Los motivos que convierten a Huelva en una de las provincias peor comunicadas de España
No tiene conexión directa por autovía con dos de sus provincias limítrofes
Es de las pocas provincias españolas que no cuenta ni con AVE ni con aeropuerto
Los motivos para seguir insistiendo en la llegada del AVE a Huelva
Concentración el 9 de mayo en la plaza de las Monjas por el AVE a Huelva y para no ser tratados como «una provincia de segunda»
Huelva se echará a la calle este jueves 9 de mayo para reclamar la llegada del AVE a la provincia, pero no sólo por eso. Los onubenses levantarán la voz -o así lo esperan los convocantes- contra un abandono de décadas en materia de conexiones que ha provocado que, hoy por hoy, Huelva sea una de las provincias peor comunicadas de España. Con datos objetivos.
Así, la onubense forma parte del reducido listado de provincias españolas que no tienen ni aeropuerto ni AVE, pero es que además no está conectada por autovía con dos de sus provincias limítrofes.
La A-49 -en cuestionable estado y pendiente de la construcción de un tercer carril en la zona onubense- es la única autovía que atraviesa la provincia y la conecta con Sevilla al este y Portugal al oeste, pero tras décadas de demandas y proyectos fallidos, Huelva sigue sin conexión directa por autovía ni con Cádiz ni con Badajoz, sus otras dos provincias vecinas.
En este sentido, cabe destacar que apenas 28 kilómetros separan Matalascañas, en la provincia de Huelva, de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz. De hecho, hay una ruta que, en aproximadamente seis horas, los recorre andando por las playas de Doñana. Pero para llegar de Huelva a Cádiz por carretera o tren hay, obligatoriamente, que atravesar Sevilla, y las dos horas de trayecto no hay quien nos la quite.
Ni carretera a Cádiz, desechada por su afección a Doñana, ni conexión por ferry, una alternativa que también se ha demandado históricamente, aunque nunca ha acabado de tomarse en serio.
En el caso de Badajoz, al norte de la provincia, los tiempos se multiplican: más de tres horas si nos desviamos -de nuevo- hasta Sevilla para poder viajar por autovía, toda una odisea y un viaje más largo aún -y peligroso- si optamos por la N-435, la carretera que atraviesa la provincia de Huelva de norte a sur y cuyo desdoble, tras décadas de promesas, sigue sin completarse.
Pésimas conexiones ferroviarias
A estas deficiencias en materia de autovías y la falta de aeropuerto hay que sumarle las pésimas conexiones ferroviarias que padece la provincia, con importantes carencias en cuanto a servicios, frecuencias y destinos.
Con un único tren diario a Madrid cuyo trayecto se prolonga durante algo más de cuatro horas -cuando no hay averías o retrasos varios-, los trenes a Sevilla son escasos y lentos, tardando hora y media para cubrir apenas 90 kilómetros.
El tren de la costa, que unía Huelva con Ayamonte y vertebraba el litoral, pasó a la historia hace décadas, y las peticiones para recuperarlo no parecen hacer mella en unas administraciones que condenan al onubense -y al visitante, para el que aún es una desventaja mayor- a moverse en vehículo particular entre las playas de Huelva, con los consecuentes riesgos y problemas -como la falta de aparcamiento- en las épocas de mayor afluencia.
La otra conexión ferroviaria de la provincia, el tren Huelva-Zafra -actualmente interrumpido por trabajos de mantenimiento- se ha quedado como algo más turístico, por la riqueza de los paisajes que atraviesa, que como un verdadero servicio público que atienda una demanda, teniendo en cuenta los tiempos que ofrece y la ubicación de las paradas que realiza.
Comprobado que las buenas comunicaciones y las facilidades de acceso son claves para la economía y para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, que cada vez más buscan para vivir sitios bien conectados, no hay duda de que las pésimas conexiones que adolece la provincia de Huelva, tal y como vienen denunciando los distintos agentes sociales y económicos, suponen un lastre para su desarrollo, por lo que la ciudadanía reclama actuaciones concretas cuantos antes para subsanar este déficit.
