Estas son las mejores playas de Huelva para este verano, según National Geographic: «Los arenales más espectaculares de la costa onubense»
El listado abarca desde playas urbanas y familiares, hasta rincones vírgenes donde reina la tranquilidad y la naturaleza en estado puro
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Uno de los grandes privilegios con los que cuenta la provincia de Huelva son sus playas. Y es que el litoral onubense presume de algunos de los arenales más impresionantes de España, e incluso de Europa, al estar conformado por extensas franjas de arena fina y dorada bañadas por las aguas del Atlántico y situadas en enclaves naturales únicos.
Con más de 120 kilómetros de costa, la llamada Costa de la Luz onubense se extiende desde la desembocadura del Guadiana hasta la del Guadalquivir, ofreciendo un mosaico de playas para todos los gustos. Precisamente, National Geographic ha puesto el foco, a través de un artículo de la sección de 'Viajes', en siete de sus arenales más espectaculares, abarcando desde playas urbanas y familiares, hasta rincones vírgenes donde reina la tranquilidad y la naturaleza en estado puro.
1

Matalascañas
Almonte
Situada en el municipio de Almonte, Matalascañas es la playa más emblemática y concurrida de la zona, conocida por sus cinco kilómetros de arena fina y dorada, y por sus aguas poco profundas, ideales para un baño relajante o para practicar actividades acuáticas. Su símbolo más reconocible es el llamado «Tapón», que en realidad son los restos de la Torre de la Higuera, una antigua torre de vigilancia del siglo XVI que quedó parcialmente sumergida tras el tsunami originado por el terremoto de Lisboa de 1755. Además, Matalascañas combina un tramo urbano y familiar, junto al faro, con zonas más salvajes y naturales a medida que se avanza hacia el sur. También cuenta con todo tipo de servicios para el visitante: restaurantes, chiringuitos, hoteles, apartamentos, duchas, aseos, alquiler de sombrillas y hamacas, así como accesos adaptados para personas con movilidad reducida.
2

Mazagón
Moguer y Palos de la Frontera
La playa de Mazagón, compartida por los municipios de Moguer y Palos de la Frontera, se extiende como una inmensa alfombra de arena fina y dorada que conecta casi sin interrupción el Puerto Deportivo con los límites del Parque Nacional de Doñana. En sus cerca de diez kilómetros, se puede pasar de zonas más urbanizadas a tramos prácticamente vírgenes que evocan el aspecto que tuvo este litoral en tiempos pasados. Sus aguas tranquilas y de temperatura agradable invitan al baño, mientras que su amplitud permite largos paseos junto a la orilla sin aglomeraciones. Y, aunque se encuentra próxima a áreas residenciales, Mazagón mantiene un ambiente sereno y poco masificado, lo que lo convierte en un destino perfecto para quienes buscan descanso y desconexión en plena Costa de la Luz.
3

Islantilla
Isla Cristina y Lepe
Entre los municipios de Isla Cristina y Lepe se encuentra la playa de Islantilla, un destino costero que combina lo mejor del entorno natural con todas las comodidades de un enclave turístico moderno. Con sus aguas templadas y tranquilas, y una bandera azul que certifica su calidad temporada tras temporada, es especialmente apreciada por familias y por quienes buscan un baño seguro. Frente a una franja de pinares y con un amplio paseo marítimo, esta playa ofrece una fina arena dorada que se abre al Atlántico y un ambiente cuidado que ha merecido el distintivo Q de Calidad Turística. A todo ello hay que sumar su amplia oferta de servicios: duchas, aseos, zonas de sombrillas y hamacas, módulos de salvamento, seis áreas de toldos, dos escuelas de vela, actividades náuticas y un parque flotante para el disfrute en verano. Además, cuenta con 16 accesos (tres de ellos elevados) y está completamente adaptada para personas con movilidad reducida, lo que refuerza su carácter inclusivo y familiar.
4

El Asperillo
Almonte
Entre las localidades de Matalascañas y Mazagón se esconde la playa del Asperillo, un tesoro natural que sorprende por su aislamiento y su espectacular paisaje. Para llegar hasta ella hay que recorrer un sendero de madera de kilómetro y medio que atraviesa el Monumento Natural Acantilado del Asperillo, antesala del Parque Nacional de Doñana. Este enclave, declarado Monumento Natural en 2001, alberga el acantilado dunar más alto de Europa, con paredes que en algunos puntos superan los 30 metros de altura. Sus tonos naranjas, ocres, blancos y negros, fruto de la composición de sus capas, dibujan formas ondulantes que contrastan con la arena dorada y las aguas cristalinas del Atlántico. Virgen y extensa, esta playa es un paraíso para quienes buscan desconexión, belleza paisajística y un lugar donde combinar senderismo y baño en plena naturaleza.
5

Isla Canela
Ayamonte
En el extremo suroccidental de Huelva, junto a la desembocadura del Guadiana y muy cerca de la frontera con Portugal, se encuentra la playa de Isla Canela, un arenal de seis kilómetros de arenas blancas que combina naturaleza y comodidad. Sus aguas tranquilas y de oleaje suave, protegidas por un entorno de marismas, cañizales y dunas, la convierten en un lugar perfecto tanto para familias como para amantes de los deportes acuáticos. Semiurbana y rodeada en parte por vegetación, cuenta con una amplia oferta de servicios que la hacen ideal para pasar una jornada completa junto al mar. Asimismo, reconocida con la Bandera Azul y el distintivo Ecoplaya, ofrece extensos espacios abiertos que mantienen una sensación de calma incluso en plena temporada alta. Pasear por su orilla es disfrutar de un paisaje sereno, bien preservado, en el que la belleza natural y el valioso ecosistema se funden con la experiencia de un día de playa perfecto.
6

Los Enebrales
Punta Umbría
Entre la Playa de La Bota y el núcleo urbano de Punta Umbría se extiende la playa de Los Enebrales, un arenal de poco más de dos kilómetros de longitud y 50 metros de anchura que forma parte del paraje natural del mismo nombre. Este espacio protegido, de 162 hectáreas, combina un sistema de dunas con un bosque mixto de enebros, sabinas y pinos piñoneros, creando un paisaje único donde se mezclan los aromas marinos con los de la vegetación. De fácil acceso gracias a pasarelas señalizadas, ofrece un ambiente sereno y poco concurrido, ideal para quienes buscan huir del bullicio y disfrutar de paseos tranquilos junto al mar. Además, sus aguas de oleaje moderado y su carácter prácticamente virgen hacen de Los Enebrales un auténtico refugio natural, frecuentado por bañistas que valoran la calma y, en algunos tramos, practican el nudismo en plena armonía con el entorno.
7

Nueva Umbría
Lepe
En el corazón de la Flecha del Rompido, una espectacular lengua de arena de más de doce kilómetros declarada paraje natural, se encuentra la playa de Nueva Umbría, uno de los rincones más vírgenes de la costa onubense. A un lado se abre el Atlántico y, al otro, la ría del Piedras y sus marismas, conformando un paisaje único que combina dunas salpicadas de tarajes con un horizonte marismeño de gran valor ecológico. Para llegar a este paraíso aislado es necesario tomar un pequeño barco desde El Portil y, una vez allí, caminar hasta alcanzar la orilla. El único vestigio humano que permanece es el Real de la Almadraba de Nueva Umbría, testigo de la antigua pesca del atún. Con su moderado oleaje, arena dorada y entorno casi intacto, es también una de las playas nudistas más apreciadas de Huelva, perfecta para quienes buscan naturaleza y desconexión total.