implican a la hermana y a la viuda del doctor

Cuatro familias denuncian nuevos casos de bebés robados relacionados con el ginecólogo Manuel Talamante

09.42 h. Según ha informado la Asociación SOS Bebés Robados Huelva, cuatro familias han vuelto a denunciar unos posibles robos de bebés relacionados con el fallecido Manuel Talamante Cumbreras. En esta ocasión, las denuncias implican a dos personas que colaboraron en el momento en el que las madres dieron a luz: Carmen Talamante, matrona y hermana de Manuel Talamante, y Francisca Pérez Suero, enfermera y viuda del citado ginecólogo.

Huelva24

Huelva

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Los denunciantes solicitan que estas personas aporten datos e información a la investigación. Manuel Talamante, Carmen Talamante y Francisca Pérez Suero trabajaron juntos en la Clínica de La Merced en Huelva. Según señala SOS Bebés Robados Huelva, tanto Carmen como Francisca se han quedado con el secreto que Manuel Talamante se llevó a la tumba. A continuación se detallan literalmente los hechos concretos de las cuatro familias denunciantes.Caso del denunciante Carmelo Macías PérezExpone que una de sus hermanas desapareció, robaron o presuntamente falleció el mismo día de su nacimiento, concretamente el día 8 de febrero de 1971, en la Clínica Santa Cruz, C/ Rascón, la cual era propiedad del doctor Manuel Vázquez, que ya no la estaba utilizando puesto que estaba trabajando en una clínica mejor, y ésta se la prestó al doctor Manuel Talamante Cumbrera, con número de colegiado 748, solamente para atender este caso de su madre.El embarazo se llevó bajo el control médico de la matrona (de esta matrona no podemos dar dato alguno) Con el paso del tiempo, la madre del denunciante, Ascensión Pérez, siente que se ha desencadenado el parto y es su esposo el que se dirige al domicilio de dicha matrona, C/ Aragón, para dar el aviso, y ésta le dice que había preparado un sitio mejor para que su mujer diera a luz.Siete meses de gestación tenía Ascensión Pérez cuando se pone de parto, y fue la matrona la que le dice que iba a dar a luz un “fenómeno” y que para que no se enterase la gente en el barrio era mejor que fuera a una consulta que habían preparado para ella, negándose a ello la parturienta, y siendo convencida posteriormente por esta matrona.En el momento del parto Ascensión fue asistida por Manuel Talamante Cumbrera, la matrona, una enfermera  y dos médicos más. La intención de los médicos era anestesiar a la madre pero como el parto se produjo con mucha rapidez no lo hicieron, por lo que ésta vio que dio a luz a dos niñas, parto gemelar y de forma natural, las cuales fueron mostrada de lejos a su madre.Una de las niñas era muy pequeña, que es la que permaneció con vida, y otra era de mayor tamaño y es la que supuestamente nació muerta. La madre vio a la niña más pequeñita moviéndose y a la de mayor tamaño a la que un médico la sostenía por  los pies y que tenía un bulto en la cabeza, y no se movía, y fue ese el motivo por el cual la madre siempre pensó que había fallecido.Los médicos informaron que la niña de mayor tamaño pesó al nacer aproximadamente sobre unos 3.500 kg, y que había nacido muerta pero que la pequeña que fue la que nació en segundo lugar con un peso de 1.750kg la empujó para salir.El marido consultó a la matrona cómo podía hacer para enterrar al bebé, a lo que la matrona le contestó que no se preocupara del sepelio del bebé ya que había fallecido una persona mayor y ya aprovechaban y la enterraban juntas, a los pies del adulto, que se ocuparían ellos del entierro y que le diera  2500 ptas para los gastos. Actuación bastante sospechosa por parte de ésta. El padre abonó dicha cantidad y firmó una declaración de alumbramiento de criaturas abortivas, pero que en ningún momento le dieron factura de la cantidad abonada.Una hora después del parto, la madre vio pasar un hombre con una cajita blanca pequeña, como un ataúd. Ningún familiar acompañó a enterrar al bebé ni estuvo presente en el momento del enterramiento.Tras solicitar ver el cadáver, le enseñaron un bebé muerto que según la madre era muy grande, lo vio de lejos junto a la otra niña que era muy pequeña (la mitad de la otra, según la madre)y que estaba morada y sucia.Los entierros de “caridad” sólo se llevaban a cabo en familias que manifestaban su imposibilidad de pagar por carecer de medios. No era el caso, existía incluso una Compañía Aseguradora.Según manifiestan personal del Cementerio de esa época, jamás bajo ningún concepto se enterró niño alguno a los pies de ningún adulto. Una mentira repetida en innumerables casos que sólo pretendía desviar y ocultar otras intenciones. El hecho de que tampoco dejaran que se ocuparan de su enterramiento, a pesar de pedírselo expresamente es igualmente sospechoso.El legajo de aborto lo firma Manuel Talamante Cumbrera, y los motivos por lo que el declarante cree que su hermana no murió sino que fue robada a sus padres en el momento del nacimiento son los siguientes:

