el Gobierno desgasta es obvio, y esto unido a que cuando se presentó por primera vez firmó junto a todo su equipo ante notario un código ético cuyo primer punto recogía que solo se mantendría en la Alcaldía dos mandatos, habían provocado que en los últimos meses planease la duda de si repetiría como cabeza de lista del PSOE a la Alcaldía de Huelva el próximo 28 de mayo. Pero esta semana esa duda se despejaba: aunque según el propio Cruz la misma nunca existió, pues la decisión de optar a la reelección estaba tomada desde hace meses. El anuncio no se ha hecho antes porque, según explicaba en una entrevista concedida a la municipal Huelva Televisión, entendía que en todo caso lo que tendría que haber anunciado era si no se presentaba, pues en el PSOE las personas que ostentan alcaldías son automáticamente designadas para repetir como candidatas. El compromiso ante notario, por su parte, no tiene “ningún tipo de relevancia”, según consideró en esta misma entrevista. La justificación, al igual que ya dejó ver cuando confirmó que se volvía a presentar, la encuentra en el paréntesis obligatorio que supuso la pandemia en todos los ámbitos, que según afirma no le ha permitido culminar su proyecto de ciudad porque “hemos estado más de dos años parados, preocupados únicamente de cuidar a nuestros vecinos”. Así, no había deshojado la margarita antes porque especular “hubiese sido dejación de funciones” y entendía que se daba por hecho; pero bien que se ha cuidado en todos estos meses –desde que el propio Juan Espadas lo dio por sentado en el mes de agosto- de pronunciarse claramente al respecto. Lo cierto es que la Agrupación Municipal del PSOE de Huelva no ha reactivado su perfil en redes sociales hasta hace unos días, cuando el anuncio público de Gabriel Cruz ha supuesto el pistoletazo de salida para calentar motores de cara a la campaña que comienza. Proyecto de ciudad, el leit motivUna campaña en la que sin duda se hablará, y mucho, de ese proyecto de ciudad al que tanto alude el primer edil. Ya en una entrevista que concedió a huelva24.com en 2015, cuando no era más que candidato a la Alcaldía, Cruz criticaba que “cuando uno analiza Huelva se da cuenta de que no tenemos un modelo de ciudad definido. Huelva es ahora mismo una ciudad socavada por proyectos fracasados, como Isla Chica, la antigua prisión provincial, el antiguo Mercado del Carmen, el Manuel Lois,… Tampoco tenemos un modelo social, somos una ciudad completamente desvertebrada y desestructurada”. Los proyectos fracasados a los que hacía referencia entonces lo siguen siendo en buena medida, aunque es cierto que ya se trabaja en la remodelación del edificio de la antigua Comisaría de Santa Fe y en la del Mercado de San Sebastián, pero poco más. En el antiguo mercado del Carmen e Isla Chica los proyectos –a excepción del centro de salud, que por fin se puso en funcionamiento- han quedado relegados a espacios medianamente adecentados como aparcamientos, pero ni rastro de esos planteamientos presentados en su momento. En el Ensanche, atascado durante años, los brotes verdes son escasos y, sobre todo, lentos; y la antigua prisión provincial continua cayéndose a trozos. En el otro lado de la balanza, la agenda cultural de la capital en estos últimos años no ha dejado de aumentar –triste el reciente anuncio del Festival Latitudes 21-, con un crecimiento exponencial no solo en lo que a cantidad se refiere, sino también a calidad. El ambicioso proyecto de peatonalización emprendido además en los últimos meses está llamado a cambiar la fisonomía de buena parte de la ciudad, resultando un casco histórico más amable para con las personas, accesible y sostenible, aunque la época en la que han dado comienzo las obras –que evidentemente durante su desarrollo presentan todos los inconvenientes y dificultan apreciar las ventajas a largo plazo- podrían imposibilitar que se rentabilicen a modo electoral. Otra de las banderas enarboladas por el alcalde –y que apunta como uno de sus temas recurrentes de cara a la próxima campaña electoral- es la de los nuevos proyectos industriales planteados en la ciudad, que según afirma la posicionarán como capital referente a nivel europeo en aspectos