Las algas no podemos llevárnoslas nosotros

Créame que no se trata de un comentario de un turista caprichoso acostumbrado a puntuar cada una de sus vivencias en la red. Nos encontramos ante un serio problema que genera malos olores, aumento de presencia de insectos y posible presencia de bacterias. No estamos únicamente ante unas algas que generen repulsión al contacto con ellas; este es un problema de salud pública.

Las fotografías que adjunto fueron tomadas el día 14 de agosto en el tramo comprendido entre los restaurantes Miramar y Oliver. El mar es caprichoso y a veces esta concentración se produce en unas zonas y no en otras. No quisiera pensar que esta manera aleatoria de actuar que tiene nuestro Atlántico fuera también el modo de proceder del Ayuntamiento. Supongo que es casual que en las zonas de los hoteles esto no ocurra. No creo que esta diferencia obedezca a decisiones estratégicas. La inmensa mayoría de los que acudimos a esta playa no votamos en las elecciones en que usted es elegida, pero sí colaboramos con nuestros impuestos durante todo el año y con nuestra presencia aquí durante dos o tres meses a que las arcas del consistorio tengan recursos suficientes para afrontar el gasto de esta limpieza.

Cada vez que sube y baja la marea se pierde una oportunidad de recoger todo lo que el mar ha depositado. Creo que ya se han perdido demasiadas ocasiones.

Tomás Mangas Báez