Caso del denunciante Juan Campoy SerranoExpone que su hija desapareció, robaron o presuntamente falleció el mismo día de su nacimiento, en la Clínica de La Merced de Huelva, Paseo de la Independencia, la cual era propiedad del Manuel Talamante Cumbrera, número de colegiado 748.El embarazo se llevó bajo el control médico del Dr. Manuel Talamante. Con el paso del tiempo, la esposa del denunciante Josefa Forte Millán ingresó en la mencionada Clínica de La Merced en la madrugada del día 26 de agosto de 1974, sobre las 2 de la mañana fue el comienzo del alumbramiento, con intensos dolores y rotura de aguas. Primer embarazo y parto natural. La madre contaba con 22 años de edad.En ese mismo instante le dan tres pastillas y la sedan, y no despierta hasta el día siguiente. El marido estaba esperando en la puerta del paritorio y escuchó la niña llorar tras nacer, al rato se calló. Salió Carmen Talamante Cumbrera, matrona que asiste al parto y hermana del fallecido ginecólogo a informar que había nacido una niña con un peso aproximado de 5 kg, pero había habido complicaciones en el parto y había nacido muerta. La causa de la muerte fue encharcamiento de pulmón.Tras solicitar ver el cadáver, el padre  pasó a una sala para ver el cuerpo de su hija, y vio un bebé de espaldas. Un bebé muy grande, no parecía aquello normal porque cogía de lado a lado de la mesa, cuenta el padre.Por la mañana solicitó verla de nuevo, y lo pasaron a otra sala donde se veía un bebé envuelto en una manta, y observó que dicho bebé estaba muy morado, más bien casi negro, pero no pudo ver mucho más ya que no consintieron encender la luz de la sala. Manuel Talamante y Carmen Talamante no se hicieron presente después de lo ocurrido para dar explicación alguna de lo sucedido. Le dieron el alta a la madre a las 24 horas de parir, encontrándose ésta muy mal.El marido fue inmediatamente a la Compañía aseguradora para arreglar la tramitación del entierro pero ésta no se hizo cargo del servicio funerario, siendo el padre quien finalmente acompañó a enterrar el cuerpo de la niña que se supone que estaba dentro de la caja. En ningún momento se abrió dicha caja ni vieron lo que había dentro de ella.La niña fue enterrada antes de las 24 horas obligatorias a respetar. La llevaron en un coche particular siendo enterrada en la zona de fosa común, actuación bastante sospechosa.Los entierros de “caridad” sólo se llevaban a cabo en familias que manifestaban su imposibilidad de pagar por carecer de medios económicos. No era el caso, existía incluso una Compañía Aseguradora.El parte del fallecimiento lo firma el Dr. Manuel Talamante Cumbrera, pero el parto es asistido también por la matrona Carmen Talamante Cumbrera, hermana de dicho ginecólogo. En el legajo de aborto de Josefa Forte Millán aparece feto fallecido de sexo varón.

Caso de la denunciante María Belén Mingorance Sánchez Expone que su hermana desapareció, robaron o presuntamente falleció el mismo día de su nacimiento, concretamente el día 23 de marzo de 1978, en la Clínica de La Merced de Huelva, Paseo de la Independencia, la cual era propiedad del Dr. Manuel Talamante Cumbrera, número de colegiado 748.