como el hidrógeno verde. En este sentido hay que destacar la evolución de Cruz desde que llegó a la Alcaldía, teniendo en cuenta que en 2015 no dudó en ponerse tras la pancartaen la cabecera de la manifestación que reclamaba a Fertiberia una solución para la problemática de los fosfoyesos. Ocho años y una mesa de expertos –que ha quedado más bien en nada- después, Gabriel Cruz no duda en dar por bueno el proyecto –con las modificaciones realizadas en estos últimos años- de la empresa para la restauración de la marisma onubense, así como en alabar las nuevas iniciativas de la compañía en la capital, llamadas a impulsar la producción de hidrógeno verde de la mano de otras empresas con una amplia implantación en la provincia. Un socialista “con contradicciones”No es la única “contradicción” que sus rivales políticos le achacan a Cruz, un alcalde socialista pero abiertamente cofrade que presume de ser el que ha multiplicado por cinco la cantidad de dinero que el Ayuntamiento de Huelva destina al Consejo de Hermandades y Cofradías de la ciudad –hasta 200.000 euros en 2022-. Una actitud que le suma puntos entre los no adeptos y le resta entre los que a priori lo serían, al igual que sucede con respecto a su postura ante el Recreativo de Huelva, que bajo su primer mandato pasó a ser de nuevo de titularidad municipal en 2016, y al que destinó en 2018 cerca de ocho millones de euros, al objeto de evitar su desaparición por la deuda que el club mantenía con la Agencia Estatal de la Administración Tributaria. Esta operación le dio, para muchos, la victoria –y la mayoría absoluta- en 2019, pero entonces se comprometió a encontrar compradores para el club y a recuperar este dinero para las arcas públicas, y la realidad es que a día de hoy el Recre sigue en manos del consistorio, con sus partidas correspondientes en los presupuestos anuales. Esta actitud, que muchos consideran populista y contradictoria en un alcalde socialista –al que suponen más volcado en causas de matiz más social- ha sido defendida siempre por Cruz que, de cara al próximo 28M también, se ve como el principal valedor y defensor de lo que considera las señas de identidad de la ciudad, defendiendo el uso del dinero público para sostenerlas y protegerlas. Menos recursos destina, aunque también lo defiende incluso desde encima de las tablas, al Carnaval Colombino, del que forma parte –al igual que de la Semana Santa- desde dentro: y es que siendo alcalde ha entrado a formar parte de una agrupación con la que lleva participando tres años en el concurso de la capital. No hay duda, a tenor de los resultados en la última cita electoral, que buena parte de la ciudadanía respalda su postura y su actuación como gestor público, aunque se acerca de nuevo el momento de la evaluación y habrá que comprobar si sigue siendo así. Gabriel Cruz es consciente de ello, y hace unos días lo dejaba claro. “Esto no es ninguna imposición, al final será la ciudadanía la que decida”.
Pero esta semana esa duda se despejaba: aunque según el propio Cruz la misma nunca existió, pues la decisión de optar a la reelección estaba tomada desde hace meses. El anuncio no se ha hecho antes porque, según explicaba en una entrevista concedida a la municipal Huelva Televisión, entendía que en todo caso lo que tendría que haber anunciado era si no se presentaba, pues en el PSOE las personas que ostentan alcaldías son automáticamente designadas para repetir como candidatas. El compromiso ante notario, por su parte, no tiene “ningún tipo de relevancia”, según consideró en esta misma entrevista.
La justificación, al igual que ya dejó ver cuando confirmó que se volvía a presentar, la encuentra en el paréntesis obligatorio que supuso la pandemia en todos los ámbitos, que según afirma no le ha permitido culminar su proyecto de ciudad porque “hemos estado más de dos años parados, preocupados únicamente de cuidar a nuestros vecinos”. Así, no había deshojado la margarita antes porque especular “hubiese sido dejación de funciones” y entendía que se daba por hecho; pero bien que se ha cuidado en todos estos meses –desde que el propio Juan Espadas lo dio por sentado en el mes de agosto- de pronunciarse claramente al respecto.
