Huelva, a la cola en refuerzos policiales pese al turismo y a la escalada del narcotráfico
La provincia de Huelva recibe únicamente alumnos en prácticas como refuerzo policial, en contraste con los dispositivos mixtos de Cádiz, Málaga o Mallorca, lo que agrava la desprotección ante el aumento de población y la actividad de los narcos
AUGC Huelva niega que haya refuerzos en seguridad ciudadana este verano
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La provincia de Huelva afronta el verano en una situación de clara desventaja respecto a otras zonas turísticas españolas en materia de seguridad ciudadana. Mientras destinos como Málaga, la Comunidad Valenciana, Madrid o Mallorca reciben refuerzos policiales significativos, en Huelva la llegada de 95 guardias civiles en prácticas se presenta como el único incremento de efectivos, pese a que estos alumnos no pueden equipararse a agentes profesionales con experiencia. Este desequilibrio resulta especialmente preocupante en un territorio que, además de multiplicar su población en la temporada estival, se ha consolidado como una de las principales puertas de entrada de droga en España y donde el modus operandi de los narcotraficantes se ha vuelto más peligroso.
Desigualdad en el mapa turístico
El Ministerio del Interior ha desplegado este verano más de 4.000 efectivos adicionales en las zonas de mayor afluencia turística del país. Sin embargo, el reparto territorial muestra notables diferencias. Málaga, uno de los principales destinos del litoral andaluz, ha recibido 269 agentes en prácticas de la Policía Nacional, distribuidos entre sus nueve comisarías. La capital malagueña cuenta con 105 nuevos efectivos, Marbella con 50, Torremolinos-Benalmádena con 40 y otras localidades turísticas como Fuengirola, Estepona, Vélez-Málaga, Ronda y Antequera también ven incrementada su dotación. Estos agentes se destinan principalmente a labores de seguridad ciudadana y ciberdelincuencia, reforzando la presencia policial en las zonas de mayor concentración de visitantes.
En la Comunidad Valenciana, el dispositivo de seguridad moviliza a 596 agentes de refuerzo de la Policía Nacional y Guardia Civil entre las tres provincias. Valencia, por ejemplo, suma 171 nuevos guardias civiles en prácticas y un total de 11.823 efectivos en la Operación Verano, lo que supone un aumento del 9% respecto al año anterior. Alicante y Castellón también reciben refuerzos específicos para atender el incremento de población y la actividad turística en sus playas y municipios costeros.
Mallorca, mientras tanto, incrementa su plantilla policial en un 4,33% con la llegada de 242 agentes, a los que se suman 130 policías en prácticas y cerca de 300 efectivos adicionales de unidades especializadas. Y Madrid, sin ser un destino de sol y playa, cuenta con un refuerzo de 378 agentes de la Guardia Civil y 560 de la Policía Nacional.

En Cádiz, provincia andaluza que también se enfrenta a problemas de narcotráfico, el refuerzo estival presenta un modelo mixto que combina agentes profesionales con alumnos en prácticas. La Operación Verano despliega 2.637 efectivos estatales profesionales, una cifra que sitúa a Cádiz muy por encima de Huelva en número de agentes durante los meses de mayor presión turística. Además, la provincia gaditana recibe 124 guardias civiles en prácticas, destinados prioritariamente a 22 puestos de Seguridad Ciudadana, y 180 policías nacionales en formación, la mitad de ellos asignados al Campo de Gibraltar por su alta presión delictiva.
El contraste con Huelva resulta más que evidente, ya que si Cádiz combina un importante despliegue de agentes profesionales con la incorporación de alumnos en prácticas, la provincia onubense depende únicamente de los 95 guardias civiles en formación. Pese a compartir problemas similares –como ser puerta de entrada de droga–, Cádiz absorbe además dispositivos especiales como la Operación Paso del Estrecho, lo que explica la diferencia en la asignación de recursos frente al modelo casi exclusivamente basado en alumnos que padece Huelva.
Huelva, escuela policial
Con este panorama, la llegada de 95 guardias civiles en prácticas, para la AUGC, no pueden considerarse un refuerzo real para la seguridad ciudadana de la provincia. Estos alumnos, en fase de formación, no pueden realizar servicios en solitario y deben ir siempre acompañados de un agente profesional, lo que limita su operatividad y su capacidad para cubrir las necesidades derivadas del aumento de población en la costa onubense durante el verano.
Este modelo de refuerzo basado en alumnos en prácticas no es exclusivo de Huelva, pero en otras provincias se combina con la llegada de agentes profesionales y recursos adicionales. En Huelva, sin embargo, la dependencia de estos alumnos se traduce en una menor capacidad de respuesta ante incidentes y en una cobertura insuficiente de las zonas turísticas y rurales, especialmente cuando un tercio de la plantilla profesional se encuentra de vacaciones y el déficit respecto al periodo invernal alcanza los 400 guardias civiles.

La falta de refuerzos adquiere mayor gravedad si se tiene en cuenta el papel de Huelva como una de las principales puertas de entrada de droga en España. El litoral onubense ha experimentado un aumento notable en las aprehensiones de hachís, llegando a concentrar un tercio de las incautaciones realizadas por la Agencia Tributaria en el país. En los últimos años, las operaciones policiales han permitido la detención de decenas de personas y la incautación de toneladas de droga, consolidando a la provincia como un punto estratégico para las redes de narcotráfico. Así, el cambio de rutas tras la presión policial en el Estrecho de Gibraltar ha desplazado parte de la actividad hacia la costa de Huelva, donde los narcos han sofisticado sus métodos y aumentado su peligrosidad.
Frente a esta realidad, la plantilla de guardias civiles profesionales en Huelva, según denuncia la AUGC, permanece estancada desde hace años, e incluso se ha visto mermada por la asignación de efectivos a otras especialidades y servicios burocráticos. La llegada de los 95 alumnos en prácticas no compensa ni siquiera las bajas por retiro, y durante el verano la situación se agrava por las vacaciones del personal profesional. Esto se traduce en menos patrullas en la calle, cierre de cuarteles en determinadas franjas horarias y un incremento en los tiempos de respuesta ante avisos y emergencias.
A diferencia de lo que ocurre en Málaga, la Comunidad Valenciana o Mallorca, donde los refuerzos permiten reforzar la vigilancia en playas, zonas urbanas y áreas de gran concentración turística, en Huelva la cobertura policial apenas varía respecto al resto del año. Esta realidad genera un agravio comparativo que afecta tanto a los residentes como a los miles de turistas que eligen el litoral y el resto de la provincia onubense para sus vacaciones, que un año más deben afrontar el verano con más amenazas y menos recursos que el resto del país.