El embarazo se llevó bajo el control médico del D.Manuel Talamante Cumbrera. Con el paso del tiempo, la madre de la denunciante, María Sánchez Barroso, siente que se ha desencadenado el parto y se dirige a la mencionada Clínica.

Nueve meses de gestación tenía María Sánchez cuando se pone de parto, de madrugada, y nada más llegar a la Clínica fueron Carmen Talamante Cumbrera, matrona y hermana del fallecido ginecólogo, y Francisca Pérez Suero, enfermera y esposa del mismo las que atienden a la parturienta y se la llevan al cuarto de baño de dicha Clínica para sedarla, y es allí donde le dan dos pastillas. A continuación le dicen al futuro padre que se fuera a casa ya que el parto sería lento por ser madre primeriza.

En el momento del parto María Sánchez fue asistida por el Dr. Manuel Talamante Cumbrera, la matrona Carmen Talamante y la enfermera Francisca Pérez Suero. Primeriza, sordomuda y madre soltera.

Sobre las 2 de la madrugada del 28 de marzo de 1978 nace una niña de aproximadamente 6 kg. Sale Manuel Talamante e informa que la niña era de grandes dimensiones y había nacido muerta, esa fue la causa de la muerte. Parto natural, sin puntos ni desgarro producido en el nacimiento.

Un parto llevado a cabo en una Clínica Privada el cual no fue cobrado por petición del ginecólogo Manuel Talamante argumentando lo siguiente: “No me parece justo ya que el bebé ha nacido muerto”.

Tras solicitar ver el cadáver, le enseñaron al padre un bebé muerto que vio de lejos a través de un cristal. Luego le comunicaron que no se preocupara por el sepelio ya que “la niña iba a ser enterrada junto a un adulto a su pies”. Ellos se hacían cargo de todo. Actuación bastante sospechosa. Ningún familiar acompañó a enterrar al bebé ni estuvo presente en el momento del enterramiento.

Los entierros de “caridad” sólo se llevaban a cabo en familias que manifestaban su imposibilidad de pagar por carecer de medios. No era el caso, existía incluso una Compañía Aseguradora.

Según manifiestan personal del Cementerio de esa época, jamás bajo ningún concepto se enterró niño alguno a los pies de ningún adulto. Una mentira repetida en innumerables casos que sólo pretendía desviar y ocultar otras intenciones. El hecho de que tampoco dejaran que se ocuparan de su enterramiento, a pesar de pedírselo expresamente es igualmente sospechoso.

El parte del fallecimiento lo firma el Dr. Manuel Talamante Cumbrera, y los motivos por lo que la declarante cree que su hermana no murió sino que fue robada a sus padres en el momento del nacimiento son los siguientes:

Caso de los denunciantes Margarita Rodríguez Delgado y Juan José Dionisio Vázquez

Manifiestan que a su hija se la arrebataron el mismo día de su nacimiento (9 de marzo de 1974), en la Clínica de La Merced de Huelva, Paseo de la Independencia, la cual era propiedad del Dr. Manuel Talamante Cumbrera, número de colegiado 748.

El embarazo se llevó bajo el control médico del ginecólogo Dr. Manuel Talamante Cumbrera en la consulta privada de Vía Paisajista (Edificio Apolo), a la que acudió en tres ocasiones durante la gestación.

Exponen que el día 9 de marzo de 1974, sobre las 10 de la mañana, Margarita Rodríguez, encontrándose en su domicilio, “rompe aguas” como consecuencia de un embarazo a término, siendo trasladada de inmediato a dicha Clínica, acompañada por su madrina (una señora mayor enferma de cáncer) y su prima de 14 años.