Lo cierto es que la Agrupación Municipal del PSOE de Huelva no ha reactivado su perfil en redes sociales hasta hace unos días, cuando el anuncio público de Gabriel Cruz ha supuesto el pistoletazo de salida para calentar motores de cara a la campaña que comienza.
Proyecto de ciudad, el leit motiv
Gabriel Cruz dio el ‘campanazo’ en Huelva en 2015 cuando logró arrebatarle la Alcaldía al otrora todopoderoso Pedro Rodríguez tras 20 años de liderazgo indiscutible; y lo volvió a dar en 2019 cuando se convirtió en el “orgullo de los socialistas andaluces” –Susana Díaz dixit- al proclamarse como el único alcalde de una capital de provincia andaluza con mayoría absoluta. Dijo entonces que no aplicaría el rodillo, pero lo cierto es que no han sido pocos los que desde la oposición en estos últimos cuatro años lo han acusado de hacerlo. Que el Gobierno desgasta es obvio, y esto unido a que cuando se presentó por primera vez firmó junto a todo su equipo ante notario un código ético cuyo primer punto recogía que solo se mantendría en la Alcaldía dos mandatos, habían provocado que en los últimos meses planease la duda de si repetiría como cabeza de lista del PSOE a la Alcaldía de Huelva el próximo 28 de mayo. Pero esta semana esa duda se despejaba: aunque según el propio Cruz la misma nunca existió, pues la decisión de optar a la reelección estaba tomada desde hace meses. El anuncio no se ha hecho antes porque, según explicaba en una entrevista concedida a la municipal Huelva Televisión, entendía que en todo caso lo que tendría que haber anunciado era si no se presentaba, pues en el PSOE las personas que ostentan alcaldías son automáticamente designadas para repetir como candidatas. El compromiso ante notario, por su parte, no tiene “ningún tipo de relevancia”, según consideró en esta misma entrevista. La justificación, al igual que ya dejó ver cuando confirmó que se volvía a presentar, la encuentra en el paréntesis obligatorio que supuso la pandemia en todos los ámbitos, que según afirma no le ha permitido culminar su proyecto de ciudad porque “hemos estado más de dos años parados, preocupados únicamente de cuidar a nuestros vecinos”. Así, no había deshojado la margarita antes porque especular “hubiese sido dejación de funciones” y entendía que se daba por hecho; pero bien que se ha cuidado en todos estos meses –desde que el propio Juan Espadas lo dio por sentado en el mes de agosto- de pronunciarse claramente al respecto. Lo cierto es que la Agrupación Municipal del PSOE de Huelva no ha reactivado su perfil en redes sociales hasta hace unos días, cuando el anuncio público de Gabriel Cruz ha supuesto el pistoletazo de salida para calentar motores de cara a la campaña que comienza. Proyecto de ciudad, el leit motivUna campaña en la que sin duda se hablará, y mucho, de ese proyecto de ciudad al que tanto alude el primer edil. Ya en una entrevista que concedió a huelva24.com en 2015, cuando no era más que candidato a la Alcaldía, Cruz criticaba que “cuando uno analiza Huelva se da cuenta de que no tenemos un modelo de ciudad definido. Huelva es ahora mismo una ciudad socavada por proyectos fracasados, como Isla Chica, la antigua prisión provincial, el antiguo Mercado del Carmen, el Manuel Lois,… Tampoco tenemos un modelo social, somos una ciudad completamente desvertebrada y desestructurada”. Los proyectos fracasados a los que hacía referencia entonces lo siguen siendo en buena medida, aunque es cierto que ya se trabaja en la remodelación del edificio de la antigua Comisaría de Santa Fe y en la del Mercado de San Sebastián, pero poco más. En el antiguo mercado del Carmen e Isla Chica los proyectos –a excepción del centro de salud, que por fin se puso en funcionamiento- han quedado relegados a espacios medianamente adecentados como aparcamientos, pero ni rastro de esos planteamientos presentados en su momento. En el Ensanche, atascado durante años, los brotes verdes son escasos y, sobre todo, lentos; y la antigua prisión provincial continua cayéndose a trozos. En el otro lado de la balanza, la agenda cultural de la capital en estos últimos años no ha dejado de aumentar –triste el reciente anuncio del Festival Latitudes 21-, con un crecimiento exponencial no solo en lo que a cantidad se refiere, sino también