confidencial

El runrún: Una campaña poco sostenible

Ya anunciaban hace unos días en el PP de Almonte que se plantaban: no más carteles que invaden las calles, con un alto impacto ecológico y una utilidad, digamos, cuestionable

Folletos de la campaña electora desparramados por la calle FB

Pero es que este jueves en Palos nos hemos encontrado una nueva muestra de que a la campaña electoral, entendida como tradicionalmente -pegadas de carteles, reparto de propaganda,… - igual hay que darle una vuelta. No justificamos con ello a la persona que se ha dedicado a sacar los folletos de los buzones para hacer una montaña de basura con ellos -tal y como ha denunciado la candidata socialista a la Alcaldía, Belén Castillo -, pero sí invitamos a la reflexión que nos sugiere: el destino final de esos cientos de papeles es ese, con todo el impacto ecológico que ello conlleva. ¿De verdad siguen haciendo falta estos repartos? ¿No hay maneras más sostenibles de dar a conocer a los candidatos? Fijo que sí.

Un parking de alto riesgo

Que el asunto de los aparcamientos en la capital es uno de los que más preocupa a los onubenses no es ningún secreto. El tema de la movilidad tiene muchas ramificaciones y cualquier hijo de vecino, por ejemplo, hablará de las peatonalizaciones en función de lo que gane o pierda con estas obras. Podríamos citar también algo tan básico como la regulación semafórica o los pasos de cebra, que nos molestan como conductores por la mañana pero los echamos de menos por la tarde si nos convertimos en peatones. A pesar de todo, unas quejas tienen más fundamento que otras y esta que traemos hoy al runrún pertenecen a la primera categoría. Nos referimos al lamento de una mujer que a través de Twitter explica el siguiente sinsentido:

«Pues este es mi camino a diario para llevar a mi hija al colegio. @AytoHuelva y @GabrielCruzSt han peatonalizado media ciudad y forzado a los vecinos a meter los coches en parkings privados, pero ahora uno de esos parkings no tiene paso de peatones para acceder. Han puesto uno más adelante, a pocos metros de otro, para acceder a una clínica privada, dos pegados ni a 50 metros, pero aquí tenemos que jugarnos la vida a diario. Hay un colegio. Hay academias llenas de niños por la tarde y es un trasiego constante ver cruzar a la gente. Esperan la desgracia».

Quien conozca la zona no tendrá más remedio que darle la razón a esta ciudadana, que ha emprendido una campaña por redes sociales para que el Ayuntamiento atienda su petición antes de que un atropello en una vía con tanto tráfico (y velocidades que superan lo permitido en ciudad) como la Avenida de Italia acabe dándole la razón ante las autoridades. Eso sí, demasiado tarde.

No se olviden de Carolina

A veces parece que la memoria está reñida con el presente y que la rápida concatenación de acontecimientos no da espacio para tener conciencia de lo que ha pasado y se va quedando atrás. Este frenético tránsito de la actualidad a veces consigue que caigamos en la trampa de pensar que lo importante es exclusivamente el ahora. Decimos esto porque este jueves se ha fallado el Premio Princesa de Asturias, que ha recaído en un deportista excepcional como el atleta kenianoEliud Kipchoge, doble campeón olímpico de maratón y plusmarquista mundial en esta mítica distancia. Nadie puede poner un pelo y es más que merecido este galardón para alguien totalmente ejemplar en la dedicación a este deporte y sus estratosféricos registros. Sin embargo, cabe recordar que en España tenemos a una deportista que es una leyenda viva, la onubense Carolina Marín y que ésta aún no ha recibido este premio que merece sobradamente por su trayectoria y valores que transmite. Enumerar su palmarés es larguísimo, pero basta mencionar que es la mejor de la historia en su deporte, el bádminton, donde siendo una onubense en un país sin tradición logró ponerlo de moda y doblegar a todas las especialistas asiáticas de países donde millones de personas juegan con el volante.

Carolina Marín H24

Ya en su día hubo una candidatura impulsada desde Huelva para que recibiera este premio y no estaría de más recuperarla y recordar que aquí hay alguien que merece mucho la pena. Ya no sólo por ser campeona olímpica, tricampeona mundial y hexacampeona europea, logros a años luz del resto, sino porque además representa todo un ejemplo de sacrificio y superación precisamente cuando ha estado más lejos de los éxitos, cuando ha tenido que luchar contra las lesiones y recuperarse para volver a las pistas. Por todo esto y mucho más, a quien corresponda: No se olviden de Carolina. Mejor el año que viene que el otro. Además en 2024 se disputa los Juegos Olímpicos de París y ya saben quien irá allí a por todas con su «Puedo porque pienso que puedo».

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