Nada más llegar a la Clínica fue atendida en paritorio por Carmen Talamante Cumbrera, matrona y hermana del ginecólogo, estando presentes el propio doctor Manuel Talamante y el practicante. La matrona empieza a reconocerla y dice: “lo que sea viene de nalgas y este parto será complicado”, acto seguido le pusieron una inyección y la sedaron. Cuando despertó se encontraba en una habitación sin su bebé, no recordaba nada de lo ocurrido. Preguntó insistentemente al personal sanitario y ellos fueron los que le informaron de que había dado a luz una niña de un peso aproximado de 5,500 kg. Durante bastantes horas le decían que la niña estaba bien y que ya se la subirían.

Su madrina se encontró mal y tuvo que marcharse a su domicilio, y su prima le comentó que le habían dicho que la niña tenía problemas de respiración porque había nacido con mucho peso, además de ser un parto complicado. ¿Un parto de un bebé de 5,500 kg y tan sólo dos o tres puntos de sutura, sin desgarro ni dolor físico, estando la madre sedada y totalmente dormida?

Significar que el Hospital Porvincial se encontraba ubicado en la Plaza de la Merced, a tan solo unos 50 metros de la clínica, a donde debió ser evacuada la bebé si en verdad tenía problemas.

Sobre las 8.30 de la noche (después de mas de ocho horas de haber parido y de escuchar reiteradamente que pronto le subirían a su hija), una enfermera le comunicó que la niña había fallecido, y al preguntar por la causa de muerte ésta le dice que traía problemas, a lo que la denunciante responde a gritos y con bastante alteración que quería ver a su niña, contestándole la misma que mejor no la viera para no guardar un mal recuerdo.

Tras solicitar ver el cadáver de manera reiterada y a llantos, sobre las 23,00h una enfermera (no recuerda si era la misma que le comunicó el fallecimiento) la acompañó a una sala de la planta de abajo y le mostró un bebé en una camilla. La denunciante la tocó y la besó, observando que estaba envuelta en una toalla que ella llevaba en su canastilla, y le pidió a la enfermera por favor, que le pusieran un batón blanco que llevaba y le entregaran la toalla.Debido a lo traumático de la situación y a que la enfermera trataba de separarla del bebé, no se fijó en detalles.

Luego le comunicaron que no se preocupara por el sepelio ya que “ellos se hacían cargo de todos los trámites”. Actuación bastante sospechosa. Ningún familiar acompañó a enterrar al bebé ni estuvo presente en el momento del enterramiento.

Los entierros de “caridad” sólo se llevaban a cabo en familias que manifestaban su imposibilidad de pagar por carecer de medios. No era el caso, existía incluso una Compañía Aseguradora. El hecho de que no dejaran que se ocuparan de su enterramiento, a pesar de solicitarlo expresamente, es sospechoso.

Dos días después, su madrina localizó donde supuestamente estaba enterrada la niña, contratando a una empresa de mármoles una lápida que colocaron en el lugar indicado, y en la lápida pusieron la fecha y el nombre con el cual iba a ser registrada la niña María del Pilar Dionisio Rodríguez.

Hacer constar que el esposo y también denunciante (entonces novio) se encontraba en Madrid realizando el curso de funcionario en prácticas del Cuerpo General de Policía, causa por la que no pudo trasladarse a Huelva para estar en aquellos difíciles momentos.

Pasados unos días, la denunciante se trasladó a Madrid para estar junto a su novio, permaneciendo allí hasta la finalización de los estudios de éste, primeros de mayo de 1974. Siendo destinado posteriormente como Inspector del Cuerpo General de Policía a Barcelona, incorporándose el 13 de mayo de 1974 a la Jefatura Superior de Policía de dicha capital.

El parte del fallecimiento lo firma el Dr. Manuel Talamante Cumbrera, y los motivos por los que los declarantes creen que su hija no murió sino que fue robada a sus padres en el momento del nacimiento son los siguientes:

En los cuatro casos denunciados, se solicita que tenga por presentado este escrito, con los documentos que lo acompañan, y en su virtud por interpuesta DENUNCIA por los hechos relatados, la admita a trámite, e incoe diligencias de investigación penal para el esclarecimiento de los supuestos delitos cometidos, tomando declaración en calidad de imputadas a las siguientes personas a Carmen Talamante Cumbrera y a Francisca Pérez Suero.

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