a calidad. El ambicioso proyecto de peatonalización emprendido además en los últimos meses está llamado a cambiar la fisonomía de buena parte de la ciudad, resultando un casco histórico más amable para con las personas, accesible y sostenible, aunque la época en la que han dado comienzo las obras –que evidentemente durante su desarrollo presentan todos los inconvenientes y dificultan apreciar las ventajas a largo plazo- podrían imposibilitar que se rentabilicen a modo electoral. Otra de las banderas enarboladas por el alcalde –y que apunta como uno de sus temas recurrentes de cara a la próxima campaña electoral- es la de los nuevos proyectos industriales planteados en la ciudad, que según afirma la posicionarán como capital referente a nivel europeo en aspectos como el hidrógeno verde. En este sentido hay que destacar la evolución de Cruz desde que llegó a la Alcaldía, teniendo en cuenta que en 2015 no dudó en ponerse tras la pancartaen la cabecera de la manifestación que reclamaba a Fertiberia una solución para la problemática de los fosfoyesos. Ocho años y una mesa de expertos –que ha quedado más bien en nada- después, Gabriel Cruz no duda en dar por bueno el proyecto –con las modificaciones realizadas en estos últimos años- de la empresa para la restauración de la marisma onubense, así como en alabar las nuevas iniciativas de la compañía en la capital, llamadas a impulsar la producción de hidrógeno verde de la mano de otras empresas con una amplia implantación en la provincia. Un socialista “con contradicciones”No es la única “contradicción” que sus rivales políticos le achacan a Cruz, un alcalde socialista pero abiertamente cofrade que presume de ser el que ha multiplicado por cinco la cantidad de dinero que el Ayuntamiento de Huelva destina al Consejo de Hermandades y Cofradías de la ciudad –hasta 200.000 euros en 2022-. Una actitud que le suma puntos entre los no adeptos y le resta entre los que a priori lo serían, al igual que sucede con respecto a su postura ante el Recreativo de Huelva, que bajo su primer mandato pasó a ser de nuevo de titularidad municipal en 2016, y al que destinó en 2018 cerca de ocho millones de euros, al objeto de evitar su desaparición por la deuda que el club mantenía con la Agencia Estatal de la Administración Tributaria. Esta operación le dio, para muchos, la victoria –y la mayoría absoluta- en 2019, pero entonces se comprometió a encontrar compradores para el club y a recuperar este dinero para las arcas públicas, y la realidad es que a día de hoy el Recre sigue en manos del consistorio, con sus partidas correspondientes en los presupuestos anuales. Esta actitud, que muchos consideran populista y contradictoria en un alcalde socialista –al que suponen más volcado en causas de matiz más social- ha sido defendida siempre por Cruz que, de cara al próximo 28M también, se ve como el principal valedor y defensor de lo que considera las señas de identidad de la ciudad, defendiendo el uso del dinero público para sostenerlas y protegerlas. Menos recursos destina, aunque también lo defiende incluso desde encima de las tablas, al Carnaval Colombino, del que forma parte –al igual que de la Semana Santa- desde dentro: y es que siendo alcalde ha entrado a formar parte de una agrupación con la que lleva participando tres años en el concurso de la capital. No hay duda, a tenor de los resultados en la última cita electoral, que buena parte de la ciudadanía respalda su postura y su actuación como gestor público, aunque se acerca de nuevo el momento de la evaluación y habrá que comprobar si sigue siendo así. Gabriel Cruz es consciente de ello, y hace unos días lo dejaba claro. “Esto no es ninguna imposición, al final será la ciudadanía la que decida”.

Los proyectos fracasados a los que hacía referencia entonces lo siguen siendo en buena medida, aunque es cierto que ya se trabaja en la remodelación del edificio de la antigua Comisaría de Santa Fe y en la del Mercado de San Sebastián, pero poco más. En el antiguo mercado del Carmen e Isla Chica los proyectos –a excepción del centro de salud, que por fin se puso en funcionamiento- han quedado relegados a espacios medianamente adecentados como aparcamientos, pero ni rastro de esos planteamientos presentados en su momento.
En el Ensanche, atascado durante años, los brotes verdes son escasos y, sobre todo, lentos; y la antigua prisión provincial continua cayéndose a trozos.
En el otro lado de la balanza, la agenda cultural de la capital en estos últimos años no ha dejado de aumentar –triste el reciente anuncio del Festival Latitudes 21-, con un crecimiento exponencial no solo en lo que a cantidad se refiere, sino también a calidad.
El ambicioso proyecto de peatonalización emprendido además en los últimos meses está llamado a cambiar la fisonomía de buena parte de la ciudad, resultando un casco histórico más amable para con las personas, accesible y sostenible, aunque la época en la que han dado comienzo las obras –que evidentemente durante su desarrollo presentan todos los inconvenientes y dificultan apreciar las ventajas a largo plazo- podrían imposibilitar que se rentabilicen a modo electoral.
Otra de las banderas enarboladas por el alcalde –y que apunta como uno de sus temas recurrentes de cara a la próxima campaña electoral- es la de los nuevos proyectos industriales planteados en la ciudad, que según afirma la posicionarán como capital referente a nivel europeo en aspectos como el hidrógeno verde. En este sentido hay que destacar la evolución de Cruz desde que llegó a la Alcaldía, teniendo en cuenta que en 2015 no dudó en ponerse tras la pancartaen la cabecera de la manifestación que reclamaba a Fertiberia una solución para la problemática de los fosfoyesos.

Ocho años y una mesa de expertos –que ha quedado más bien en nada- después, Gabriel Cruz no duda en dar por bueno el proyecto –con las modificaciones realizadas en estos últimos años- de la empresa para la restauración de la marisma onubense, así como en alabar las nuevas iniciativas de la compañía en la capital, llamadas a impulsar la producción de hidrógeno verde de la mano de otras empresas con una amplia implantación en la provincia.
Un socialista “con contradicciones”
No es la única “contradicción” que sus rivales políticos le achacan a Cruz, un alcalde socialista pero abiertamente cofrade que presume de ser el que ha multiplicado por cinco la cantidad de dinero que el Ayuntamiento de Huelva destina al Consejo de Hermandades y Cofradías de la ciudad –hasta 200.000 euros en 2022-.
Una actitud que le suma puntos entre los no adeptos y le resta entre los que a priori lo serían, al igual que sucede con respecto a su postura ante el Recreativo de Huelva, que bajo su primer mandato pasó a ser de nuevo de titularidad municipal en 2016, y al que destinó en 2018 cerca de ocho millones de euros, al objeto de evitar su desaparición por la deuda que el club mantenía con la Agencia Estatal de la Administración Tributaria.

Esta operación le dio, para muchos, la victoria –y la mayoría absoluta- en 2019, pero entonces se comprometió a encontrar compradores para el club y a recuperar este dinero para las arcas públicas, y la realidad es que a día de hoy el Recre sigue en manos del consistorio, con sus partidas correspondientes en los presupuestos anuales.
Esta actitud, que muchos consideran populista y contradictoria en un alcalde socialista –al que suponen más volcado en causas de matiz más social- ha sido defendida siempre por Cruz que, de cara al próximo 28M también, se ve como el principal valedor y defensor de lo que considera las señas de identidad de la ciudad, defendiendo el uso del dinero público para sostenerlas y protegerlas.

Menos recursos destina, aunque también lo defiende incluso desde encima de las tablas, al Carnaval Colombino, del que forma parte –al igual que de la Semana Santa- desde dentro: y es que siendo alcalde ha entrado a formar parte de una agrupación con la que lleva participando tres años en el concurso de la capital.
No hay duda, a tenor de los resultados en la última cita electoral, que buena parte de la ciudadanía respalda su postura y su actuación como gestor público, aunque se acerca de nuevo el momento de la evaluación y habrá que comprobar si sigue siendo así. Gabriel Cruz es consciente de ello, y hace unos días lo dejaba claro. “Esto no es ninguna imposición, al final será la ciudadanía la que decida”.